NBA: Harden (42) resiste a los 68 puntos de Ellis y Nowitizki
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Puede que James Harden no gane el MVP de la NBA, pero lo que está claro es que los adjetivos que se le puedan poner a su temporada ya se quedan cortos. Está imparable. Esta madrugada, una vez más, sacó a relucir todo su potencial ofensivo para que los Houston Rockets vencieran en Dallas a los Mavericks (128-130) y dejaran casi, casi sentencia esta primera ronda de los playoffs por el título (3-0 para los de Kevin McHale). El escolta no se cortó y fue un vendaval. Anotó siempre que quiso (y eso fue en todo momento) y alcanzó su récord de puntos en unas rondas finales con 42. Su anterior marca eran 37 ante los Portland Trail Blazers el pasado año.
Su frenético ritmo anotador (15/24 en tiros de campo, 5/7 desde el perímetro) dejó en nada la llegada a estos playoffs de Monta Ellis y Dirk Nowitzki. Ninguno de los dos quiere irse ya de vacaciones y trataron con sus 68 puntos combinados (34 cada uno) dar algo de aire a unos Mavs que no contaron con Rajon Rondo. El base, aquejado de una misteriosa lesión en la espalda, no jugó y ya es difícil que se le vuelva a ver vestido con el uniforme de Dallas. ¿Mala noticia? Las aguas bajaban tan turbias alrededor suyo, que parece que es mejor no verle sobre la pista para la tranquilidad mental de Carlisle. El matrimonio entre la franquicia y Rondo parece ya roto definitivamente y este verano firmaran el divorcio, si no hay sorpresa en el último instante.
"En este partido sólo trate de leer el juego y tomar la mejor decisión", subrayó tras el duelo Harden. Y sus decisiones fueron acertadas a cada minuto. Junto al dominio absoluto de Howard bajo los tableros (26 capturas, más de la mitad de las obtenidas por su equipo -46-), el escolta fue vital para que los Rockets triunfaran en un duelo semejante a una montaña rusa: ganaba de 12 a mitad del primer cuarto (15-27 y 17-29), luego caían de 13 en el segundo (70-57), remontaron después del descanso (78-79), llevándolo a un +11 en la recta final (103-114).
Y todo ello para jugarse las habichuelas en los últimos instantes, donde la sangre fría y el talento de los mejores marca la diferencia entre un candidato al anillo y un simple actor de reparto. Harden logró cinco puntos en el minuto final, dando una ilusoria ventaja a unos Rockets que vieron como Ellis fallaba el tiro final que podría haber llevado el encuentro a una prórroga donde quién sabe que habría hecho el escolta visitante. Lo que es seguro es que aún quedan balas en la cartuchera de los Mavericks para pasar la ronda. El problema es que Harden también.
Puede que James Harden no gane el MVP de la NBA, pero lo que está claro es que los adjetivos que se le puedan poner a su temporada ya se quedan cortos. Está imparable. Esta madrugada, una vez más, sacó a relucir todo su potencial ofensivo para que los Houston Rockets vencieran en Dallas a los Mavericks (128-130) y dejaran casi, casi sentencia esta primera ronda de los playoffs por el título (3-0 para los de Kevin McHale). El escolta no se cortó y fue un vendaval. Anotó siempre que quiso (y eso fue en todo momento) y alcanzó su récord de puntos en unas rondas finales con 42. Su anterior marca eran 37 ante los Portland Trail Blazers el pasado año.
Su frenético ritmo anotador (15/24 en tiros de campo, 5/7 desde el perímetro) dejó en nada la llegada a estos playoffs de Monta Ellis y Dirk Nowitzki. Ninguno de los dos quiere irse ya de vacaciones y trataron con sus 68 puntos combinados (34 cada uno) dar algo de aire a unos Mavs que no contaron con Rajon Rondo. El base, aquejado de una misteriosa lesión en la espalda, no jugó y ya es difícil que se le vuelva a ver vestido con el uniforme de Dallas. ¿Mala noticia? Las aguas bajaban tan turbias alrededor suyo, que parece que es mejor no verle sobre la pista para la tranquilidad mental de Carlisle. El matrimonio entre la franquicia y Rondo parece ya roto definitivamente y este verano firmaran el divorcio, si no hay sorpresa en el último instante.
"En este partido sólo trate de leer el juego y tomar la mejor decisión", subrayó tras el duelo Harden. Y sus decisiones fueron acertadas a cada minuto. Junto al dominio absoluto de Howard bajo los tableros (26 capturas, más de la mitad de las obtenidas por su equipo -46-), el escolta fue vital para que los Rockets triunfaran en un duelo semejante a una montaña rusa: ganaba de 12 a mitad del primer cuarto (15-27 y 17-29), luego caían de 13 en el segundo (70-57), remontaron después del descanso (78-79), llevándolo a un +11 en la recta final (103-114).
Y todo ello para jugarse las habichuelas en los últimos instantes, donde la sangre fría y el talento de los mejores marca la diferencia entre un candidato al anillo y un simple actor de reparto. Harden logró cinco puntos en el minuto final, dando una ilusoria ventaja a unos Rockets que vieron como Ellis fallaba el tiro final que podría haber llevado el encuentro a una prórroga donde quién sabe que habría hecho el escolta visitante. Lo que es seguro es que aún quedan balas en la cartuchera de los Mavericks para pasar la ronda. El problema es que Harden también.