La muerte de un joven piloto que cambió el automovilismo
Londres, BBC
Era una de las mayores promesas de las carreras de autos que más le gustan a los estadounidenses y heredero de una de las dinastías más conocidas de las pistas.
Pero hace 15 años el acelerador se atascó y el auto de Adam Petty chocó contra la pared a más de 200 kilómetros por hora.
Adam, de 19 años, falleció en el instante, pero su muerte cambió para siempre la categoría Nascar y los autos de carreras.
“Sólo era un niño, lleno de personalidad, lleno de vida, siempre sonriendo, siempre bromeando. Siempre con una bola inmensa de chicle en su boca”, recordó para la BBC su padre, Kyle Petty.
“Nunca hubo una conversación en la que Adam dijera ‘Yo quiero ser un
piloto de carreras’. Fue más que eso, ‘Me gusta lo que haces y quiero
ser parte de alguna manera. ¿Puedo tener un go-kart?’”, explicó Kyle.
“Entonces un día miras a un costado, sentando en tu auto, y él está sentado en el auto a tu lado, compitiendo”.
La familia Petty formó parte de la fiebre de la Nascar desde sus comienzos.
El bisabuelo de Adam, Lee, fue piloto en la temporada inaugural de la categoría en 1949 y se convirtió en una de sus primeras estrellas.
El abuelo, Richard Petty, fue conocido como “El Rey” de las carreras
de turismo, alcanzando el récord de 200 victorias. Su figura incluso
trascendió las pistas y llegó a la gran pantalla, siendo representado
por el personaje Strip “The King” Weathers de la película Cars.
El padre, Kyle, no fue tan exitoso como sus antecesores, pero mantuvo el apellido vigente con ocho victorias.
Los Petty fueron la primera familia en tener a cuatro generaciones de pilotos.
“Desearía que hubiera jugado golf, especialmente en retrospectiva”, lamentó Kyle Petty, quien hace 15 años sufrió la muerte de su hijo.
Ocurrió durante la sesión de entrenamientos en el circuito de New
Hampshire. En una de las vueltas, el acelerador del auto de Adam se
atascó cuando circulaba a unos 210 kilómetros por hora y fue imposible
controlar el vehículo, que impactó violentamente contra la pared.
“Perdimos a un hijo y no creo que puedas poner en palabras lo que es perder a un hijo porque desajusta el orden de la vida”, contó Kyle.
“Tuvimos un pasado con mi abuelo y mi papá, Richard. Yo era el presente y Adam el futuro y de repente nuestro futuro se fue”.
“El interruptor del auto es como el disyuntor en una casa”, explica Kyle.
“Cuando bajas el fusible principal todas las luces de la casa se apagan. Cuando le das al interruptor en el volante se pierde toda la potencia del auto”.
Desde entonces la categoría ha invertido millones de dólares para mejorar la seguridad de los pilotos, incluyendo el soporte para la cabeza y el cuello HANS, nuevos cinturones de seguridad y muros absorbentes de impactos en todos los circuitos.
“La seguridad suele ser retroactiva y no proactiva, pero Nascar tiene
ahora un centro de investigación y desarrollo de seguridad que ni
siquiera la Fórmula Uno tiene”, contó el periodista de automovilismo en
Estados Unidos, Lewis Franck.
El nombre Petty todavía sigue vinculado a la categoría gracias a un
equipo formado por Richard y pese a la muerte de su hijo Kyle continuó
corriendo durante muchos.
Reconoció lo difícil que fue conducir por la pista de New Hampshire y circular vuelta tras vuelta por el mismo lugar donde murió Adam, pero él está seguro que después del accidente Nascar implementó los cambios correctos y las innovaciones de seguridad que han mejorado el deporte.
Pese al dolor, nunca se ha culpado por haber inculcado el amor por la velocidad a su hijo.
“Esto es lo que hacemos y ésta es la forma en la que vivimos”, dijo. “Así fue nuestra vida y tienes que seguir adelante”.
Adam, de 19 años, falleció en el instante, pero su muerte cambió para siempre la categoría Nascar y los autos de carreras.
“Sólo era un niño, lleno de personalidad, lleno de vida, siempre sonriendo, siempre bromeando. Siempre con una bola inmensa de chicle en su boca”, recordó para la BBC su padre, Kyle Petty.
Gasolina en las venas
Adam creció en Level Cross, en Carolina del Norte, en una familia dedicada a los motores y tuercas. Su infancia la pasó por las pistas de carreras del sur de Estados Unidos y para nadie fue sorpresa que desarrollara una pasión por la velocidad.“Entonces un día miras a un costado, sentando en tu auto, y él está sentado en el auto a tu lado, compitiendo”.
La familia Petty formó parte de la fiebre de la Nascar desde sus comienzos.
El bisabuelo de Adam, Lee, fue piloto en la temporada inaugural de la categoría en 1949 y se convirtió en una de sus primeras estrellas.
El padre, Kyle, no fue tan exitoso como sus antecesores, pero mantuvo el apellido vigente con ocho victorias.
Los Petty fueron la primera familia en tener a cuatro generaciones de pilotos.
El accidente
Entre los pilotos de carreras no suele haber miedo a la muerte, no a la propia, pero es diferente cuando un familiar está dispuesto a asumir los mismos riesgos.“Desearía que hubiera jugado golf, especialmente en retrospectiva”, lamentó Kyle Petty, quien hace 15 años sufrió la muerte de su hijo.
“Perdimos a un hijo y no creo que puedas poner en palabras lo que es perder a un hijo porque desajusta el orden de la vida”, contó Kyle.
“Tuvimos un pasado con mi abuelo y mi papá, Richard. Yo era el presente y Adam el futuro y de repente nuestro futuro se fue”.
El interruptor rojo
Después de la muerte de Adam, Nascar introdujo un nuevo dispositivo de seguridad para todos sus vehículos, un interruptor rojo con el que se puede apagar por completo el auto.“Cuando bajas el fusible principal todas las luces de la casa se apagan. Cuando le das al interruptor en el volante se pierde toda la potencia del auto”.
Desde entonces la categoría ha invertido millones de dólares para mejorar la seguridad de los pilotos, incluyendo el soporte para la cabeza y el cuello HANS, nuevos cinturones de seguridad y muros absorbentes de impactos en todos los circuitos.
“Es lo que hacemos”
Reconoció lo difícil que fue conducir por la pista de New Hampshire y circular vuelta tras vuelta por el mismo lugar donde murió Adam, pero él está seguro que después del accidente Nascar implementó los cambios correctos y las innovaciones de seguridad que han mejorado el deporte.
Pese al dolor, nunca se ha culpado por haber inculcado el amor por la velocidad a su hijo.
“Esto es lo que hacemos y ésta es la forma en la que vivimos”, dijo. “Así fue nuestra vida y tienes que seguir adelante”.