El líder narcotiza la Liga

El Barça sufrió ante un Almería correoso hasta que Messi llegó al rescate con una gran rosca. Luis Suárez hizo un doblete y Bartra marcó en otro córner.


Barcelona, As
El Barça sigue dominando la Liga, esa competición que transcurre de bostezo en bostezo alterada por las genialidades de las figuras del equipo blaugrana. En un peñazo de partido, los de Luis Enrique superaron al Almería en un encuentro funcionarial que los blaugrana resolvieron con el arte y la creatividad propia del que rellena un formulario. Dos arranques de genio de Messi y de Suárez más un gol de córner de Bartra y un último de contragolpe del delantero uruguayo certificaron una victoria que le sirve al Barcelona para seguir liderando la tabla clasificatoria con una autoridad tan incontestable en la matemática como cuestionable en el espectáculo.


El Barça parece que ha optado por la táctica de ganar esta Liga por hipnosis. De un tiempo a esta parte su plan es el de narcotizar a los rivales y, en pleno sopor de propios y extraños, siempre aparece un ramalazo de calidad que decanta la balanza a favor de los barcelonistas. Y así, a lo tonto, van sumando puntos y restando jornadas.

A falta de ocho fechas, el aficionado culé ya se ha hecho a la idea de que se lo pasa mejor mirando la clasificación que el partido. Ante un Almería que estrenaba entrenador (el barcelonista Sergi Barjuán), que llegaba con bajas importantes y para el que la línea del centro del campo suponía un abismo insondable, el conjunto blaugrana tenía la oportunidad de gustarse. e intimidar. No obstante, los locales dejaron las florituras para otra ocasión y fueron a lo práctico.

Ganó el Barça por 4-0 en un partido que puede explicarse en un resumen de dos minutos en Estudio Estadio, porque más allá de los goles, apenas pasó nada digno de reseñar salvo un fabuloso remate de chilena de Zongo que acabó en gol y que anuló el árbitro. El resto, fue una sucesión de pases a ninguna parte, perdidas de balón, de amenazas que no se concretaban y de un monólogo estéril por parte de un Barça inmensamente superior a un rival que lo único que quería era mantener la pelota alejada de su portería.

A favor del Barcelona juega el hecho de que es un equipo que no se deja llevar por las urgencias. Los de Luis Enrique saben que independientemente de su juego, antes o después les llegará la oportunidad de herir de muerte a su adversario. Con Neymar en el banquillo, las esperanzas se centraban en un Leo Messi, que durante los 25 primeros minutos de partido se hartó de perder balones. Hasta que, en un arranque de inspiración pasada la media hora de juego, colocó una rosca celestial que supuso el 1-0 con el que se llegó al final de una primera parte que valió la pena únicamente por ese gol.

En la reanudación, se repitió el guión que tantas veces se ha dado en los partidos de este Barcelona, que es un conjunto agotador e inagotable. Al tiempo que desgasta a sus rivales, los de Luis Enrique crecen físicamente en las segundas partes aplastando a los adversarios. Tiene este Barça un último cuarto de hora demoledor.

Suárez, al inicio del segundo tiempo sentenció el partido con otra jugada individual, Bartra lo aseguró con un nuevo gol de estrategia y, con el Almería agotado, a Pedro y Suárez les sobraron piernas para culminar un contragolpe en el descuento. Un 4-0 sin historia, sin dar espectáculo pero que consolida el liderato de un Barcelona tan sólido como tedioso.

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