El fiscal renuncia a seguir adelante con la denuncia de Nisman
El proceso contra la presidenta, prácticamente muerto
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
La denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento del peor atentado de la historia de Argentina está ya prácticamente muerta. El asunto, que puso contra la cuerdas al gobierno argentino tras la misteriosa muerte del fiscal, ha quedado enfilado para su final definitivo cuando el fiscal de la Cámara Federal de Casación Penal Javier De Luca, ha decidido desestimar el recurso que había presentado su propio colega, el fiscal Germán Moldes, que trataba de mantener viva la denuncia por encubrimiento en el atentado de la AMIA, una asociación judía, en el que murieron 86 personas en 1994.
Este final era el esperado, puesto de De Luca es un fiscal cercano al kirchnerismo que ya había dado síntomas de que no seguiría adelante. La única posibilidad de mantenerla viva era que recayera en otro fiscal, pero el propio Moldes denunció una estrategia del tribunal para que el recurso fuera registrado más tarde y recayerá así en De Luca. Moldes había hecho un último intento de revivir la denuncia que ya había sido rechazada por el juez Rafecas, pero incluso personas del entorno antikirchnerista admiten que la denuncia tenía poca solidez como para acusar de un delito tan grave a la jefa del Estado.
Tres meses después de la muerte de Nisman y del peor momento de Fernández de Kirchner, se despeja así el camino para una recuperación de la buena valoración de la presidenta, en especial entre las clases populares, que venía apuntándose ya en las últimas semanas. La presidenta no puede optar a la reelección porque la Constitución se lo impide y no logró cambiarla, pero su valoración hace pensar que aún podría ganar las elecciones si no existiera ese impedimento.
El texto redactado por De Luca, que prácticamente firma la sentencia de muerte de la denuncia a la espera de la decisión definitiva del tribunal, es muy duro a la hora de rechazar los postulados de su colega Nisman y de otros que le apoyaron. “De ningún modo puede iniciarse una investigación para averiguar las circunstancias de algo que no es delito” asegura en su dictamen. “Sostener que la firma de un tratado constituye un plan criminal es un absurdo desde el punto de vista jurídico” señala en referencia a la base de la acusación y el asunto que rompió el vínculo entre Nisman y los Kirchner, que le habían nombrado fiscal especial para la causa AMIA: el memorándum firmado con Irán. “El Poder Legislativo en ejercicio de su competencia constitucional no puede cometer delitos” asegura De Luca para rechazar las hipótesis de Nisman.
El caso de la muerte del fiscal sigue generando todo tipo de especulaciones y está lejos de resolverse, si es que algún día sucede. De hecho el martes una conocida líder de la oposición, Lilita Carrió, tiene previsto declarar ante la fiscal que investiga la muerte del fiscal y ha prometido que dará una versión detallada de lo que hay detrás de ese misterio. Sin embargo, lo que más preocupaba al Gobierno en un principio y generó una gran atención no solo en Argentina sino en todo el mundo, esto es la denuncia contra la presidenta, es un asunto ya completamente controlado y que no afecta ni a la imagen de Fernández de Kirchner, ahora en Granada en viaje privado de escala camino de Moscú, ni a las expectativas del candidato oficialista más fuerte, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. Para el Gobierno, es un caso cerrado. Para la justicia, prácticamente también.
Carlos E. Cué
Buenos Aires, El País
La denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento del peor atentado de la historia de Argentina está ya prácticamente muerta. El asunto, que puso contra la cuerdas al gobierno argentino tras la misteriosa muerte del fiscal, ha quedado enfilado para su final definitivo cuando el fiscal de la Cámara Federal de Casación Penal Javier De Luca, ha decidido desestimar el recurso que había presentado su propio colega, el fiscal Germán Moldes, que trataba de mantener viva la denuncia por encubrimiento en el atentado de la AMIA, una asociación judía, en el que murieron 86 personas en 1994.
Este final era el esperado, puesto de De Luca es un fiscal cercano al kirchnerismo que ya había dado síntomas de que no seguiría adelante. La única posibilidad de mantenerla viva era que recayera en otro fiscal, pero el propio Moldes denunció una estrategia del tribunal para que el recurso fuera registrado más tarde y recayerá así en De Luca. Moldes había hecho un último intento de revivir la denuncia que ya había sido rechazada por el juez Rafecas, pero incluso personas del entorno antikirchnerista admiten que la denuncia tenía poca solidez como para acusar de un delito tan grave a la jefa del Estado.
Tres meses después de la muerte de Nisman y del peor momento de Fernández de Kirchner, se despeja así el camino para una recuperación de la buena valoración de la presidenta, en especial entre las clases populares, que venía apuntándose ya en las últimas semanas. La presidenta no puede optar a la reelección porque la Constitución se lo impide y no logró cambiarla, pero su valoración hace pensar que aún podría ganar las elecciones si no existiera ese impedimento.
El texto redactado por De Luca, que prácticamente firma la sentencia de muerte de la denuncia a la espera de la decisión definitiva del tribunal, es muy duro a la hora de rechazar los postulados de su colega Nisman y de otros que le apoyaron. “De ningún modo puede iniciarse una investigación para averiguar las circunstancias de algo que no es delito” asegura en su dictamen. “Sostener que la firma de un tratado constituye un plan criminal es un absurdo desde el punto de vista jurídico” señala en referencia a la base de la acusación y el asunto que rompió el vínculo entre Nisman y los Kirchner, que le habían nombrado fiscal especial para la causa AMIA: el memorándum firmado con Irán. “El Poder Legislativo en ejercicio de su competencia constitucional no puede cometer delitos” asegura De Luca para rechazar las hipótesis de Nisman.
El caso de la muerte del fiscal sigue generando todo tipo de especulaciones y está lejos de resolverse, si es que algún día sucede. De hecho el martes una conocida líder de la oposición, Lilita Carrió, tiene previsto declarar ante la fiscal que investiga la muerte del fiscal y ha prometido que dará una versión detallada de lo que hay detrás de ese misterio. Sin embargo, lo que más preocupaba al Gobierno en un principio y generó una gran atención no solo en Argentina sino en todo el mundo, esto es la denuncia contra la presidenta, es un asunto ya completamente controlado y que no afecta ni a la imagen de Fernández de Kirchner, ahora en Granada en viaje privado de escala camino de Moscú, ni a las expectativas del candidato oficialista más fuerte, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. Para el Gobierno, es un caso cerrado. Para la justicia, prácticamente también.