El factor Chicharito se pone a prueba esta noche en Vigo
Madrid, AS
Sobre el papel, la resaca de Champions era el primer riesgo que debía afrontar el Real Madrid (sigue el partido en directo en as.com). Por un lado, el cansancio; cada derbi es una velada con un gato montés. Por otro, la sensación de plenitud que sucede a las grandes victorias, un sentimiento muy satisfactorio pero poco recomendable en vísperas de otra gran batalla. Todo hombre sabe que el placer en grado extremo provoca somnolencia en un grado similar.
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El delantero mexicano fue el héroe blanco de los cuartos de final de la Champions y esta noche volverá a ser titular en Balaídos.
Sin embargo, el triunfo del Barça en Cornellà (tan fácil) cambia el panorama. Y no porque haya modificado el objetivo matemático (ganar los seis partidos que faltan), sino porque ha alterado la perspectiva emocional. Ya no hace falta un milagro, ahora se necesitan dos. Así lo indica la contemplación del calendario. En el mejor de los casos, en el más optimista de los pronósticos, el Madrid dependerá del Atlético, su amigo el gato montés.
Esa ducha (fría) de realidad es susceptible de afectar tanto a los aficionados como a los futbolistas del equipo. Sería humano que al cansancio y la felicidad se añadiera una cierta decepción. Sería razonable que, de modo inconsciente, los jugadores concentraran sus expectativas en la Champions, y más aún después de un sorteo teóricamente favorable.
El Celta, quede claro, ya sería un magnífico rival sin ningún condicionante. En Balaídos venció al Atlético (2-0) e hizo sufrir mucho al Barça (0-1), hace apenas tres semanas. La fórmula es conocida: gran portero, fútbol bonito, despliegue rápido y delantero con gol. Algo así como un Rayo más musculado.
Frente a ese previsible aluvión, el Madrid opondrá el factor Chicharito. El mexicano repite como delantero centro y apetece comprobar cómo marchan sus reservas de entusiasmo y cómo su nivel de somnolencia después de un miércoles tan placentero. También interesa observar la reacción de Illarramendi a los últimos acontecimientos. Sería bueno para el Madrid que todos los suplentes se hubieran sumado a la revolución mexicana.
Ramos volverá a la defensa y en Cristiano recaerá de nuevo la responsabilidad máxima, la de hacer el milagro posible. Algo es seguro: él no tendrá sueño (marcó Messi).
Sobre el papel, la resaca de Champions era el primer riesgo que debía afrontar el Real Madrid (sigue el partido en directo en as.com). Por un lado, el cansancio; cada derbi es una velada con un gato montés. Por otro, la sensación de plenitud que sucede a las grandes victorias, un sentimiento muy satisfactorio pero poco recomendable en vísperas de otra gran batalla. Todo hombre sabe que el placer en grado extremo provoca somnolencia en un grado similar.
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El delantero mexicano fue el héroe blanco de los cuartos de final de la Champions y esta noche volverá a ser titular en Balaídos.
Sin embargo, el triunfo del Barça en Cornellà (tan fácil) cambia el panorama. Y no porque haya modificado el objetivo matemático (ganar los seis partidos que faltan), sino porque ha alterado la perspectiva emocional. Ya no hace falta un milagro, ahora se necesitan dos. Así lo indica la contemplación del calendario. En el mejor de los casos, en el más optimista de los pronósticos, el Madrid dependerá del Atlético, su amigo el gato montés.
Esa ducha (fría) de realidad es susceptible de afectar tanto a los aficionados como a los futbolistas del equipo. Sería humano que al cansancio y la felicidad se añadiera una cierta decepción. Sería razonable que, de modo inconsciente, los jugadores concentraran sus expectativas en la Champions, y más aún después de un sorteo teóricamente favorable.
El Celta, quede claro, ya sería un magnífico rival sin ningún condicionante. En Balaídos venció al Atlético (2-0) e hizo sufrir mucho al Barça (0-1), hace apenas tres semanas. La fórmula es conocida: gran portero, fútbol bonito, despliegue rápido y delantero con gol. Algo así como un Rayo más musculado.
Frente a ese previsible aluvión, el Madrid opondrá el factor Chicharito. El mexicano repite como delantero centro y apetece comprobar cómo marchan sus reservas de entusiasmo y cómo su nivel de somnolencia después de un miércoles tan placentero. También interesa observar la reacción de Illarramendi a los últimos acontecimientos. Sería bueno para el Madrid que todos los suplentes se hubieran sumado a la revolución mexicana.
Ramos volverá a la defensa y en Cristiano recaerá de nuevo la responsabilidad máxima, la de hacer el milagro posible. Algo es seguro: él no tendrá sueño (marcó Messi).