Boca-River, atracción fatal

Ninguno se quiere cruzar con el otro, pero cada vez es más probable que en mayo, tras el duelo por el torneo local, se eliminen en la Libertadores.

Matías Bustos Milla, Clarín
Antes del comienzo de la Copa Libertadores, el escenario actual era poco menos que impensado. ¿Cómo imaginar un posible Superclásico en octavos de final si para ello uno tenía que terminar como el mejor primero y el otro como el peor de la fase de grupos? ¿Cómo pensar en otro Boca-River, River-Boca, apenas cinco meses después del duelo que mantuvieron por la Sudamericana que terminaron ganando los dirigidos por Marcelo Gallardo? Todavía no está la certeza de que en breve habrá otros dos duelos internacionales entre los equipos más populares del país. De hecho, mientras Boca camina por la Libertadores como si estuviera paseando por Buenos Aires, River deberá penar hasta el miércoles a la noche para saber si evita una eliminación prematura en un grupo que tiene a dos rivales de nivel inferior como San José de Oruro y Juan Aurich. Pero la chance de que vuelvan a verse las caras está ahí, latente, como una suerte de atracción fatal: en el fondo, y tal como reconoció el propio Rodolfo Arruabarrera, la sensación es que ni unos ni otros quieren cruzarse tan rápido.


"Hay que ser sinceros: creo que ninguno de los dos equipos se quiere cruzar con el otro. Pero si se da, sería bonito para el fútbol argentino. Sería bueno para nuestro fútbol que ellos pasen a octavos. Después, obviamente, tendremos que trabajar para eliminarlos en el momento que nos crucemos", dijo el técnico de Boca y agregó: "Es lindo enfrentar a River, sea en la instancia que sea. Pero también es mucha presión y es desgastante".El morbo y las especulaciones crecen si se repara en que los posibles duelos coperos se jugarían inmediatamente después del Superclásico que tendrá lugar el domingo 3 de mayo en la Bombonera, por el campeonato local: la ida sería el miércoles 6 de ese mes en el Monumental, y la revancha, una semana después en la Boca.

Recién el 22 de este mes, cuando se jueguen los últimos partidos de la fase de grupos, se sabrá con certeza si habrá Superclásico en octavos de final. Eso, claro, siempre y cuando se cumpla el primero de los requisitos para que ello ocurra: que el miércoles a las 19.45, River le gane a San José en el Monumental y que Tigres, con una formación alternativa porque el sábado 18 jugará el clásico de Monterrey ante Rayados, le empate a Juan Aurich en Perú. Si los mexicanos empatan sin goles o 1 a 1, a River le alcanzará con un triunfo por la mínima diferencia para pasar de ronda. En cambio, si el eventual empate en Chiclayo es 2 a 2, River deberá ganarles a los bolivianos 2 a 0, y así.

Por el lado de River, no hay tanto margen para pensar a futuro porque la clasificación a octavos está en crisis. Más allá de eso, no son pocos los hinchas que por lo bajo reconocen que Boca llegaría mucho mejor en el aspecto futbolístico. Pero en el seno del plantel también hay lugar para el optimismo. "Ellos sufrieron en muchos partidos y atrás suelen tener problemas", afirmó un integrante del cuerpo técnico. Y el presidente, Rodolfo D'Onofrio, soltó ante Clarín: "Ojo con nosotros si pasamos de ronda".

Entre los dos últimos choques internacionales hubo diez años de diferencia: en 2004, Boca le ganó las semifinales de la Libertadores en aquel recordado partido sin hinchas visitantes en el Monumental; y en noviembre del año pasado, un gol de Leonardo Pisculichi le dio a River el pasaje a la final de la Sudamericana, la noche del también histórico penal que Marcelo Barovero le atajó a Emmanuel Gigliotti en el arranque.

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