Bachelet anuncia una reforma profunda contra la corrupción

Tras meses de inmovilismo, la presidenta de Chile intenta tomar el control de la crisis institucional que azota al pais

Rocío Montes
Santiago de Chile, El País
Después de meses de inmovilismo, la presidenta chilena Michelle Bachelet ha lanzado un primer intento de tomar el control de la crisis institucional en sus manos. Lo ha hecho con el anuncio de una reforma potente para erradicar las malas prácticas en la política y en los negocios. En su primera intervención en la cadena de televisión nacional desde el estallido de los escándalos investigados por la Fiscalía y que han tocado a casi todos los sectores, incluida su familia y a su ministro del Interior, la socialista se dirigió la noche de este martes a sus compatriotas con el objetivo de anunciar un paquete de medidas para prevenir la corrupción, regular los conflictos de interés, el financiamiento de la política y la confianza en los mercados. “Será una de las reformas que marcará el legado de mi Gobierno y la voy a conducir personalmente, con toda mi energía y sin temor”, ha indicado la Jefa de Estado.


Junto con detallar sus propuestas, la socialista ha aprovechado su intervención para anunciar que adelanta el debate sobre una nueva Carta Fundamental, una medida reclamada por sectores de su conglomerado de centroizquierda Nueva Mayoría. “En septiembre, mes de Chile, daremos inicio al proceso constituyente abierto a la ciudadanía, a través de diálogos, debates, consultas y cabildos”, ha señalado la mandataria, que tenía contemplado este capítulo para la última parte de su mandato que culmina en 2018.

La mandataria comenzó su intervención con un reconocimiento a la indignación ciudadana. “El país ha conocido irregularidades, corrupción y faltas a la ética que afectan a la política y a los negocios. Eso es grave, porque deteriora nuestra democracia y crea abusos, privilegios y desigualdad. Los chilenos y chilenas están molestos”, señaló la socialista, que ha debido enfrentar una compleja posición por los negocios inmobiliarios de su nuera y primogénito, conocido como caso Caval. En la misma línea del viernes pasado, cuando realizó una autocrítica por no condenar esta trama con fuerza y a tiempo, Bachelet se ha referido a su papel: “Los que tenemos posiciones de liderazgo y poder, debemos asumir nuestra responsabilidad en esta situación. Y parto por mí misma”.

Sobre la base de un informe con medidas anticorrupción entregado hace cuatro días por la Comisión Engel, un comité de expertos independientes mandatados por el Gobierno en medio de la crisis, la Presidenta busca una transformación sustancial de la actividad política y de los partidos. En una de las mayores reformas que se hayan conocido en Chile en esta materia, Bachelet pretende transparentar el financiamiento, eliminar los aportes anónimos y reservados, y prohibir que las empresas entreguen dinero para el funcionamiento de las colectividades, como sucede actualmente en Chile. En cambio, ha anunciado Bachelet, será el Estado el que financie el trabajo de los partidos, que deberán cumplir con estándares altos.

La reforma pretende transparentar el financiamiento de los partidos y eliminar los aportes anónimos

Paralelamente, la socialista ha señalado que su Gobierno pretende fortalecer el Servicio Electoral y al Tribunal Calificador de Elecciones para que robustecer su autonomía y, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad, tengan reales capacidades para fiscalizar y sancionar. La debilidad de ambos organismos ha quedado de manifiesto en los últimos escándalos que ha enfrentado Chile: el caso Penta, la trama de financiamiento irregular de la política que afecta sobre todo a la derecha, se conoció por una causa de evasión de impuestos y no debido a los controles de las instituciones pertinentes.

Bachelet también pretende regular el financiamiento de las campañas, un problema profundo que ataca a todos los sectores y que se ha hecho visible con las presuntas donaciones fuera de la ley que realizó la empresa Soquimich, minera del exyerno de Augusto Pinochet, a cientos de personas y sociedades vinculadas a políticos de distinto color político. La Presidenta ha señalado que se reducirá el gasto, que habrá zonas delimitadas para la propaganda y que se considerará delito de cohecho los regalos de campaña y el pago de cuenta. “Todos aquellos representantes elegidos que vulneren la confianza pública, no nos podrán representar en los cargos de elección popular y perderán sus escaños”, ha indicado Bachelet.

Con un 31% de popularidad, pero con mayoría en el Congreso, Bachelet ha señalado que Chile debe fortalecer la calidad, integridad y transparencia de los que trabajan en el servicio público, para lo que también el Gobierno ha diseñado un paquete de medidas. Paralelamente, ha anunciado cambios a la forma en que se hacen los negocios: “Necesitamos una buena economía para desarrollarnos. Buscar ganancias transgrediendo las normas éticas y legales, no es progreso, sino retroceso”. Bachelet también ha anunciado medidas contra la especulación inmobiliaria, el negocio que llevó adelante la sociedad de su nuera y en el que trabajaba su primogénito: “Tenemos que evitar los negocios irregulares y especulativos. Nadie podrá sacar ventajas indebidas con los cambios de los planos reguladores”.

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