Atrapados en el techo del mundo
Las avalanchas tras el terremoto dejan 22 muertos y 200 desaparecidos en el Everest
"Hemos retirado escombros del hospital para poner los cuerpos”, cuenta un alpinista
Óscar Gogorza / J. J. Gálvez
Bilbao / Madrid, El País
Las casas "caían" alrededor de César Friol, de 27 años, mientras intentaba huir en pleno terremoto de Nepal. Este montañero catalán se encontraba cerca de un precipicio del Everest cuando la tierra empezó a temblar. "Estábamos descansando y, de golpe, todo empezó a moverse. Nos costó un instante darnos cuenta de lo que pasaba y, a continuación, corrimos hacia un sitio más seguro", relata a través del móvil, cuando se prepara para pasar la noche del domingo al raso, en un prado cercano al pequeño pueblo de Namche Bazaar, unos kilómetros por debajo del campamento base. Un destino hacia el que no puede continuar. Tampoco tiene posibilidad de dar marcha atrás. El joven barcelonés está atrapado en esta aldea, en una montaña donde el seísmo provocó avalanchas que dejaron al menos 22 muertos y 217 desaparecidos, según el Gobierno del país asiático.
"A esa zona solo se puede acceder andando. Y las autoridades, ante el mal estado de los caminos, han dicho que nadie se mueva de donde está", relata Miriam, la pareja de César, desde Madrid. "Se ha priorizado el traslado de los heridos y de los fallecidos. César está a la espera de que los puedan bajar a Lukla", continúa la novia del chico en referencia a una aldea en la cabecera del valle del Khumbu famosa por su aeropuerto. La única pista, en cuesta, cuelga sobre un acantilado donde solían aterrizar pequeñas avionetas atestadas de turistas y senderistas. Allí se encuentra Natalia Estrada, una alpinista italiana de madre española: "Hemos vivido situaciones tremendas, que nunca creí llegar a ver. De los helicópteros empezaron a sacar las bolsas con cuerpos...".
La noche fría y la nieve del sábado dieron paso este domingo a una mañana de tiempo estable, que permitió el despegue desde Lukla de seis helicópteros de rescate hacia el campo base del Everest, a 5.300 metros de altitud. Por ese punto pasó Estrada hace apenas tres días. Tras escalar el pico de Island Peak, acompañó a tres compatriotas al campamento. Los tres sobrevivieron a la avalancha que bloqueó el campo 1, a más altura y donde aguardan la evacuación un centenar largo de alpinistas.
Reproducir vídeo
Los equipos de emergencia trasladaron este domingo a cerca de 60 heridos en el Everest, algunos en estado crítico, a los hospitales de Gorashep y Katmandú. Los cadáveres los depositaron en Lukla: "No saben ni qué hacer con ellos. Los han dejado en el hospital, pero el edificio se cae a pedazos. Hemos retirado escombros para acomodar los cuerpos. Esto es un caos", relata Estrada, que lleva dos días bloqueada en Lukla, como otras 200 personas. "Hay médicos occidentales, de vacaciones, que hacen todo lo que pueden para ayudar a los heridos. Pero el aeropuerto internacional de Katmandú estuvo el sábado cerrado y, por eso, no volaron las avionetas".
"Hoy [por ayer] he estado a punto de despegar seis veces, pero las seis se ha abortado", continúa la escaladora italiana. Los equipos de rescate se centraron ayer en evacuar del campo 1 a los afectados que temen descender por su pie. El itinerario discurre por la cascada del Khumbu, un mar de hielo inestable —donde murieron 16 sherpas hace un año sepultados bajo un alud—.
Los equipos de socorro dependen del tiempo para continuar con los rescates. "Las casas se caen. Hay que sacarlos de allí cuanto antes. Hay muchas réplicas y los atrapados están muy nerviosos", remacha desde Madrid Miriam, la pareja de César Flior, tras hablar con este montañero federado y con experiencia que trabaja como consultor en Madrid. Esta noche aguardaba su rescate: "Nadie sabe bien cómo ni cuándo saldremos de aquí".
"Hemos retirado escombros del hospital para poner los cuerpos”, cuenta un alpinista
Óscar Gogorza / J. J. Gálvez
Bilbao / Madrid, El País
Las casas "caían" alrededor de César Friol, de 27 años, mientras intentaba huir en pleno terremoto de Nepal. Este montañero catalán se encontraba cerca de un precipicio del Everest cuando la tierra empezó a temblar. "Estábamos descansando y, de golpe, todo empezó a moverse. Nos costó un instante darnos cuenta de lo que pasaba y, a continuación, corrimos hacia un sitio más seguro", relata a través del móvil, cuando se prepara para pasar la noche del domingo al raso, en un prado cercano al pequeño pueblo de Namche Bazaar, unos kilómetros por debajo del campamento base. Un destino hacia el que no puede continuar. Tampoco tiene posibilidad de dar marcha atrás. El joven barcelonés está atrapado en esta aldea, en una montaña donde el seísmo provocó avalanchas que dejaron al menos 22 muertos y 217 desaparecidos, según el Gobierno del país asiático.
"A esa zona solo se puede acceder andando. Y las autoridades, ante el mal estado de los caminos, han dicho que nadie se mueva de donde está", relata Miriam, la pareja de César, desde Madrid. "Se ha priorizado el traslado de los heridos y de los fallecidos. César está a la espera de que los puedan bajar a Lukla", continúa la novia del chico en referencia a una aldea en la cabecera del valle del Khumbu famosa por su aeropuerto. La única pista, en cuesta, cuelga sobre un acantilado donde solían aterrizar pequeñas avionetas atestadas de turistas y senderistas. Allí se encuentra Natalia Estrada, una alpinista italiana de madre española: "Hemos vivido situaciones tremendas, que nunca creí llegar a ver. De los helicópteros empezaron a sacar las bolsas con cuerpos...".
La noche fría y la nieve del sábado dieron paso este domingo a una mañana de tiempo estable, que permitió el despegue desde Lukla de seis helicópteros de rescate hacia el campo base del Everest, a 5.300 metros de altitud. Por ese punto pasó Estrada hace apenas tres días. Tras escalar el pico de Island Peak, acompañó a tres compatriotas al campamento. Los tres sobrevivieron a la avalancha que bloqueó el campo 1, a más altura y donde aguardan la evacuación un centenar largo de alpinistas.
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Los equipos de emergencia trasladaron este domingo a cerca de 60 heridos en el Everest, algunos en estado crítico, a los hospitales de Gorashep y Katmandú. Los cadáveres los depositaron en Lukla: "No saben ni qué hacer con ellos. Los han dejado en el hospital, pero el edificio se cae a pedazos. Hemos retirado escombros para acomodar los cuerpos. Esto es un caos", relata Estrada, que lleva dos días bloqueada en Lukla, como otras 200 personas. "Hay médicos occidentales, de vacaciones, que hacen todo lo que pueden para ayudar a los heridos. Pero el aeropuerto internacional de Katmandú estuvo el sábado cerrado y, por eso, no volaron las avionetas".
"Hoy [por ayer] he estado a punto de despegar seis veces, pero las seis se ha abortado", continúa la escaladora italiana. Los equipos de rescate se centraron ayer en evacuar del campo 1 a los afectados que temen descender por su pie. El itinerario discurre por la cascada del Khumbu, un mar de hielo inestable —donde murieron 16 sherpas hace un año sepultados bajo un alud—.
Los equipos de socorro dependen del tiempo para continuar con los rescates. "Las casas se caen. Hay que sacarlos de allí cuanto antes. Hay muchas réplicas y los atrapados están muy nerviosos", remacha desde Madrid Miriam, la pareja de César Flior, tras hablar con este montañero federado y con experiencia que trabaja como consultor en Madrid. Esta noche aguardaba su rescate: "Nadie sabe bien cómo ni cuándo saldremos de aquí".