Voto entorpece ascenso del Frente Nacional en Francia
París, AP
El gobierno socialista de Francia nunca esperó que le fuera bien en la primera ronda de elecciones del domingo, y su estrategia funcionó justo como fue planeada: sus adversarios conservadores obtuvieron el primer lugar.
Antes de las elecciones para 2.000 ayuntamientos, los socialistas instaron a la gente a votar, esperando que la participación entorpecería el ascenso del Frente Nacional de Marine Le Pen, de extrema derecha, aún si ello significara que el conservador Unión por un Movimiento Popular (UMP) del ex presidente Nicolas Sarkozy fuera el ganador.
Las proyecciones iniciales dieron al UMP 31% de los votos, frente a 24,5% obtenido por el Frente Nacional y 19,7% de los socialistas y sus aliados. La participación de votantes fue de 51%, comparada con aproximadamente 45% en la misma elección en 2011.
Sin lucir abatido por el tercer lugar alcanzado, el primer ministro Manuel Valls fue el primero en elogiar la derrota del partido de extrema derecha.
"Esta noche, la extrema derecha, aunque está demasiado alto, no está en la vanguardia de la política francesa", señaló Valls. "Cuando movilizamos a los franceses, funciona".
Le Pen no estuvo en las boletas electorales, pero su Frente Nacional está tratando de construir una base de funcionarios locales para respaldar las ambiciones presidenciales de ella en 2017.
Las elecciones de ayuntamientos en Francia son a dos rondas, así que la victoria del domingo determina qué candidatos pueden ir a la segunda vuelta, a realizarse el 29 de marzo.
Los socialistas, quienes actualmente controlan la mayoría de los concejos locales, son profundamente impopulares después del fracaso del gobierno para dar un giro a la economía francesa. Tanto ellos como la UMP están desgarrados por luchas internas, lo que hasta cierto grado dejaba al Frente Nacional un campo abierto en la primera ronda electoral.
Pero los socialistas y la UMP, normalmente adversarios, han emitido advertencias calamitosas sobre el futuro de Francia bajo un resurgente Frente Nacional, cuya oposición a la inmigración, al islam radical y a la Unión Europea ha ayudado a transformar al partido, que solía ser un paria bajo la guía del padre de Le Pen.
Las maniobras previas a la segunda ronda comenzaron momentos después de conocerse los resultados de la primera. En esencia, Valls pidió a los votantes escoger a cualquier candidato que compita contra el Frente Nacional.
Sarkozy, quien al igual que Le Pen tiene puesta la mira en la contienda presidencial de 2017, dijo a partidarios que se abstengan de votar en la segunda ronda si no está compitiendo un candidato de la UMP.
El gobierno socialista de Francia nunca esperó que le fuera bien en la primera ronda de elecciones del domingo, y su estrategia funcionó justo como fue planeada: sus adversarios conservadores obtuvieron el primer lugar.
Antes de las elecciones para 2.000 ayuntamientos, los socialistas instaron a la gente a votar, esperando que la participación entorpecería el ascenso del Frente Nacional de Marine Le Pen, de extrema derecha, aún si ello significara que el conservador Unión por un Movimiento Popular (UMP) del ex presidente Nicolas Sarkozy fuera el ganador.
Las proyecciones iniciales dieron al UMP 31% de los votos, frente a 24,5% obtenido por el Frente Nacional y 19,7% de los socialistas y sus aliados. La participación de votantes fue de 51%, comparada con aproximadamente 45% en la misma elección en 2011.
Sin lucir abatido por el tercer lugar alcanzado, el primer ministro Manuel Valls fue el primero en elogiar la derrota del partido de extrema derecha.
"Esta noche, la extrema derecha, aunque está demasiado alto, no está en la vanguardia de la política francesa", señaló Valls. "Cuando movilizamos a los franceses, funciona".
Le Pen no estuvo en las boletas electorales, pero su Frente Nacional está tratando de construir una base de funcionarios locales para respaldar las ambiciones presidenciales de ella en 2017.
Las elecciones de ayuntamientos en Francia son a dos rondas, así que la victoria del domingo determina qué candidatos pueden ir a la segunda vuelta, a realizarse el 29 de marzo.
Los socialistas, quienes actualmente controlan la mayoría de los concejos locales, son profundamente impopulares después del fracaso del gobierno para dar un giro a la economía francesa. Tanto ellos como la UMP están desgarrados por luchas internas, lo que hasta cierto grado dejaba al Frente Nacional un campo abierto en la primera ronda electoral.
Pero los socialistas y la UMP, normalmente adversarios, han emitido advertencias calamitosas sobre el futuro de Francia bajo un resurgente Frente Nacional, cuya oposición a la inmigración, al islam radical y a la Unión Europea ha ayudado a transformar al partido, que solía ser un paria bajo la guía del padre de Le Pen.
Las maniobras previas a la segunda ronda comenzaron momentos después de conocerse los resultados de la primera. En esencia, Valls pidió a los votantes escoger a cualquier candidato que compita contra el Frente Nacional.
Sarkozy, quien al igual que Le Pen tiene puesta la mira en la contienda presidencial de 2017, dijo a partidarios que se abstengan de votar en la segunda ronda si no está compitiendo un candidato de la UMP.