Violador acusa a la víctima: actitud frecuente en la India
Nueva Delhi, AP
Cuando un individuo condenado por asesinato dijo que la mujer que él y otros habían violado en un autobús de Nueva Delhi era responsable de lo que le sucedió, sus comentarios fueron sorprendentes por su crueldad y por el hecho de que no reflejaban arrepentimiento alguno. Pero expresaron un sentir bastante común en la India.
A cientos de millones de hombres se les enseña que la mujer es la culpable si se la viola.
El código de vida de las mujeres es sencillo en este país: deben vestirse con modestia, no deben salir de noche, no pueden ir a bares ni clubes nocturnos y no pueden salir solas. Si hacen algunas de estas cosas, serán consideradas responsables de lo que les pueda pasar.
Cuando uno de los cuatro hombres condenados a muerte por la violación de una mujer en el 2012 dijo en un documental que "una chica es mucho más responsable de una violación que un muchacho", repetía algo que líderes comunitarios y religiosos dicen constantemente en esta nación de 1.200 millones de habitantes.
"Una muchacha decente no va a estar dando vueltas a las nueve de la noche. Las mujeres deben ocuparse de las tareas de la casa, no de ir a discotecas y bares de noche, haciendo lo que no corresponde y luciendo ropas que no corresponden", afirmó Mukesh Singh en el documental "India's Daughter" (La hija de la India).
Sin embargo, ¿en qué se diferencian los comentarios que hizo el violador y lo que dijo Manohar Lal Khattar, el principal funcionario electo del estado de Haryana el año pasado?
"Si una niña se viste decentemente, un chico no la va a ver mal", declaró Khattar a la prensa. "La libertad tienen que ser limitada. Estas ropas cortas son una influencia occidental. Las tradiciones de nuestro país dicen que las chicas tienen que vestirse decentemente".
El violador simplemente repite lo que dicen los líderes de la comunidad, según Jagmati Sangwan, directora de la Asociación de Mujeres Demócratas All India.
"Sigue el ejemplo que le dan nuestros líderes a los jóvenes", sostuvo.
En el 2009, cuando una agrupación hindú de derecha atacó a mujeres en un bar del estado sudoriental de Karnataka, el gobernador B.S. Yeddyurappa dijo que quería poner "fin a la cultura en la que chicos y chicas se pasean por los centros comerciales tomados de la mano".
Incluso entre las mujeres se propaga esa visión.
Cuando una periodista murió de un tiro en el 2008 mientras regresaba en auto a su casa pasada la medianoche, la alcaldesa de Nueva Delhi Sheila Dixit dejó en claro que culpaba en parte a la víctima.
"Sola a las tres de la mañana en una ciudad donde la gente piensa... ya sabes... que no hay que aventurarse tanto", dijo a periodistas.
Es algo que Sangwan escucha a cada rato.
"Muchos hombres piensan así en la India. No hay ninguna empatía o se los cría de modo tal que no sienten nada por las mujeres. Piensan que solo sirven para mantener relaciones sexuales y ser descartadas", manifestó Bhavleen Singh, una estudiante de 18 años de la Universidad de Delhi.
Mukesh Singh, quien siguió conduciendo el autobús mientras se producía la violación en grupo de la mujer de 23 años, dijo en el documental que la muchacha debió haberse quedado callada y dejado que la violasen, y que si lo hubiese hecho, no la habrían matado.
El documental, que incluye una entrevista de Singh filmada en la cárcel en el 2013, generó alarma en el gobierno luego de que trascendió la transcripción esta semana. El martes, el Ministerio de Información de la India prohibió que el documental fuese transmitido por televisión. La BBC, no obstante, lo transmitió el miércoles en Gran Bretaña y los espectadores indios tienen ahora acceso a él vía YouTube.
No está claro qué medidas puede tomar el gobierno indio en represalia.
La brutalidad del crimen y el hecho de que se produjo en un autobús en movimiento en un barrio exclusivo de Nueva Delhi, causó conmoción en este país donde la violencia sexual es moneda corriente.
La mujer y un amigo habían ido a ver una película en un centro comercial caro y los atacantes los convencieron de que se subiesen al autobús. Una vez allí, golpearon al hombre y se turnaron para violar a la muchacha. La penetraron con una vara, causándole lesiones internas que le provocaron la muerte dos semanas después.
Cuatro hombres fueron hallados culpables de violación y asesinato en un juicio inusualmente rápido para el caótico sistema judicial indio. Un quinto implicado falleció en prisión y otro era menor de edad en el momento del ataque y fue condenado a tres años en un centro de detención.
Los cuatro adultos confesaron haber perpetrado el ataque, pero luego se retractaron, diciendo que los habían torturado. La Corte Suprema está analizando sus apelaciones a las sentencias de muerte.
En respuesta al ataque del 2012 y a las protestas subsiguientes, el gobierno aprobó leyes que duplican las condenas de los violadores, que son ahora de 20 años, y considera delitos el voyeurismo, el acoso y el tráfico de mujeres.
Cambiar las leyes, sin embargo, es una cosa, pero cambiar las actitudes de la gente es otra, y resta por verse si aflora una nueva mentalidad entre los indios.
Cuando un individuo condenado por asesinato dijo que la mujer que él y otros habían violado en un autobús de Nueva Delhi era responsable de lo que le sucedió, sus comentarios fueron sorprendentes por su crueldad y por el hecho de que no reflejaban arrepentimiento alguno. Pero expresaron un sentir bastante común en la India.
A cientos de millones de hombres se les enseña que la mujer es la culpable si se la viola.
El código de vida de las mujeres es sencillo en este país: deben vestirse con modestia, no deben salir de noche, no pueden ir a bares ni clubes nocturnos y no pueden salir solas. Si hacen algunas de estas cosas, serán consideradas responsables de lo que les pueda pasar.
Cuando uno de los cuatro hombres condenados a muerte por la violación de una mujer en el 2012 dijo en un documental que "una chica es mucho más responsable de una violación que un muchacho", repetía algo que líderes comunitarios y religiosos dicen constantemente en esta nación de 1.200 millones de habitantes.
"Una muchacha decente no va a estar dando vueltas a las nueve de la noche. Las mujeres deben ocuparse de las tareas de la casa, no de ir a discotecas y bares de noche, haciendo lo que no corresponde y luciendo ropas que no corresponden", afirmó Mukesh Singh en el documental "India's Daughter" (La hija de la India).
Sin embargo, ¿en qué se diferencian los comentarios que hizo el violador y lo que dijo Manohar Lal Khattar, el principal funcionario electo del estado de Haryana el año pasado?
"Si una niña se viste decentemente, un chico no la va a ver mal", declaró Khattar a la prensa. "La libertad tienen que ser limitada. Estas ropas cortas son una influencia occidental. Las tradiciones de nuestro país dicen que las chicas tienen que vestirse decentemente".
El violador simplemente repite lo que dicen los líderes de la comunidad, según Jagmati Sangwan, directora de la Asociación de Mujeres Demócratas All India.
"Sigue el ejemplo que le dan nuestros líderes a los jóvenes", sostuvo.
En el 2009, cuando una agrupación hindú de derecha atacó a mujeres en un bar del estado sudoriental de Karnataka, el gobernador B.S. Yeddyurappa dijo que quería poner "fin a la cultura en la que chicos y chicas se pasean por los centros comerciales tomados de la mano".
Incluso entre las mujeres se propaga esa visión.
Cuando una periodista murió de un tiro en el 2008 mientras regresaba en auto a su casa pasada la medianoche, la alcaldesa de Nueva Delhi Sheila Dixit dejó en claro que culpaba en parte a la víctima.
"Sola a las tres de la mañana en una ciudad donde la gente piensa... ya sabes... que no hay que aventurarse tanto", dijo a periodistas.
Es algo que Sangwan escucha a cada rato.
"Muchos hombres piensan así en la India. No hay ninguna empatía o se los cría de modo tal que no sienten nada por las mujeres. Piensan que solo sirven para mantener relaciones sexuales y ser descartadas", manifestó Bhavleen Singh, una estudiante de 18 años de la Universidad de Delhi.
Mukesh Singh, quien siguió conduciendo el autobús mientras se producía la violación en grupo de la mujer de 23 años, dijo en el documental que la muchacha debió haberse quedado callada y dejado que la violasen, y que si lo hubiese hecho, no la habrían matado.
El documental, que incluye una entrevista de Singh filmada en la cárcel en el 2013, generó alarma en el gobierno luego de que trascendió la transcripción esta semana. El martes, el Ministerio de Información de la India prohibió que el documental fuese transmitido por televisión. La BBC, no obstante, lo transmitió el miércoles en Gran Bretaña y los espectadores indios tienen ahora acceso a él vía YouTube.
No está claro qué medidas puede tomar el gobierno indio en represalia.
La brutalidad del crimen y el hecho de que se produjo en un autobús en movimiento en un barrio exclusivo de Nueva Delhi, causó conmoción en este país donde la violencia sexual es moneda corriente.
La mujer y un amigo habían ido a ver una película en un centro comercial caro y los atacantes los convencieron de que se subiesen al autobús. Una vez allí, golpearon al hombre y se turnaron para violar a la muchacha. La penetraron con una vara, causándole lesiones internas que le provocaron la muerte dos semanas después.
Cuatro hombres fueron hallados culpables de violación y asesinato en un juicio inusualmente rápido para el caótico sistema judicial indio. Un quinto implicado falleció en prisión y otro era menor de edad en el momento del ataque y fue condenado a tres años en un centro de detención.
Los cuatro adultos confesaron haber perpetrado el ataque, pero luego se retractaron, diciendo que los habían torturado. La Corte Suprema está analizando sus apelaciones a las sentencias de muerte.
En respuesta al ataque del 2012 y a las protestas subsiguientes, el gobierno aprobó leyes que duplican las condenas de los violadores, que son ahora de 20 años, y considera delitos el voyeurismo, el acoso y el tráfico de mujeres.
Cambiar las leyes, sin embargo, es una cosa, pero cambiar las actitudes de la gente es otra, y resta por verse si aflora una nueva mentalidad entre los indios.