Testigos hispanos del atentado en Túnez narran caos y miedo

Barcelona, AP
Una turista miamense y su esposo celebraban sus 25 años de matrimonio con un crucero y recorrían el Museo Nacional del Bardo, en Túnez, como parte de una excursión, cuando los atentados terroristas a la instalación el miércoles los sorprendieron.


Giovanna González, de 46 años y su esposo Héctor González terminaron el recorrido del museo y la mujer fue al baño. "Ahí fue cuando comenzaron a disparar contra todo el mundo", dijo González, quien agrega que vio a un hombre armado vestido con camisa blanca y pantalones estilo militar. Fue en ese momento que ella y su esposo decidieron reingresar al museo.

"Corrimos porque el hombre estaba detrás de nosotros, disparando contra todo", contó González en una entrevista con The Associated Press el viernes al desembarcar de su crucero en Barcelona. "Todos corrían en diferentes direcciones", todos trataban de buscar una salida, añadió.

Su esposo le dijo que no regresara al baño, así que se ocultaron detrás de unas columnatas durante tres o cuatro horas, asustados ante el ruido de los disparos y dos explosiones que dijo parecían bombas.

"Cuando sentí que las balas sonaban más cerca, tratamos de ocultarnos en lugares diferentes y corríamos de un lugar a otro", dijo. "Cambiamos de posición muchas veces".

Horas después, un guía de turismo hizo contacto con unos hombres armados que los llevaron al cercano edificio del Parlamento.

Sin embargo, González, quien se había separado de su esposo en el movimiento, no sabía si los hombres armados en ropa de civil eran policías o agresores mientras corría con ellos y otros turistas hacia el Parlamento, agachándose detrás de vehículos estacionados a lo largo del camino para protegerse.

"Yo pensé que nosotros no salíamos de esto, no pensé que íbamos a salir con vida. Llamé a mi hija para a despedirme de ella le dije: 'Hija, nos atacaron y vamos a morir'. La llamé cuando estábamos en el Parlamento, donde un mexicano me prestó su teléfono.

González no se enteró hasta que regresó al barco que siete de las 40 personas que habían ido con ella a la excursión al museo en un autobús habían perecido y siete estaban heridas.

Entre los fallecidos había una pareja española de retirados con quienes había hecho amistad durante una escala anterior del crucero en Roma.

"Estaban celebrado sus 50 años de matrimonio y nosotros nuestros 25", dijo González. "Nos sentíamos muy cerca de ellos".

Agregó: "Todavía estoy en estado de shock, tengo dos noches de no dormir. Cuando cierro los ojos sigo escuchando las balas. Es una experiencia que no le deseo a nadie. Todo lo que quiero es llegar a casa y olvidarme de esta masacre.

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