Santos acelera el paso hacia la paz en Colombia
Cinco generales viajan el martes a La Habana para impulsar un cese al fuego bilateral
Silvia Blanco
Madrid, El País
La negociación de paz en Colombia ha entrado en una vía decisiva y ya empieza a vislumbrarse si no el final, sí al menos un cese al fuego bilateral y definitivo después de cinco décadas de guerra, más de 220.000 muertos y seis millones de desplazados. El viaje hoy de cinco generales del Ejército colombiano y un almirante a La Habana, sede del diálogo con la guerrilla de las FARC, constituye un fuerte impulso en esa dirección. “¿Quién mejor que los propios militares para discutir el cese del fuego definitivo?”, dijo ayer el presidente Juan Manuel Santos. “Desde el primer día decidí mantener informado al Ejército, incluso en la fase secreta, para darle a las fuerzas armadas participación y confianza”, afirmó en el Teatro Real en Madrid, donde intervino en el Foro por la Paz en Colombia organizado por EL PAÍS y la Fundación Buen Gobierno, y patrocinado por Telefónica, BBVA, Ferrovial, Alcaldía de Barranquilla y Avianca.
Los generales se unirán en La Habana a una subcomisión técnica encargada de discutir el cese bilateral del fuego. Lo harán con jefes militares de la guerrilla, que ha ido llevando a Cuba a varios altos mandos sobre el terreno para tomar decisiones. En diciembre, las FARC declararon un alto el fuego unilateral e indefinido, en un gesto sin precedentes. Ahora, la misión del grupo de militares y guerrilleros es dar a la mesa de diálogo opciones para establecer una tregua verificable y sostenible.
“Gracias a la madurez del pueblo colombiano, la paz está casi al alcance de la mano”, señaló Antonio Caño, director de EL PAÍS, en sus palabras de bienvenida. La posibilidad de que el proceso tenga éxito descansa también en un contexto internacional favorable, o como lo expresó Santos, en que “las estrellas se están alineando”. EE UU, un aliado crucial para Colombia, designó hace 10 días un enviado especial para seguir el proceso de paz. “Es una señal de compromiso con la negociación y su éxito”, dijo Santos. “De [el presidente Barack] Obama he recibido total respaldo desde el principio”. Santos, que fue reelegido en junio con la paz como bandera política, destacó la importancia de ese paso y el hecho de que el enviado “hable directamente con las FARC. Es la primera vez”.
Cuba ha sido el otro gran apoyo extranjero al proceso. “Raúl Castro dijo sin titubear: ‘Cuente con nuestro apoyo”, explicó Santos. Además, dijo, “Cuba tiene interés porque ayuda a su proyección internacional y ese hecho contribuyó al cambio de actitud de EE UU hacia Cuba”, dijo en referencia al deshielo entre Washington y La Habana.
Han pasado dos años y tres meses desde que el Gobierno de Santos y la guerrilla empezaron a negociar. Han alcanzado acuerdos sobre una reforma agraria, el narcotráfico y la participación política de la guerrilla, pero queda todavía por pactar lo más delicado para la opinión pública: qué justicia recibirán las víctimas —y, por tanto, qué penas se impondrán a los responsables de crímenes de lesa humanidad— y la terminación del conflicto: cómo será el desarme, la desmovilización y la reintegración en la vida civil. “Colombia está haciendo algo nuevo. Estamos sentando precedente. Nunca antes se había negociado un proceso de paz bajo el paraguas del Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional. Buscamos aplicar el máximo de justicia que nos permita la paz”, afirmó Santos, quien conversó con Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS, el expresidente español Felipe González y el ministro de Exteriores de España, José Manuel García-Margallo.
González, conocedor de los diferentes procesos de paz que ha habido en Colombia, reflexionó sobre el camino que queda por recorrer: “Cuando se firma la paz, empieza la construcción de la paz”, dijo, y apeló directamente a la guerrilla para exhortarles a acelerar el proceso: “Yo les pido a los que se han sentado en La Habana que piensen que al presidente Santos le queda lo que le queda de mandato y es mucho mejor que él opere el proceso posterior para dejarlo encauzado”.
El ministro de Exteriores español incidió también en la necesidad de avanzar en temas de cooperación para que los colombianos “vean los dividendos de la paz”, recordó la iniciativa de España de crear un fondo fiduciario para financiar el posconflicto y dijo que España va a liderar la explicación del proceso colombiano en la Unión Europea.
Silvia Blanco
Madrid, El País
La negociación de paz en Colombia ha entrado en una vía decisiva y ya empieza a vislumbrarse si no el final, sí al menos un cese al fuego bilateral y definitivo después de cinco décadas de guerra, más de 220.000 muertos y seis millones de desplazados. El viaje hoy de cinco generales del Ejército colombiano y un almirante a La Habana, sede del diálogo con la guerrilla de las FARC, constituye un fuerte impulso en esa dirección. “¿Quién mejor que los propios militares para discutir el cese del fuego definitivo?”, dijo ayer el presidente Juan Manuel Santos. “Desde el primer día decidí mantener informado al Ejército, incluso en la fase secreta, para darle a las fuerzas armadas participación y confianza”, afirmó en el Teatro Real en Madrid, donde intervino en el Foro por la Paz en Colombia organizado por EL PAÍS y la Fundación Buen Gobierno, y patrocinado por Telefónica, BBVA, Ferrovial, Alcaldía de Barranquilla y Avianca.
Los generales se unirán en La Habana a una subcomisión técnica encargada de discutir el cese bilateral del fuego. Lo harán con jefes militares de la guerrilla, que ha ido llevando a Cuba a varios altos mandos sobre el terreno para tomar decisiones. En diciembre, las FARC declararon un alto el fuego unilateral e indefinido, en un gesto sin precedentes. Ahora, la misión del grupo de militares y guerrilleros es dar a la mesa de diálogo opciones para establecer una tregua verificable y sostenible.
“Gracias a la madurez del pueblo colombiano, la paz está casi al alcance de la mano”, señaló Antonio Caño, director de EL PAÍS, en sus palabras de bienvenida. La posibilidad de que el proceso tenga éxito descansa también en un contexto internacional favorable, o como lo expresó Santos, en que “las estrellas se están alineando”. EE UU, un aliado crucial para Colombia, designó hace 10 días un enviado especial para seguir el proceso de paz. “Es una señal de compromiso con la negociación y su éxito”, dijo Santos. “De [el presidente Barack] Obama he recibido total respaldo desde el principio”. Santos, que fue reelegido en junio con la paz como bandera política, destacó la importancia de ese paso y el hecho de que el enviado “hable directamente con las FARC. Es la primera vez”.
Cuba ha sido el otro gran apoyo extranjero al proceso. “Raúl Castro dijo sin titubear: ‘Cuente con nuestro apoyo”, explicó Santos. Además, dijo, “Cuba tiene interés porque ayuda a su proyección internacional y ese hecho contribuyó al cambio de actitud de EE UU hacia Cuba”, dijo en referencia al deshielo entre Washington y La Habana.
Han pasado dos años y tres meses desde que el Gobierno de Santos y la guerrilla empezaron a negociar. Han alcanzado acuerdos sobre una reforma agraria, el narcotráfico y la participación política de la guerrilla, pero queda todavía por pactar lo más delicado para la opinión pública: qué justicia recibirán las víctimas —y, por tanto, qué penas se impondrán a los responsables de crímenes de lesa humanidad— y la terminación del conflicto: cómo será el desarme, la desmovilización y la reintegración en la vida civil. “Colombia está haciendo algo nuevo. Estamos sentando precedente. Nunca antes se había negociado un proceso de paz bajo el paraguas del Estatuto de Roma y la Corte Penal Internacional. Buscamos aplicar el máximo de justicia que nos permita la paz”, afirmó Santos, quien conversó con Juan Luis Cebrián, presidente de EL PAÍS, el expresidente español Felipe González y el ministro de Exteriores de España, José Manuel García-Margallo.
González, conocedor de los diferentes procesos de paz que ha habido en Colombia, reflexionó sobre el camino que queda por recorrer: “Cuando se firma la paz, empieza la construcción de la paz”, dijo, y apeló directamente a la guerrilla para exhortarles a acelerar el proceso: “Yo les pido a los que se han sentado en La Habana que piensen que al presidente Santos le queda lo que le queda de mandato y es mucho mejor que él opere el proceso posterior para dejarlo encauzado”.
El ministro de Exteriores español incidió también en la necesidad de avanzar en temas de cooperación para que los colombianos “vean los dividendos de la paz”, recordó la iniciativa de España de crear un fondo fiduciario para financiar el posconflicto y dijo que España va a liderar la explicación del proceso colombiano en la Unión Europea.