Minuciosa misión de recuperación en sitio de desastre aéreo
Seyne, AP
El barranco resuena con el eco de hélice de los helicópteros, el raspado de metal contra las rocas y el deslizamiento de un talud cuando los restos del vuelo 9525 de Germanwings se desprenden de las laderas. La sombría misión de recuperar los restos de las 150 personas muertas cuando su avión se estrelló contra el Col de Mariaud no es silenciosa y la evidencia puede ser colectada solamente cuando las montañas cooperan.
Desde las 8:30 a.m. hasta las 6 p.m., cuando la luz es propicia, los helicópteros transportan a los trabajadores al barranco. Es demasiado empinado para aterrizar, así que los 40 trabajadores son bajados por cable —individualmente o en pares_, cargando bolsas plásticas, etiquetas de evidencia y las sogas que van a usar para prevenir caídas cuando las negras rocas alpinas se quiebran bajo sus botas. Cada investigador trabaja con un montañista local, familiarizado con el terreno y con las habilidades para mantenerlo a salvo.
Pocos pedazos son mayores que la portezuela de un auto. La mayoría son más pequeños. Con cada paso que dan los trabajadores de recuperación, las piezas de evidencia se deslizan inexorablemente hacia abajo. Algunas caen a un arroyo alimentando por nieve derretida.
"No hemos hallado ni un solo cadáver intacto", dijo el coronel Patrick Touron, uno de los principales investigadores forenses en Francia, en declaraciones el viernes en Seyne-les-Alpes. "El ADN va a ser el elemento determinante para la identificación".
Entre 400 y 600 elementos biológicos han sido recuperados y cinco científicos están en Seyne-les-Alpes para acelerar el proceso. Los familiares arribaron con objetos como cepillos dentales de los difuntos y algunos donaron muestras de ADN para ayudar a comparar con la información forense hallada en el sitio.
En el instante en que un fragmento de restos humanos es hallado, los forenses toman muestras de ADN, por temor a que pueda descomponerse, y actualizan la base de datos de ADN que están compilando en el sitio, dijo Touron. Información de joyas y de dentaduras es clave también en el proceso, agregó.
Touron dijo que los cadáveres serán entregados a la familia lo más pronto posible, pero advirtió que el proceso pudiera demorar.
Apenas a unos kilómetros del sitio, las estaciones de esquí siguen llenas. El terreno está desnudo donde se estrelló el A320, pero "los pedazos del avión son tan pequeños y brillantes que parecen parches de nieve en la ladera", dijo Pierre-Henry Brandet, portavoz del ministerio del Interior, tras sobrevolar por primera vez la zona.
A pie, por los senderos que serpentean los Alpes, es posible llegar al sitio de la tragedia en una hora. Los vehículos todoterreno de la policía bloquean el camino desde el martes, protegiendo el área de los curiosos.
Cada carga tiene que ser transportada por helicóptero y la operación es suspendida con la puesta del sol o la llegada de lluvia o viento. Muy probablemente durará semanas.
La evidencia es colocada en bolsas plásticas y sellada. Los restos humanos son colocados en bolsas de cadáveres y alzados cuidadosamente con cables, a veces junto a un trabajador y llevados a Seyne-les-Alpes. Apenas unos minutos en el aire en lugar de horas por tierra.
Los investigadores franceses no han dicho qué sucederá con los pedazos de avión recuperados, pero el foco de la investigación ya no está en los asuntos técnicos del aparato, luego que los fiscales confirmaran que el copiloto estrelló deliberadamente la aeronave.
La primera caja negra del avión, la grabadora de audio de la cabina, fue recuperada apenas horas después del desastre. El audio reveló un horror casi inimaginable — el copiloto se encerró en la cabina, con el piloto fuera, y cambió el curso del avión directamente contra la montaña, dijo el fiscal de Marsella Brice Robin.
En alguna parte de la montaña está la otra caja negra, que contiene casi 23 horas de información sobre la posición y condición de casi todas las piezas importantes del avión. Los equipos de recuperación saben que eso — y la recuperación de los cuerpos — es su prioridad.
En estos momentos, hay hombres en el sitio para seguir buscando", dijo el miércoles el presidente francés Francois Hollande. "Ellos continuarán hasta que lo tengan".
El barranco resuena con el eco de hélice de los helicópteros, el raspado de metal contra las rocas y el deslizamiento de un talud cuando los restos del vuelo 9525 de Germanwings se desprenden de las laderas. La sombría misión de recuperar los restos de las 150 personas muertas cuando su avión se estrelló contra el Col de Mariaud no es silenciosa y la evidencia puede ser colectada solamente cuando las montañas cooperan.
Desde las 8:30 a.m. hasta las 6 p.m., cuando la luz es propicia, los helicópteros transportan a los trabajadores al barranco. Es demasiado empinado para aterrizar, así que los 40 trabajadores son bajados por cable —individualmente o en pares_, cargando bolsas plásticas, etiquetas de evidencia y las sogas que van a usar para prevenir caídas cuando las negras rocas alpinas se quiebran bajo sus botas. Cada investigador trabaja con un montañista local, familiarizado con el terreno y con las habilidades para mantenerlo a salvo.
Pocos pedazos son mayores que la portezuela de un auto. La mayoría son más pequeños. Con cada paso que dan los trabajadores de recuperación, las piezas de evidencia se deslizan inexorablemente hacia abajo. Algunas caen a un arroyo alimentando por nieve derretida.
"No hemos hallado ni un solo cadáver intacto", dijo el coronel Patrick Touron, uno de los principales investigadores forenses en Francia, en declaraciones el viernes en Seyne-les-Alpes. "El ADN va a ser el elemento determinante para la identificación".
Entre 400 y 600 elementos biológicos han sido recuperados y cinco científicos están en Seyne-les-Alpes para acelerar el proceso. Los familiares arribaron con objetos como cepillos dentales de los difuntos y algunos donaron muestras de ADN para ayudar a comparar con la información forense hallada en el sitio.
En el instante en que un fragmento de restos humanos es hallado, los forenses toman muestras de ADN, por temor a que pueda descomponerse, y actualizan la base de datos de ADN que están compilando en el sitio, dijo Touron. Información de joyas y de dentaduras es clave también en el proceso, agregó.
Touron dijo que los cadáveres serán entregados a la familia lo más pronto posible, pero advirtió que el proceso pudiera demorar.
Apenas a unos kilómetros del sitio, las estaciones de esquí siguen llenas. El terreno está desnudo donde se estrelló el A320, pero "los pedazos del avión son tan pequeños y brillantes que parecen parches de nieve en la ladera", dijo Pierre-Henry Brandet, portavoz del ministerio del Interior, tras sobrevolar por primera vez la zona.
A pie, por los senderos que serpentean los Alpes, es posible llegar al sitio de la tragedia en una hora. Los vehículos todoterreno de la policía bloquean el camino desde el martes, protegiendo el área de los curiosos.
Cada carga tiene que ser transportada por helicóptero y la operación es suspendida con la puesta del sol o la llegada de lluvia o viento. Muy probablemente durará semanas.
La evidencia es colocada en bolsas plásticas y sellada. Los restos humanos son colocados en bolsas de cadáveres y alzados cuidadosamente con cables, a veces junto a un trabajador y llevados a Seyne-les-Alpes. Apenas unos minutos en el aire en lugar de horas por tierra.
Los investigadores franceses no han dicho qué sucederá con los pedazos de avión recuperados, pero el foco de la investigación ya no está en los asuntos técnicos del aparato, luego que los fiscales confirmaran que el copiloto estrelló deliberadamente la aeronave.
La primera caja negra del avión, la grabadora de audio de la cabina, fue recuperada apenas horas después del desastre. El audio reveló un horror casi inimaginable — el copiloto se encerró en la cabina, con el piloto fuera, y cambió el curso del avión directamente contra la montaña, dijo el fiscal de Marsella Brice Robin.
En alguna parte de la montaña está la otra caja negra, que contiene casi 23 horas de información sobre la posición y condición de casi todas las piezas importantes del avión. Los equipos de recuperación saben que eso — y la recuperación de los cuerpos — es su prioridad.
En estos momentos, hay hombres en el sitio para seguir buscando", dijo el miércoles el presidente francés Francois Hollande. "Ellos continuarán hasta que lo tengan".