La renovación de Sergio Ramos se encuentra en un punto muerto
Madrid, As
La falta de comunicación levanta un muro muchas veces difícil de derribar. En ese punto se encuentran actualmente el Real Madrid y Sergio Ramos sobre la ampliación de su actual contrato, que acaba en 2017 (con 31 años). La última conversación entre las partes fue hace seis meses, pero ni siquiera fue con el futbolista sino con su hermano y representante, René. No existe un clima de confianza. Más allá del dinero, Ramos espera un reconocimiento por parte de la entidad que no está encontrando durante este tiempo.
Lleva a gala hasta las últimas consecuencias la filosofía que demostró ante aquel aficionado que increpó a Jesé: “Si perdemos, perdemos todos. Si ganamos, también”. En este sentido, el segundo capitán entiende que la conquista de la Décima ha dejado múltiples ganancias en el Real Madrid: el club presume de ser la entidad con más ingresos del mundo (603,9 millones) y el Mundialito dejó cinco millones de euros en las arcas (al igual que el bolo navideño en Dubai gracias al cartel de campeones de Europa). Además, futbolistas como Varane, Benzema y Modric renovaron su contratos en verano y se invirtieron 129 millones en refuerzos (James, Kroos, Keylor y Lucas Silva). Pero el club ha marcado una hoja de ruta en la que la renovación de Ramos no ocupa un lugar preferente. Al revés. Al jugador le ha dolido verse señalado en la eliminación copera o por los dos goles encajados en el Camp Nou.
Es uno de los cuatro mejores defensas del mundo en 2014 según la FIFA. El caché de esos jugadores está muy lejos del suyo: Thiago Silva (ficha de 12 millones de euros), David Luiz (11 millones) y Lahm (10 millones de euros). Pero para el futbolista la cuestión económica no es vital. Tiene alma de capitán y analiza el tratamiento que están recibiendo el actual, Iker Casillas (que podría irse por la puerta de atrás con la displicencia del club), o el propio técnico, Carlo Ancelotti (ratificado sólo hasta final de temporada). Ramos quiere jubilarse en el Madrid, pero no arrastrarse por los despachos. Si no le llaman, él no lo hará. En el club, a día de hoy, no están por la labor...
La falta de comunicación levanta un muro muchas veces difícil de derribar. En ese punto se encuentran actualmente el Real Madrid y Sergio Ramos sobre la ampliación de su actual contrato, que acaba en 2017 (con 31 años). La última conversación entre las partes fue hace seis meses, pero ni siquiera fue con el futbolista sino con su hermano y representante, René. No existe un clima de confianza. Más allá del dinero, Ramos espera un reconocimiento por parte de la entidad que no está encontrando durante este tiempo.
Lleva a gala hasta las últimas consecuencias la filosofía que demostró ante aquel aficionado que increpó a Jesé: “Si perdemos, perdemos todos. Si ganamos, también”. En este sentido, el segundo capitán entiende que la conquista de la Décima ha dejado múltiples ganancias en el Real Madrid: el club presume de ser la entidad con más ingresos del mundo (603,9 millones) y el Mundialito dejó cinco millones de euros en las arcas (al igual que el bolo navideño en Dubai gracias al cartel de campeones de Europa). Además, futbolistas como Varane, Benzema y Modric renovaron su contratos en verano y se invirtieron 129 millones en refuerzos (James, Kroos, Keylor y Lucas Silva). Pero el club ha marcado una hoja de ruta en la que la renovación de Ramos no ocupa un lugar preferente. Al revés. Al jugador le ha dolido verse señalado en la eliminación copera o por los dos goles encajados en el Camp Nou.
Es uno de los cuatro mejores defensas del mundo en 2014 según la FIFA. El caché de esos jugadores está muy lejos del suyo: Thiago Silva (ficha de 12 millones de euros), David Luiz (11 millones) y Lahm (10 millones de euros). Pero para el futbolista la cuestión económica no es vital. Tiene alma de capitán y analiza el tratamiento que están recibiendo el actual, Iker Casillas (que podría irse por la puerta de atrás con la displicencia del club), o el propio técnico, Carlo Ancelotti (ratificado sólo hasta final de temporada). Ramos quiere jubilarse en el Madrid, pero no arrastrarse por los despachos. Si no le llaman, él no lo hará. En el club, a día de hoy, no están por la labor...