García Linera advierte que no trabajará con quien "cierra las puertas"
EFE / La Paz
El Gobierno reiteró hoy su advertencia de que no trabajará con las autoridades electas en los comicios de esta jornada que les "cierran las puertas", ni con aquellos que, supuestamente, desearon la muerte del presidente Evo Morales.
"Nosotros vamos a trabajar con todas las personas que nos abran las puertas, y dijimos no podemos trabajar con quien nos cierra las puertas, con quien nos bloquea el aeropuerto, con quien nos tira piedras para que caigan los helicópteros y nos muramos", dijo este domingo a los medios el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera.
El vicepresidente habló del tema en un desayuno con los periodistas antes de emitir su voto en esta jornada en la que están convocados a sufragar más de seis millones de bolivianos para elegir a nueve gobernadores y 339 alcaldes, asambleístas regionales y concejales municipales, entre otras autoridades.
García Linera se refirió al asunto tras ser preguntado sobre si había cambiado la posición del Gobierno, toda vez que Morales amenazó hace unas semanas con no trabajar con la oposición si ésta gana en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, considerada un tradicional bastión oficialista.
"¿Qué haría usted si frente a usted se sienta la persona que quiso matarlo el día de ayer y que propugnaba su colgamiento? (...) Lo dejó así, simplemente", respondió García Linera, tras aclarar que la legislación electoral prohíbe hoy mencionar públicamente nombres de partidos o candidatos. Insistió en que el Ejecutivo tiene hoy una posición "muy clara en ese sentido" de que se trabajará con quienes "abran las puertas".
"Somos gente de trabajo, no somos ociosos, no somos vagos. Somos gente que hemos mostrado en diez años de Gobierno ser sistemática y disciplinadamente laboriosos y trabajadores en beneficio del pueblo boliviano y trabajaremos con quienes tienen ese ritmo y ese amor por el trabajo por el beneficio de los bolivianos", agregó.
Asimismo, sostuvo que "es normal" que candidatos opositores ganen en algunas plazas en elecciones departamentales y municipales porque en éstas la disputa está centrada en los liderazgos personales y no tanto en los programas políticos, estatales y económicos. Recordó que en los comicios municipales y departamentales de abril de 2010 el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) sumó 1,3 millones de votos, cuando tres meses antes, en diciembre del 2009, en los comicios nacionales Morales cosechó 2,8 millones de votos.
Agregó que en 2010, el MAS ganó seis de las nueve gobernaciones, solo dos de las nueve ciudades capitales y en 228 municipios de un total de 333, a nivel nacional. "En normal que en las elecciones municipales se fragmente el voto", insistió.
Subrayó que esos liderazgos regionales y municipales, de oficialistas y opositores, deben tener la voluntad de trabajar con el presidente Morales. Por otro lado, confirmó que los primeros reportes del día señalan que no se han producido irregularidades en la región amazónica de Beni, donde las autoridades temían conflictos debido a la inhabilitación de la principal candidatura opositora a la gobernación, con el argumento de que cometió un delito electoral
El Gobierno reiteró hoy su advertencia de que no trabajará con las autoridades electas en los comicios de esta jornada que les "cierran las puertas", ni con aquellos que, supuestamente, desearon la muerte del presidente Evo Morales.
"Nosotros vamos a trabajar con todas las personas que nos abran las puertas, y dijimos no podemos trabajar con quien nos cierra las puertas, con quien nos bloquea el aeropuerto, con quien nos tira piedras para que caigan los helicópteros y nos muramos", dijo este domingo a los medios el vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera.
El vicepresidente habló del tema en un desayuno con los periodistas antes de emitir su voto en esta jornada en la que están convocados a sufragar más de seis millones de bolivianos para elegir a nueve gobernadores y 339 alcaldes, asambleístas regionales y concejales municipales, entre otras autoridades.
García Linera se refirió al asunto tras ser preguntado sobre si había cambiado la posición del Gobierno, toda vez que Morales amenazó hace unas semanas con no trabajar con la oposición si ésta gana en la ciudad de El Alto, vecina de La Paz, considerada un tradicional bastión oficialista.
"¿Qué haría usted si frente a usted se sienta la persona que quiso matarlo el día de ayer y que propugnaba su colgamiento? (...) Lo dejó así, simplemente", respondió García Linera, tras aclarar que la legislación electoral prohíbe hoy mencionar públicamente nombres de partidos o candidatos. Insistió en que el Ejecutivo tiene hoy una posición "muy clara en ese sentido" de que se trabajará con quienes "abran las puertas".
"Somos gente de trabajo, no somos ociosos, no somos vagos. Somos gente que hemos mostrado en diez años de Gobierno ser sistemática y disciplinadamente laboriosos y trabajadores en beneficio del pueblo boliviano y trabajaremos con quienes tienen ese ritmo y ese amor por el trabajo por el beneficio de los bolivianos", agregó.
Asimismo, sostuvo que "es normal" que candidatos opositores ganen en algunas plazas en elecciones departamentales y municipales porque en éstas la disputa está centrada en los liderazgos personales y no tanto en los programas políticos, estatales y económicos. Recordó que en los comicios municipales y departamentales de abril de 2010 el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) sumó 1,3 millones de votos, cuando tres meses antes, en diciembre del 2009, en los comicios nacionales Morales cosechó 2,8 millones de votos.
Agregó que en 2010, el MAS ganó seis de las nueve gobernaciones, solo dos de las nueve ciudades capitales y en 228 municipios de un total de 333, a nivel nacional. "En normal que en las elecciones municipales se fragmente el voto", insistió.
Subrayó que esos liderazgos regionales y municipales, de oficialistas y opositores, deben tener la voluntad de trabajar con el presidente Morales. Por otro lado, confirmó que los primeros reportes del día señalan que no se han producido irregularidades en la región amazónica de Beni, donde las autoridades temían conflictos debido a la inhabilitación de la principal candidatura opositora a la gobernación, con el argumento de que cometió un delito electoral