Fórmula Uno: Sensores

Joan Villadelprat, El País
Qué forma de intentar marearnos entre unos y otros con el accidente de Fernando Alonso en Montmeló. Las versiones del piloto y de McLaren se contradicen, y convendrán conmigo que esa no es la mejor forma de tratar de recomenzar una relación que en su día terminó como el rosario de la aurora. Es evidente que la manera en que se ha gestionado el asunto no está a la altura de los estándares mínimos exigibles en un entorno como la Fórmula 1, y que por el bien común habría sido mucho mejor ponerse de acuerdo y consensuar una versión. En un primer momento se apuntó al viento como principal causante del percance a la vez que McLaren ponía toda su maquinaria en marcha para tratar de evitar que a nadie se le pudiera pasar por la cabeza que el detonante de todo pudo ser un fallo en algún componente del coche. Alonso estuvo un mes sin abrir la boca pero cuando lo hizo fue para expresar todo lo contrario. En su caso, le pasó cualquier responsabilidad sobre lo sucedido al monoplaza, y su único objetivo fue recalcar que su salud es de hierro, como siempre.


Dejando a un lado la incompatibilidad de los dos testimonios, centrémonos en el argumento empleado para justificar que tras un mes de chequeos todavía no tengamos una idea clara de lo sucedido, siempre dando por descartada la tesis que apuntaría como detonante del accidente a una repentina indisposición del asturiano. Él convino el jueves que el coche falló pero que la telemetría no lo refleja, y en ese punto es en el que desde mi punto de vista todo se tambalea. Vayamos por partes.

No es creíble que la dirección se bloqueara y que la telemetría no lo refleje, básicamente porque se trata de uno de los componentes más importantes del conjunto del coche, si no el que más. Existe un potenciómetro que calcula el ángulo de giro del volante que es esencial para la puesta punto del coche. Además, después de la muerte de Senna —oficiosamente debido a la rotura de la columna de la dirección— todos nos apresuramos a colocar sensores en ella para medir la fuerza que aplica cada corredor para girar. Por otro lado, no hay que olvidar que el incidente se produjo en unos test de pretemporada. En ellos, los equipos tratan de recabar toda la información posible para hacerse cuanto antes al prototipo y a sus reacciones, y por eso lo llenan de sensores por todas partes. No es demasiado verosímil que McLaren anunciara que incorporaría alguno más con vistas a la segunda carrera del curso para tratar de averiguar qué le ocurrió a la dirección del MP4-30 de Alonso en Montmeló.

No soy nadie para poner en duda que Fernando pudiera sentir que la dirección se bloqueó, de la misma forma tampoco puedo desmentir a McLaren, que defiende la inexistencia de ninguna avería. Pero llegados a este punto, creo que sería una tremenda irresponsabilidad por parte del equipo permitir que el coche saliera a la pista al día siguiente sin tener un diagnóstico preciso y sin tener la certeza absoluta de que el fallo no se repetiría en ningún caso.

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