El Estado Islámico en Twitter: un califato con 46.000 proyectiles

La mayoría de los fieles a los yihadistas en la red social escriben en árabe y viven en países objetivo de los yihadistas

Óscar Gutiérrez
Madrid, El País
Dicen los analistas estadounidenses J. M. Berger y Jonathon Morgan que para que un usuario de Twitter sea considerado seguidor del Estado Islámico (EI) no vale con que cuente en tuits las veleidades del grupo yihadista. Necesita además que alguno de los internautas ya vinculados al EI en la Red siga su perfil. Viendo el listado de followers (seguidores) de @aboojaber111 —sirva de ejemplo— no hay duda de que integra ese ejército de radicales. Según el informe publicado ayer por Berger y Morgan para la Brookings Institution, el censo de tuiteros del EI, a diciembre de 2014, estaba formado por al menos 46.000 fieles.


@aboojaber111, que usa para ilustrar su cuenta una foto del ideólogo yihadista Anuar al Aulaki, escribe en árabe sus tuits. Según la radiografía hecha por la Brookings, así lo hacen también tres de cada cuatro de los seguidores del EI censados. Uno de cada cinco utiliza el inglés. “Eso pone de manifiesto”, dice el profesor Manuel Torres, experto en el estudio de las redes y los yihadistas, “que el grueso de perfiles vinculados al EI es de árabes para árabes”.

Según el reporte, en el mapa del Ejército online del EI —que localiza a uno de estos acólitos en Granada—, Arabia Saudí se lleva la palma, seguido de Siria e Irak. Hasta ahí concuerda con los flujos de combatientes extranjeros que viajan al califato. Lo siguiente llama la atención: el cuarto lugar lo ocupa EE UU, un país desde el que no han salido más de 200 yihadistas con rumbo a Siria. Al final de la lista, sin embargo, está Túnez, al frente junto a Arabia Saudí en el envío de combatientes integristas a la trinchera sirio-iraquí, con unos 3.000.

Esta radiografía cuestiona cuando menos la fuerza de las redes para atraer a los yihadistas. “Que ellos difundan sus mensajes en las mismas redes que nosotros hace confundir la presencia y cercanía con la relevancia”, apostilla el profesor Torres.

Berger y Morgan concluyen que los fieles del EI tienen una media de 1.000 followers, superior al del usuario común. Pero aclaran que el peso de este ejército de tuiteros lo llevan una vanguardia de entre 500 y 2.000 internautas, que acumulan el mayor volumen de mensajes.

¿Habría que suspender sus cuentas? En sus intervenciones, Berger es partidario de controlar el flujo, pero sin cortar de raíz una fuente de información muy valiosa para los servicios de inteligencia. Por ejemplo, el pasado 2 de marzo, @aboojaber111 subió una foto de un combatiente extranjero con un lanzamisiles TOW, arma de fabricación estadounidense. ¿Cómo llegó allí?

Twitter inició una dura campaña contra perfiles yihadistas en septiembre: erradicó en tres meses un millar de cuentas vinculadas a EI. Según el estudio de la Brookings, la ofensiva atacó a tuiteros muy potentes con más de 1.995 seguidores, un promedio de 46,6 tuits al día y 141,2 retuits recibidos. La hidra yihadista online se acortó temporalmente, según se traduce del reporte, pero siguió navegando.

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