El equipo de rescate recupera los primeros restos de las víctimas

El Gobierno eleva a 51 el número de personas con nacionalidad española en la aeronave

Carlos Yárnoz / Gabriela Cañas
París / Marsella, El País
Los equipos de rescate que trabajan en la zona de los Alpes donde se estrelló el vuelo WI9525 han logrado recuperar los primeros restos de cadáveres de las víctimas. Lo ha confirmado a última hora de la tarde de este miércoles la Gendarmería francesa, que coordina parte del operativo de búsqueda. En la aeronave siniestrada viajaban 150 personas (entre ellos seis miembros de la tripulación). De ellos, 51 eran españoles, según ha confirmado el Gobierno tras la reunión del Gabinete de crisis.


El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, ya señaló este miércoles a mediodía, en una comparecencia en Moncloa tras la reunión del gabinete de crisis, que la cifra de 49 víctimas que ofreció en ese momento era "provisional" aunque dijo que sería "muy cercana a la definitiva" y señaló que las autoridades francesas descartan "casi por completo" poder recuperar este miércoles cuerpos de los fallecidos en el accidente del avión.

Mientras, la investigación y el rescate de restos centra los esfuerzos. El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, ha desvelado que la caja negra del avión de la aerolínea alemana Germanwings que se estrelló este martes en los Alpes franceses está "dañada" pero que será "posible analizarla". En una entrevista concedida a la emisora RTL, el ministro ha indicado que va a ser posible reconstituir los datos de esta caja que es la que graba las conversaciones de los pilotos en cabina. En el lugar se busca la segunda caja, que contiene los datos de vuelo. El avión, con destino a Düsseldorf (Alemania), se estrelló poco antes de las 11.00 por motivos que se desconocen en una zona escarpada casi una hora después del despegue de Barcelona.
Caja negra del avión de Germanwings

El ministro ha reiterado que no se descarta ninguna hipótesis sobre las razones del accidente, incluida la terrorista, aunque ha señalado que esa última pista "no es la prioritaria". La caja negra deteriorada ya ha llegado a París y será analizada por cinco técnicos del BEA (Bureau d'Enquêtes et d'Analyses) de Aviación Civil. Mientras tanto, la fiscalía de Marsella ha iniciado la investigación judicial del accidente con el interrogatorio de ocho testigos. Y el presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, ha calificado de "inexplicable" el accidente, a al vez que ha asegurado que el aparato estaba técnicamente bien.

Mientras, en España, los Mossos d’Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil ya han obtenido una cuarentena de muestras de ADN de los familiares directos de los pasajeros víctimas del accidente. La información genética se entregará a las autoridades francesas para que ayuden a identificar los restos humanos que se localicen en la zona del accidente.
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Se reanudan las labores de búsqueda. / ATLAS

Por otro lado, la ministra francesa de Ecología y Transporte, Ségolène Royal, ha revelado que el avión no pasó de 35.000 pies (equivalente a unos 10.700 metros de altitud) a 6.900 pies (1.800 metros) en ocho minutos como se dijo este martes sino en unos 18. Según Royal, el contacto de los pilotos —el comandante era un profesional con 10 años de experiencia y 6.000 horas de vuelo— se perdió a las 10.31, unos 20 minutos antes del impacto.

La torre de control de la localidad francesa de Aix-en-Provence, en el sur del país, pudo hablar por última vez con la cabina a las 10.30, en un momento en que el avión se encontraba a 11.400 metros de altitud. Los controladores, tal y como ha afirmado Royal en la emisora RMC, indicaron a los pilotos que mantuvieran ese nivel de vuelo y que se pusieran en contacto con la torre posteriormente. Tras las órdenes, recibieron confirmación desde la cabina. Un minuto después, no obstante, el avión comenzó a descender y los pilotos, según la ministra, no respondieron a la llamada de los controladores cuando estos les preguntaron por la pérdida de altura.

A las 10.40, el avión, a 2.000 metros de altitud, desapareció de los radares, y nueve minutos después helicópteros del pelotón de alta montaña de la localidad de Jausiers, un caza Mirage 2000 y un avión de suministro despegaron en su busca para ver qué sucedía. El dispositivo desplegado, según su relato, encontró a las 11.10 los restos del aparato, que se estrelló contra el macizo de los Trois Evêches, en el departamento francés de Alpes de Haute-Provence.

Con las primeras luces del día, los equipos de rescate han reanudado las tareas de búsqueda por tierra de las víctimas, suspendidas al caer la noche. El ministro Cazeneuve ha admitido que la esperanza de encontrar supervivientes es "débil". Más de 600 personas, entre gendarmes, bomberos, miembros del Ejército y personal técnico, se encuentran en la remota y abrupta zona de los Alpes donde se estrelló el vuelo GWI9525 de Germanwings, filial de bajo coste de la alemana Lufthansa, de Barcelona a Düsseldorf, con 144 pasajeros a bordo (67 de alemanes, incluido un grupo de estudiantes de intercambio, y 45 con apellidos españoles) y seis tripulantes (dos pilotos y cuatro ayudantes de cabina). Dos de los fallecidos son bebés. También hay un ciudadano belga y un buen número de turcos, además de otras nacionalidades: dos japoneses, dos australianos, dos argentinos, dos colombianos y tres mexicanos. Hasta el momento no se ha hecho pública la lista oficial de víctimas.

El movimiento de vehículos se ha intensificado a partir de las siete de la mañana, nada más salir el sol en la localidad de Seyne-les-Alpes, a pocos kilómetros del lugar del accidente y donde se concentran los servicios de rescate. A las 15.30 está previsto que el presidente francés, François Hollande, el español, Mariano Rajoy, y la canciller Angela Merkel lleguen a esta localidad. La policía ha balizado todo el recorrido para facilitar la llegada de las familias de las víctimas. Rajoy ha recogido al presidente de la Generalitat, Artur Mas para viajar juntos a la zona.

Cinco helicópteros han reanudado los sobrevuelos en la zona mientras una columna de gendarmes ha retomado la ruta a pie hacia el lugar, a casi 3.000 metros. Las autoridades tratan de crear un camino a pie hacia el lugar donde se encuentran los restos del Airbus A320. En las últimas horas ha nevado en la zona del accidente y se teme que las condiciones meteorológicas compliquen las labores de rescate. Aunque las nubes están altas, lo que facilita el vuelo de los helicópteros, es posible que llueva y que haya viento a lo largo del día, según los servicios meteorológicos.

El avión está “completamente destrozado” y el resto más grande del aparato tiene el tamaño de “un coche”, según ha declarado el presidente del Consejo General de la región de los Alpes-Haute Provence, Gilbert Sauvan, al diario francés Les Échos. “La zona del accidente es inaccesible, salvo por helicóptero. Ocho aparatos van a sumarse a la operación de rescate desde la localidad de Seyne-les-Alpes con el fin de llevar a los investigadores al lugar del siniestro", ha añadido. “Va a llevar días recuperar a las víctimas, luego los restos”, ha explicado por su parte el alto oficial de policía Jean-Paul Bloy. España tiene previsto enviar a seis policías y guardias civiles para colaborar en la identificación de las víctimas.

Lufthansa ha señalado que opera este miércoles sus vuelos con normalidad y que asumirá el máximo número de los cancelados ayer por su filial Germanwings, que tuvo que suspender 30 vuelos porque varios pilotos se negaron a volar. Este miércoles, Germanwings cancelará sólo un vuelo, el 4U 354 desde Colonia a Londres.

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