El cielo y el infierno contra Holanda
Madrid, Marca
Cuando se escriba la historia de la generación de oro del fútbol español, la que todo lo ganó entre 2008 y 2012, el nombre de Holanda aparecerá como referente del momento en el que se alcanzó la cima más mítica y del que marcó la puesta de sol. A un lado, la estrella lograda el 11 de julio de 2010 en Johannesburgo; al otro, la mortal herida recibida el 13 de junio de este año en Salvador de Bahía.
España jugará el martes por primera contra la Oranje en el Ámsterdam Arena, monumento futbolístico de una ciudad sagrada para los madridistas , en la que la selección debutó goleando a México (7-1) en los Juegos de Amberes para días más tarde sufrir la mayor goleada de su historia (el mismo marcador pero en contra ante Italia) y en la que su único amistoso con la selección holandesa data de mayo de 1973 (derrota por 3-2 con aquel increíble autogol entre Miguel Reina y Violeta ante la amenaza de Cruyff).
"Que todo no pueda ser como antes no significa que sea peor"
Y en ese viaje por la historia de La Roja no habrá mejor guía que Andrés Iniesta, el icono de la selección por aquel derechazo en suelo sudafricano. La cara del 8 de España lo refleja todo cuando se le pregunta por un partido en el que se tocan los dos extremos de este equipo: “Los recuerdos están y estarán siempre ahí. Uno nos marcó para siempre, para la historia; y el otro, el último partido con ellos, fue una decepción muy importante para todos. La vida sigue, todo sigue y en Ámsterdam vamos a tratar poder regresar con un buen sabor de boca”.
La España que mañana aterrizará en Schiphol es un equipo en reconstrucción. “Ante Ucrania mostramos cosas positivas, sobre todo en la primera parte, pero también negativas. Y son estas las que nos tiene que servir para seguir creciendo. Todo tiene su proceso. Ahora tenemos que intentar ser más regulares. El estilo que tenemos es el que es, pero todo es distinto. No podemos pensar que todo sea como antes. Y eso no quiere decir que sea peor. Todo tiene su proceso y ahora lo que hay que hacer es seguir creyendo y creciendo”, explica Iniesta.
Dos partes
Sobre las sensaciones que dejó el partido del Pizjuán, el manchego, como todo el mundo, divide el análisis en dos partes: “En la primera parte estuvimos cómodos, funcionamos francamente bien como equipo. En la segunda, sin embargo, nos desajustamos bastante, no tuvimos el control del juego y el resultado llegó a estar en peligro. Es hora de sacar conclusiones de lo bueno y de lo malo”.
Sorprendido por el debate que genera su alianza en el campo con Isco, Iniesta insistes en que son dos jugadores diferentes: “Nos entendemos bien. Ocupamos demarcaciones distintas y podemos jugar juntos y hacerlo cómodos”.
Será el decimosegundo partido entre España y Holanda (empate a cinco victorias y un empate), pero todo han sido fracasos en suelo naranja: el citado 3-2 de 1973, 2-1 en Rotterdam una década después y 1-0, también en la ciudad portuaria, en 2002. Este es especial por la herida que provocó lo ocurrido el 13 de junio de 2014 en Brasil.
Cuando se escriba la historia de la generación de oro del fútbol español, la que todo lo ganó entre 2008 y 2012, el nombre de Holanda aparecerá como referente del momento en el que se alcanzó la cima más mítica y del que marcó la puesta de sol. A un lado, la estrella lograda el 11 de julio de 2010 en Johannesburgo; al otro, la mortal herida recibida el 13 de junio de este año en Salvador de Bahía.
España jugará el martes por primera contra la Oranje en el Ámsterdam Arena, monumento futbolístico de una ciudad sagrada para los madridistas , en la que la selección debutó goleando a México (7-1) en los Juegos de Amberes para días más tarde sufrir la mayor goleada de su historia (el mismo marcador pero en contra ante Italia) y en la que su único amistoso con la selección holandesa data de mayo de 1973 (derrota por 3-2 con aquel increíble autogol entre Miguel Reina y Violeta ante la amenaza de Cruyff).
"Que todo no pueda ser como antes no significa que sea peor"
Y en ese viaje por la historia de La Roja no habrá mejor guía que Andrés Iniesta, el icono de la selección por aquel derechazo en suelo sudafricano. La cara del 8 de España lo refleja todo cuando se le pregunta por un partido en el que se tocan los dos extremos de este equipo: “Los recuerdos están y estarán siempre ahí. Uno nos marcó para siempre, para la historia; y el otro, el último partido con ellos, fue una decepción muy importante para todos. La vida sigue, todo sigue y en Ámsterdam vamos a tratar poder regresar con un buen sabor de boca”.
La España que mañana aterrizará en Schiphol es un equipo en reconstrucción. “Ante Ucrania mostramos cosas positivas, sobre todo en la primera parte, pero también negativas. Y son estas las que nos tiene que servir para seguir creciendo. Todo tiene su proceso. Ahora tenemos que intentar ser más regulares. El estilo que tenemos es el que es, pero todo es distinto. No podemos pensar que todo sea como antes. Y eso no quiere decir que sea peor. Todo tiene su proceso y ahora lo que hay que hacer es seguir creyendo y creciendo”, explica Iniesta.
Dos partes
Sobre las sensaciones que dejó el partido del Pizjuán, el manchego, como todo el mundo, divide el análisis en dos partes: “En la primera parte estuvimos cómodos, funcionamos francamente bien como equipo. En la segunda, sin embargo, nos desajustamos bastante, no tuvimos el control del juego y el resultado llegó a estar en peligro. Es hora de sacar conclusiones de lo bueno y de lo malo”.
Sorprendido por el debate que genera su alianza en el campo con Isco, Iniesta insistes en que son dos jugadores diferentes: “Nos entendemos bien. Ocupamos demarcaciones distintas y podemos jugar juntos y hacerlo cómodos”.
Será el decimosegundo partido entre España y Holanda (empate a cinco victorias y un empate), pero todo han sido fracasos en suelo naranja: el citado 3-2 de 1973, 2-1 en Rotterdam una década después y 1-0, también en la ciudad portuaria, en 2002. Este es especial por la herida que provocó lo ocurrido el 13 de junio de 2014 en Brasil.