El Barça regresa a otra final
Doblete del brasileño (minutos 3 y 43). El Villarreal empezó a creer tras el empate de Jonathan dos Santos en el 39'. La expulsión de Pina y el gol del 9 uruguayo, determinantes.
Villarreal, As
El Barça regresa un año más a la final de la Copa del Rey después de ganar al Villarreal por 1-3 tras un partido en el que el equipo entrenado por Luis Enrique le costó mucho hacer de Barça y al Villarreal no le dio la gasolina para aguantar 180 minutos ante el conjunto blaugrana.
Los de Marcelino, por momentos a lo largo de la eliminatoria, han estado a la altura del rival, pero a la larga, la calidad individual se acaba imponiendo y el Barça, en ese aspecto, arrolló al Villarreal. Tres fogonazos del Barça liquidaron al equipo castellonense. Cierto es que durante gran parte del encuentro los blaugrana sufrieron más de la cuenta y jugaron con fuego, pero también es verdad que locales se despertaron demasiado tarde, cuando la posibilidad de remontar ya se les había escapado de las manos.
El tanto de Neymar a los tres minutos de partido fue determinante y marcó el desarrollo de un partido extraño, en el que durante la mayor parte del tiempo, el Barcelona prefirió jugar antes con su portero que con sus centrocampistas. Para compensar, al Villarreal le faltó el orden del cual siempre hace gala. Tras una primera parte de locos, en la que nadie se hizo con el control del encuentro, en la segunda, el duelo se rompió cuando Pina vio la tarjeta roja a los 65’ minutos y ya en superioridad, el Barça le dio la puntilla al partido con un gol de Suárez y otro más de Neymar, determinante en esta competición, en la que ha marcado seis goles.
Un fogonazo de calidad de Messi, el único posiblemente que tuvo a lo largo de todo el partido marco el guión de la obra nada más empezar. Un pase medido al centro del área que Neymar convirtió en el 0-1 nada más iniciarse el duelo. Con ese gol, el escenario cambiaba radicalmente. El Barça se vio en ese instante ya en la final y al Villarreal le faltó la rabia necesaria para rebelarse. De ese efecto surgió un partido trabado, sin dueño y anárquico que el Barcelona no se decidió a matar cuando lo tenía a huevo.
En vez de ir a por el partido, el Barcelona se dedicó a contemporizar y a jugar con su portero. En la primera parte, Ter Stegen tocó más veces la pelota que Messi y más que Suárez y Neymar juntos. Cada balón comprometido del Barcelona se retrasaba al portero, que dicho sea de paso, toca la pelota mejor que la mayoría de centrocampistas de Europa. Es un seguro el tipo, que no la rifa nunca. Apoyados en el guardameta alemán, el Barça supo sobrevivir con relativa tranquilidad hasta el minuto 38 de la primera parte, cuando Jonathan dos Santos cazó un centro de Jaume Costa marcando el empate.
Lo peor de esa jugada fue la lesión de Busquets, que fue retirado del campo en camilla. Al Villarreal le faltó incluso en ese momento fe para irse contra la portería del Barça, que supo llegar al descanso sin agobios.
En la segunda mitad, el Barça fue más listo y no se dejó avasallar. O puede que al Villarreal se le acabara la gasolina. El único local que iba pasado de revoluciones y que parecía ser consciente de jugarse una final era Pina, que vio la roja a 25 minutos del final. Esa expulsión marcó el final del sueño del Villarreal. Luego compareció Xavi en el campo y en medio de la siesta, el de Terrassa dirigió el descabello barcelonista. Con él en el campo (y el Villarreal con uno menos) Suárez sentenció la eliminatoria y a tres minutos del final, Neymar completaba su actuación con el segundo gol.
Villarreal, As
El Barça regresa un año más a la final de la Copa del Rey después de ganar al Villarreal por 1-3 tras un partido en el que el equipo entrenado por Luis Enrique le costó mucho hacer de Barça y al Villarreal no le dio la gasolina para aguantar 180 minutos ante el conjunto blaugrana.
Los de Marcelino, por momentos a lo largo de la eliminatoria, han estado a la altura del rival, pero a la larga, la calidad individual se acaba imponiendo y el Barça, en ese aspecto, arrolló al Villarreal. Tres fogonazos del Barça liquidaron al equipo castellonense. Cierto es que durante gran parte del encuentro los blaugrana sufrieron más de la cuenta y jugaron con fuego, pero también es verdad que locales se despertaron demasiado tarde, cuando la posibilidad de remontar ya se les había escapado de las manos.
El tanto de Neymar a los tres minutos de partido fue determinante y marcó el desarrollo de un partido extraño, en el que durante la mayor parte del tiempo, el Barcelona prefirió jugar antes con su portero que con sus centrocampistas. Para compensar, al Villarreal le faltó el orden del cual siempre hace gala. Tras una primera parte de locos, en la que nadie se hizo con el control del encuentro, en la segunda, el duelo se rompió cuando Pina vio la tarjeta roja a los 65’ minutos y ya en superioridad, el Barça le dio la puntilla al partido con un gol de Suárez y otro más de Neymar, determinante en esta competición, en la que ha marcado seis goles.
Un fogonazo de calidad de Messi, el único posiblemente que tuvo a lo largo de todo el partido marco el guión de la obra nada más empezar. Un pase medido al centro del área que Neymar convirtió en el 0-1 nada más iniciarse el duelo. Con ese gol, el escenario cambiaba radicalmente. El Barça se vio en ese instante ya en la final y al Villarreal le faltó la rabia necesaria para rebelarse. De ese efecto surgió un partido trabado, sin dueño y anárquico que el Barcelona no se decidió a matar cuando lo tenía a huevo.
En vez de ir a por el partido, el Barcelona se dedicó a contemporizar y a jugar con su portero. En la primera parte, Ter Stegen tocó más veces la pelota que Messi y más que Suárez y Neymar juntos. Cada balón comprometido del Barcelona se retrasaba al portero, que dicho sea de paso, toca la pelota mejor que la mayoría de centrocampistas de Europa. Es un seguro el tipo, que no la rifa nunca. Apoyados en el guardameta alemán, el Barça supo sobrevivir con relativa tranquilidad hasta el minuto 38 de la primera parte, cuando Jonathan dos Santos cazó un centro de Jaume Costa marcando el empate.
Lo peor de esa jugada fue la lesión de Busquets, que fue retirado del campo en camilla. Al Villarreal le faltó incluso en ese momento fe para irse contra la portería del Barça, que supo llegar al descanso sin agobios.
En la segunda mitad, el Barça fue más listo y no se dejó avasallar. O puede que al Villarreal se le acabara la gasolina. El único local que iba pasado de revoluciones y que parecía ser consciente de jugarse una final era Pina, que vio la roja a 25 minutos del final. Esa expulsión marcó el final del sueño del Villarreal. Luego compareció Xavi en el campo y en medio de la siesta, el de Terrassa dirigió el descabello barcelonista. Con él en el campo (y el Villarreal con uno menos) Suárez sentenció la eliminatoria y a tres minutos del final, Neymar completaba su actuación con el segundo gol.