Denunció que fue discriminada para trabajar en Abercrombie & Fitch por usar velo islámico
lanacion.com
Con sus empleados que suelen ser como modelos, sus publicidades con cuerpos semidesnudos y sus tiendas en penumbra y casi siempre llenas, Abercrombie and Fitch (A&F) es una de las marcas más conocidas entre los jóvenes en Estados Unidos y otras partes del mundo.
Pero recientemente, un trozo de vestimenta que no es de la que vende en sus almacenes la tiene bajo la atención de los medios, pues la Corte Suprema de Estados Unidos está en proceso de decidir si la marca discriminó contra una adolescente musulmana.
La adolescente, Samantha Elauf, buscaba trabajo en la tienda en Tulsa, Oklahoma, en 2008, pero dice que fue rechazada porque su velo islámico o hijab iba en contra del código de vestimenta de la compañía.
El caso enfrenta a grupos religiosos con entidades comerciales y tiene el potencial de sentar un precedente sobre los derechos laborales en el país.
La política de A&F indica que los empleados deben tener una figura esbelta, usar ropa ajustada y no pueden usar prendas negras.
Las mujeres, además, deben llevar pelo largo, su maquillaje debe ser natural y no pueden tener esmalte en las uñas.
A&F cuestiona la acusación de Elauf y si bien reconoce que no fue contratada por llevar el velo, argumenta que la adolescente no pidió específicamente ser eximida del código de vestuario por su religión.
Más allá de un caso en particular
Esto último es precisamente lo que buscará definir la Corte Suprema en la decisión que está prevista para los próximos meses: si un potencial empleado debe pedir de manera explícita que sea eximido de ciertas reglas por su religión.
Según la ley estadounidense, los empleadores deben "acomodar de manera razonable" las creencias religiosas de sus candidatos, siempre y cuando no generen dificultades exageradas para el negocio.
En un comunicado enviado a la BBC, un portavoz de A&F dijo que en el pasado ha hecho numerosos "acomodos religiosos", incluyendo sobre los velos islámicos, y negó que el caso ante la Corte Suprema fuera uno de discriminación.
Pero aunque A&F describa el tema como "estrecho" y lo limite al caso de Elauf, lo cierto es que va mucho más allá y ya enfrenta a quienes defienden las actividades comerciales y quienes abogan por los derechos de los trabajadores.
Caída en ventas
Pese a su popularidad, las ventas de Abercrombie and Fitch han caído en los últimos años.
La tienda de ropa se ha visto en problemas a medida que han cambiado los hábitos de consumo de los jóvenes.
Muchos jóvenes se han alejado de su estilo "preppy" hacia cadenas tipo "fast-fashion" como Forever 21 y H&M.
En diciembre pasado renunció Mike Jeffries, el controversial presidente que ayudó a transformar la compañía en los años 90.
Jeffries tuvo que disculparse varias veces por sus comentarios, en los que aseguró que sus prendas sólo debían ser vestidas por personas delgadas y atractivas.
Algunos apoyos
Abercrombie ha recibido el apoyo, por ejemplo, de entidades como la Cámara de Comercio de Estados Unidos o la Federación Nacional de Comercios Independientes.
Ellos temen que una decisión en contra de la tienda de ropa pueda generar un precedente negativo y los afecte si se ven envueltos en casos de discriminación no intencional.
Pero grupos religiosos y de derechos humanos han apoyado la causa de Elauf y de quien presentó la demanda en su nombre, la Comisión para las oportunidades laborales igualitarias (EEOC, por sus siglas en inglés).
Estas entidades piden un trato equitativo para los empleados, más allá de sus afinidades personales.
Otros casos
Si bien es un caso que está generando atención nacional, esta no es la primera vez que A&F causa polémica por sus políticas.
En el pasado ha sido criticado por enfocar sus productos específicamente en jóvenes "cool" y atractivos, así como por sus comerciales que, en opinión de algunas organizaciones conservadoras, son casi pornográficos.
Y hace más de una década, varios candidatos a empleo hispanos, negros y asiáticos demandaron a la tienda de ropa con el argumento de que habían sido relegados a puestos poco visibles en los depósitos de las tiendas.
A&F pagó una millonaria compensación y acordó ampliar la diversidad para incluir a más personas no blancas en sus tiendas, comerciales y catálogos.
Hoy, la compañía asegura que tiene en marcha programas de inclusión y ha aumentado la diversidad de sus empleados.
Pero se ha visto criticada de nuevo por la situación de Elauf, quien el mes pasado dijo que no quería ganar el caso solo por ella sino para proteger los derechos laborales de las personas de todas las creencias.
Y ella inicialmente logró un triunfo importante, pues un jurado ordenó que se le pagaran US$20.000 en perjuicios, aunque una corte más alta rechazó los argumentos y dijo que ella nunca dijo que necesitaba ser eximida.
Ahora, su caso -con todas sus implicaciones- será resuelto de manera definitiva por la Corte Suprema que se espera que presente una decisión en los próximos meses.
Con sus empleados que suelen ser como modelos, sus publicidades con cuerpos semidesnudos y sus tiendas en penumbra y casi siempre llenas, Abercrombie and Fitch (A&F) es una de las marcas más conocidas entre los jóvenes en Estados Unidos y otras partes del mundo.
Pero recientemente, un trozo de vestimenta que no es de la que vende en sus almacenes la tiene bajo la atención de los medios, pues la Corte Suprema de Estados Unidos está en proceso de decidir si la marca discriminó contra una adolescente musulmana.
La adolescente, Samantha Elauf, buscaba trabajo en la tienda en Tulsa, Oklahoma, en 2008, pero dice que fue rechazada porque su velo islámico o hijab iba en contra del código de vestimenta de la compañía.
El caso enfrenta a grupos religiosos con entidades comerciales y tiene el potencial de sentar un precedente sobre los derechos laborales en el país.
La política de A&F indica que los empleados deben tener una figura esbelta, usar ropa ajustada y no pueden usar prendas negras.
Las mujeres, además, deben llevar pelo largo, su maquillaje debe ser natural y no pueden tener esmalte en las uñas.
A&F cuestiona la acusación de Elauf y si bien reconoce que no fue contratada por llevar el velo, argumenta que la adolescente no pidió específicamente ser eximida del código de vestuario por su religión.
Más allá de un caso en particular
Esto último es precisamente lo que buscará definir la Corte Suprema en la decisión que está prevista para los próximos meses: si un potencial empleado debe pedir de manera explícita que sea eximido de ciertas reglas por su religión.
Según la ley estadounidense, los empleadores deben "acomodar de manera razonable" las creencias religiosas de sus candidatos, siempre y cuando no generen dificultades exageradas para el negocio.
En un comunicado enviado a la BBC, un portavoz de A&F dijo que en el pasado ha hecho numerosos "acomodos religiosos", incluyendo sobre los velos islámicos, y negó que el caso ante la Corte Suprema fuera uno de discriminación.
Pero aunque A&F describa el tema como "estrecho" y lo limite al caso de Elauf, lo cierto es que va mucho más allá y ya enfrenta a quienes defienden las actividades comerciales y quienes abogan por los derechos de los trabajadores.
Caída en ventas
Pese a su popularidad, las ventas de Abercrombie and Fitch han caído en los últimos años.
La tienda de ropa se ha visto en problemas a medida que han cambiado los hábitos de consumo de los jóvenes.
Muchos jóvenes se han alejado de su estilo "preppy" hacia cadenas tipo "fast-fashion" como Forever 21 y H&M.
En diciembre pasado renunció Mike Jeffries, el controversial presidente que ayudó a transformar la compañía en los años 90.
Jeffries tuvo que disculparse varias veces por sus comentarios, en los que aseguró que sus prendas sólo debían ser vestidas por personas delgadas y atractivas.
Algunos apoyos
Abercrombie ha recibido el apoyo, por ejemplo, de entidades como la Cámara de Comercio de Estados Unidos o la Federación Nacional de Comercios Independientes.
Ellos temen que una decisión en contra de la tienda de ropa pueda generar un precedente negativo y los afecte si se ven envueltos en casos de discriminación no intencional.
Pero grupos religiosos y de derechos humanos han apoyado la causa de Elauf y de quien presentó la demanda en su nombre, la Comisión para las oportunidades laborales igualitarias (EEOC, por sus siglas en inglés).
Estas entidades piden un trato equitativo para los empleados, más allá de sus afinidades personales.
Otros casos
Si bien es un caso que está generando atención nacional, esta no es la primera vez que A&F causa polémica por sus políticas.
En el pasado ha sido criticado por enfocar sus productos específicamente en jóvenes "cool" y atractivos, así como por sus comerciales que, en opinión de algunas organizaciones conservadoras, son casi pornográficos.
Y hace más de una década, varios candidatos a empleo hispanos, negros y asiáticos demandaron a la tienda de ropa con el argumento de que habían sido relegados a puestos poco visibles en los depósitos de las tiendas.
A&F pagó una millonaria compensación y acordó ampliar la diversidad para incluir a más personas no blancas en sus tiendas, comerciales y catálogos.
Hoy, la compañía asegura que tiene en marcha programas de inclusión y ha aumentado la diversidad de sus empleados.
Pero se ha visto criticada de nuevo por la situación de Elauf, quien el mes pasado dijo que no quería ganar el caso solo por ella sino para proteger los derechos laborales de las personas de todas las creencias.
Y ella inicialmente logró un triunfo importante, pues un jurado ordenó que se le pagaran US$20.000 en perjuicios, aunque una corte más alta rechazó los argumentos y dijo que ella nunca dijo que necesitaba ser eximida.
Ahora, su caso -con todas sus implicaciones- será resuelto de manera definitiva por la Corte Suprema que se espera que presente una decisión en los próximos meses.