Bruselas se moviliza para frenar la inestabilidad al sur del Mediterráneo

La Unión Europea estudia enviar una misión a Libia si se forma un Gobierno de unidad

Lucía Abellán
Bruselas, El País
Tras la conexión que las autoridades tunecinas establecieron entre los autores del atentado terrorista perpetrado el miércoles y Libia, donde supuestamente fueron entrenados, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se comprometieron este viernes a estrechar su cooperación con Túnez, pero sobre todo a aplicar las medidas necesarias para estabilizar Libia, que calificaron como “un reto serio para la paz y la seguridad que requiere toda la atención de la UE”. Entre esas opciones figuran el envío de una misión —civil o incluso militar— para apaciguar las tensiones. El hipotético despliegue sólo se producirá si prospera la iniciativa de la ONU para formar un Gobierno de unidad, según las distintas fuentes diplomáticas consultadas.


“En ningún caso planeamos una intervención militar, pero sí preparamos todas las posibilidades también en el plano de la seguridad para apoyar ese Gobierno”, enfatizó la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, a su llegada a la cumbre que concluyó este viernes en Bruselas. Mogherini pidió a los líderes europeos un fuerte respaldo a cualquier posible misión, cuyos detalles perfila ahora su departamento. Las principales opciones consisten en una fuerza para custodiar las infraestructuras del país —y evitar, por ejemplo, ataques a conexiones clave o instalaciones petrolíferas— o en una misión de entrenamiento para sus fuerzas de seguridad. Los ministros de Exteriores deberán examinar en abril esas posibilidades.

El polvorín del norte de África

Tanto Mogherini como los principales países del sur abogaban por ir diseñando ya la posible misión para tenerla definida en caso de que el Ejecutivo integrador se constituya en breve y haya que desplegarla. Pero otros países rechazaron esas prisas y finalmente las propuestas quedaron retrasadas varias semanas, explican fuentes diplomáticas.

Europa sabe que la estabilización de Libia es fundamental para el continente. Más aún que Siria e Irak, la desintegración libia afecta a Europa por dos vías: el terrorismo y la gran afluencia de inmigrantes que atraviesan el país para alcanzar el territorio comunitario. Sin un Estado que controle y con dos facciones que se disputan el poder, el territorio es permeable a todo tipo de tráfico (inmigrantes, yihadistas, armas...). El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, valoró “la implicación de algunos líderes europeos” —el presidente español, Mariano Rajoy, y el primer ministro italiano, Matteo Renzi, a los que citó por su nombre—, así como de Grecia y Malta. Esos cuatro países constituyen el área más expuesta a las convulsiones del sur.

Fruto de ese compromiso para aplacar los ánimos en la vecindad sur, España pidió que en las conclusiones de la cumbre de este viernes figurara una mención a la reunión de ministros de Exteriores europeos y de países sureños que España ha organizado para el próximo 13 de abril en Barcelona. Los Veintiocho dieron la bienvenida a este encuentro —adelantado por EL PAÍS— como “una oportunidad única de escuchar los puntos de vista de los vecinos del sur”. La cita acogerá a los titulares de Exteriores de los países miembros y a los grandes actores de la región sur, incluidos Israel y Palestina. Siria y Libia no están invitados porque carecen de interlocutores válidos dada la situación interna de esos países. Rajoy anunció este viernes que inaugurará ese encuentro, que tratará de revisar la relación de Europa con sus vecinos meridionales y corregir errores de la actual política de cooperación. La reunión se celebrará en el Palau de Pedralbes y se invitará al presidente de la Generalitat, Artur Mas, a hacer una salutación de bienvenida.

Más allá de ese marco general, los jefes de Estado y de Gobierno pusieron el foco en Túnez, la única historia de éxito de las primaveras árabes que el atentado terrorista del pasado miércoles empañó. “El riesgo es bastante evidente: que Túnez se convierta en el próximo escalón de actividad y violencia del Estado Islámico”, alertó Tusk. Tanto él como la alta representante de la UE viajarán a Túnez a fin de mes para reforzar la lucha antiterrorista.

El comunicado de conclusiones refleja ese compromiso, sin medidas concretas, y anuncia mayor cooperación en el desarrollo económico y social del país. Respecto a Libia, cualquier medida comunitaria está supeditada a que prosperen los contactos que lidera la ONU, con Bernardino León como enviado especial, para lograr un alto el fuego en el país y un Gobierno de unidad.

“La influencia del Estado Islámico está aumentando de forma perceptible ahí. Libia está en nuestro patio. Y si los problemas no se resuelven en Libia, la UE tendrá un enorme problema”, alertó la canciller alemana Angela Merkel, que admitió las dificultades de crear un Ejecutivo de unidad nacional. El presidente francés, François Hollande, habló de acciones conjuntas contra el terrorismo y prometió que Francia “se asociará” al plan que presente Mogherini.

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