Atlético-Getafe (2-0): Fernando Torres brilla y el Atleti se pasea
Gran partido del Niño que marcó su primer gol en Liga nada más empezar el partido. Tiago sentenció luego. Gustaron Koke, Raúl Jiménez, Giménez y Oblak. El Getafe, blando.
Madrid, As
Tras unos días de enorme intensidad, qué mejor que un fin de semana en un balneario. El Getafe, amable vecino que no le marca un gol al Atleti desde 2011, así lo entendió y se ofreció a entretenerle a los niños. Sobre todo, a ese Niño de 31 años que nunca dejará de serlo para el Manzanares, porque para sus (miles de) padres siempre será aquel chaval pecoso. La familia, ya saben. Dos minutos justos tardó Fernando Torres en abrir el marcador con un cabezazo impecable en una falta sacada por Koke, su hermano menor (en edad, no en talento). El resto fue un agradable paseo para los rojiblancos, que llegan al parón en línea ascendente y aguantan el demarraje del Valencia. Gran semana la suya.
El partido, que duró en realidad 45 minutos, dejó varias buenas noticias para Simeone, al que las lesiones y sanciones de algunos de sus clásicos (Moyá, Miranda, Raúl García, Mandzukic...) están empujando a descubrir valores menos consolidados, pero con un techo más alto como Oblak o Giménez, impecables ambos y cuya presencia en el once se antoja permanente. También se vio un nuevo Raúl Jiménez, mucho más suelto y atrevido que a principios de Liga. Sin deslumbrar, dejó sensación de delantero útil y en crecimiento. El Calderón le despidió con una ovación que fue un perdón sin palabras.
Pero los protagonistas de la tarde fueron los chicos de la casa. Torres, con su primer gol en la Liga desde el 27 de mayo de 2007 y 90 minutos completísimos: potente, inteligente en el desmarque, ofreciendo siempre una salida, peligro constante. Va a más cada día. Koke, al fin a tope tras su lesión, ejerce de vínculo entre Tiago y Arda, completando un triángulo indispensable para que el Atleti trate la pelota como si estuviera en su bando y no en el contrario. Además, el canterano recuperó el tino a balón parado, con una exhibición de córners y faltas laterales de las que nacieron ambos goles. Con la primavera, la pizarra y el Atleti vuelven a quererse. Alerta roja para el resto: los del Cholo llevan 20 goles de estrategia en la Liga y 21 de cabeza. Una barbaridad.
Tras el 1-0, el Atleti tuvo 25 minutos estupendos. Koke disparó al poste y el rechace pegó en Guaita antes de que el balón cobrase vida propia y decidiera, con un efecto imposible, que no quería entrar. El portero volvió a tener suerte cuando un remate a bocajarro del mismo Koke le fue a las manos y un disparo cruzado de Raúl Jiménez se marchó rozando el palo.
Perdonó el Atleti y el Getafe, casi sin querer, se encontró con Freddy a punto de fusilar a Oblak para empatar. Pero Giménez está aún en esa edad inconsciente en la que te crees inmortal y se tiró en plancha aras de suelo para evitar el gol con la cabeza. El chico es un fenómeno. El susto le duró unos minutos al Atleti y permitió a Oblak hacer méritos con una salida veloz a pies de Álvaro Vázquez. Ahí se acabó el Geta.
El Atleti se desperezó lo justo para cerrar el partido antes del descanso. En dos córners de Koke seguidos, Giménez y Arda rozaron el gol. Y en el 44’, Freddy hizo una falta tontísima a Juanfran en el lateral del área (debe ser su hobby, porque acababa de cometer otra absurda e igual de peligrosa sobre Torres) y el Atleti consideró que ya había avisado suficiente. Sacó Koke, peinó Jiménez y cabeceó a placer Tiago.
La segunda parte fue una plácida sobremesa que sirvió para que la grada cantase el Cumpleaños feliz a Torres y Griezmann y disfrutase, tras el drama del Leverkusen, de una tarde tranquila. Seguramente una de las últimas del curso. Ahora empieza lo gordo y el Atleti parece preparado.
Madrid, As
Tras unos días de enorme intensidad, qué mejor que un fin de semana en un balneario. El Getafe, amable vecino que no le marca un gol al Atleti desde 2011, así lo entendió y se ofreció a entretenerle a los niños. Sobre todo, a ese Niño de 31 años que nunca dejará de serlo para el Manzanares, porque para sus (miles de) padres siempre será aquel chaval pecoso. La familia, ya saben. Dos minutos justos tardó Fernando Torres en abrir el marcador con un cabezazo impecable en una falta sacada por Koke, su hermano menor (en edad, no en talento). El resto fue un agradable paseo para los rojiblancos, que llegan al parón en línea ascendente y aguantan el demarraje del Valencia. Gran semana la suya.
El partido, que duró en realidad 45 minutos, dejó varias buenas noticias para Simeone, al que las lesiones y sanciones de algunos de sus clásicos (Moyá, Miranda, Raúl García, Mandzukic...) están empujando a descubrir valores menos consolidados, pero con un techo más alto como Oblak o Giménez, impecables ambos y cuya presencia en el once se antoja permanente. También se vio un nuevo Raúl Jiménez, mucho más suelto y atrevido que a principios de Liga. Sin deslumbrar, dejó sensación de delantero útil y en crecimiento. El Calderón le despidió con una ovación que fue un perdón sin palabras.
Pero los protagonistas de la tarde fueron los chicos de la casa. Torres, con su primer gol en la Liga desde el 27 de mayo de 2007 y 90 minutos completísimos: potente, inteligente en el desmarque, ofreciendo siempre una salida, peligro constante. Va a más cada día. Koke, al fin a tope tras su lesión, ejerce de vínculo entre Tiago y Arda, completando un triángulo indispensable para que el Atleti trate la pelota como si estuviera en su bando y no en el contrario. Además, el canterano recuperó el tino a balón parado, con una exhibición de córners y faltas laterales de las que nacieron ambos goles. Con la primavera, la pizarra y el Atleti vuelven a quererse. Alerta roja para el resto: los del Cholo llevan 20 goles de estrategia en la Liga y 21 de cabeza. Una barbaridad.
Tras el 1-0, el Atleti tuvo 25 minutos estupendos. Koke disparó al poste y el rechace pegó en Guaita antes de que el balón cobrase vida propia y decidiera, con un efecto imposible, que no quería entrar. El portero volvió a tener suerte cuando un remate a bocajarro del mismo Koke le fue a las manos y un disparo cruzado de Raúl Jiménez se marchó rozando el palo.
Perdonó el Atleti y el Getafe, casi sin querer, se encontró con Freddy a punto de fusilar a Oblak para empatar. Pero Giménez está aún en esa edad inconsciente en la que te crees inmortal y se tiró en plancha aras de suelo para evitar el gol con la cabeza. El chico es un fenómeno. El susto le duró unos minutos al Atleti y permitió a Oblak hacer méritos con una salida veloz a pies de Álvaro Vázquez. Ahí se acabó el Geta.
El Atleti se desperezó lo justo para cerrar el partido antes del descanso. En dos córners de Koke seguidos, Giménez y Arda rozaron el gol. Y en el 44’, Freddy hizo una falta tontísima a Juanfran en el lateral del área (debe ser su hobby, porque acababa de cometer otra absurda e igual de peligrosa sobre Torres) y el Atleti consideró que ya había avisado suficiente. Sacó Koke, peinó Jiménez y cabeceó a placer Tiago.
La segunda parte fue una plácida sobremesa que sirvió para que la grada cantase el Cumpleaños feliz a Torres y Griezmann y disfrutase, tras el drama del Leverkusen, de una tarde tranquila. Seguramente una de las últimas del curso. Ahora empieza lo gordo y el Atleti parece preparado.