Xabi Prieto es el rey en el manicomio de Anoeta
San Sebastián, As
La matinal de Anoeta fue un loquinario. Llovió, salió el sol, se adelantó dos veces la Real, empató dos veces el Sevilla, volteó el marcador y se dejó remontar otra vez con un gol agónico de Xabi Prieto en el 90’. Por el camino, Teixeira le pitó un penaltito en contra el Sevilla, otro penaltito a favor y le escamoteó otro clamoroso a Diogo. Carriço estrelló un misil en el palo…, Arribas y Sergio Rico fueron un desastre… Todo hasta el 4-3 final que hace descarrilar al Sevilla en la carrera por la Champions y elevó una Real frágil e irregular, pero con pasión y estrella que se evitó un buen lío y despertó a su apasionada afición, que merecía una alegría así.
El partido fue un manicomio difícil de organizar, todo fue inesperado. Primero, la ligereza de la Real confió al Sevilla, que empezó bien pero lo que se encontró fue el 1-0 en contra después de un error imperdonable de Arribas, que perdió el balón de vista. Aguirretxe aprovechó la debilidad de Sergio Rico y conectó un buen remate para hacer el 1-0. A base de botar córners, y aunque Deulofeu se empeñó en tirar a la papelera más de la mitad por su obsesión con el gol olímpico, Kolo empató con un remate de anticipación al primer palo. Al Sevilla le había costado sudores empatar antes del descanso y al primer minuto de la segunda parte ya le habían hecho el 2-1. Entonces apareció Banega, feliz por la poca exigencia en la marca del rival. Distribuyó juego y el Sevilla goteó ocasiones gracias a la verticalidad de Aleix, en buena forma, y las subidas de Diogo. Marcó Bacca de cabeza, se rompió la ceja, le sustituyó Gameiro en medio del enfado monumental del colombiano y el francés marcó el 2-3 de penalti. Teixiera se sacó de la manga una mano involuntaria de Íñigo Martínez después de obviar antes una entrada clarísima de Rulli a Diogo en el área que era penalti.
Ahora sí, con 2-3 el partido fingió estar decidido. La Real había estado débil en el defensa y al Sevilla se le veía con fuerzas para aguantar el marcador porque aparentaba estar más entero y colocado y ser más serio y consistente. Por eso había remontado. Pero eso no iba por su portero y su central Arribas, que estuvo torpe en un rechace y se equivocó de portería. 3-3, Anoeta por las nubes y Denis Suárez mandando al limbo un pase de la muerte de Gameiro. No se dio tregua nadie hasta que Xabi Prieto marcó el 4-3. Fue la traca final de un partido de sobresaltos, transgresor de táctica y todo orden en el que los jugadores se dejaron llevar. La afición agradece estas licencias, pero a Emery le va a dar una buena jaqueca cuando se estudie el vídeo de camino a Moenchengladbach….
La matinal de Anoeta fue un loquinario. Llovió, salió el sol, se adelantó dos veces la Real, empató dos veces el Sevilla, volteó el marcador y se dejó remontar otra vez con un gol agónico de Xabi Prieto en el 90’. Por el camino, Teixeira le pitó un penaltito en contra el Sevilla, otro penaltito a favor y le escamoteó otro clamoroso a Diogo. Carriço estrelló un misil en el palo…, Arribas y Sergio Rico fueron un desastre… Todo hasta el 4-3 final que hace descarrilar al Sevilla en la carrera por la Champions y elevó una Real frágil e irregular, pero con pasión y estrella que se evitó un buen lío y despertó a su apasionada afición, que merecía una alegría así.
El partido fue un manicomio difícil de organizar, todo fue inesperado. Primero, la ligereza de la Real confió al Sevilla, que empezó bien pero lo que se encontró fue el 1-0 en contra después de un error imperdonable de Arribas, que perdió el balón de vista. Aguirretxe aprovechó la debilidad de Sergio Rico y conectó un buen remate para hacer el 1-0. A base de botar córners, y aunque Deulofeu se empeñó en tirar a la papelera más de la mitad por su obsesión con el gol olímpico, Kolo empató con un remate de anticipación al primer palo. Al Sevilla le había costado sudores empatar antes del descanso y al primer minuto de la segunda parte ya le habían hecho el 2-1. Entonces apareció Banega, feliz por la poca exigencia en la marca del rival. Distribuyó juego y el Sevilla goteó ocasiones gracias a la verticalidad de Aleix, en buena forma, y las subidas de Diogo. Marcó Bacca de cabeza, se rompió la ceja, le sustituyó Gameiro en medio del enfado monumental del colombiano y el francés marcó el 2-3 de penalti. Teixiera se sacó de la manga una mano involuntaria de Íñigo Martínez después de obviar antes una entrada clarísima de Rulli a Diogo en el área que era penalti.
Ahora sí, con 2-3 el partido fingió estar decidido. La Real había estado débil en el defensa y al Sevilla se le veía con fuerzas para aguantar el marcador porque aparentaba estar más entero y colocado y ser más serio y consistente. Por eso había remontado. Pero eso no iba por su portero y su central Arribas, que estuvo torpe en un rechace y se equivocó de portería. 3-3, Anoeta por las nubes y Denis Suárez mandando al limbo un pase de la muerte de Gameiro. No se dio tregua nadie hasta que Xabi Prieto marcó el 4-3. Fue la traca final de un partido de sobresaltos, transgresor de táctica y todo orden en el que los jugadores se dejaron llevar. La afición agradece estas licencias, pero a Emery le va a dar una buena jaqueca cuando se estudie el vídeo de camino a Moenchengladbach….