Rebeldes prosiguen ataques pese a tregua, afirma Ucrania

Kiev, AP
Los rebeldes separatistas dispararon casi en 50 ocasiones sobre posiciones del gobierno ucraniano en el último día, afirmó el viernes por la mañana un portavoz militar ucraniano, pese al alto el fuego declarado cinco días antes.


La noticia, que se conoce un día después de que los rebeldes con respaldo ruso tomaran Debáltseve, un estratégico núcleo ferroviario, plantea la cuestión de que las semanas de diplomacia de alto nivel dirigidas a producir un alto el fuego y un plan de paz para el este de Ucrania sólo permitieran a los rebeldes redoblar sus esfuerzos para ganar terreno.

El pueblo de Kurakhovo, al oeste del bastión rebelde de Donetsk, recibió fuego de cohetes Grad, y la localidad de Berdyansk, cerca de la ciudad portuaria de Mariupol, recibió fuego de artillería y mortero durante la noche, dijo el teniente coronel Antaoliy Stelmakh.

El portavoz afirmó que Rusia sigue llevando material militar a Ucrania, incluyendo 10 tanques que llegaron a Novoazovsk, cerca de Mariupol.

Está creciendo el temor a que los rebeldes pongan ahora la vista en Mariupol, una ciudad en manos del gobierno situada en el mar de Azov, entre la Rusia continental y la península de Crimea, anexionada por Rusia, que ahora no tienen conexión directa.

Los rebeldes celebraron el jueves su victoria sobre las tropas ucranianas en Debáltseve, un núcleo de transportes clave que conecta los baluartes separatistas más importantes. Los combatientes rebeldes recorrieron las calles llenas de escombros riendo, abrazándose y posando para fotografías, aunque la muerte de un miliciano cuando su vehículo chocó con una mina terrestre sirvió de recordatorio sobre el peligro latente.

Soldados ucranianos que salieron con vida de la ciudad describieron el jueves semanas de incansables fuego rebelde, seguidas de una caótica y apresurada retirada. Las autoridades ucranianas dijeron que 13 soldados habían muerto y 157 resultaron heridos en los combates, con 90 prisioneros y 82 desaparecidos, aunque los propios soldados afectados por el fuego enemigo hablaron de muchas más bajas.

"Empezaban por la noche, nos disparaban para no dejarnos dormir. Lo hacían toda la noche", dijo el jueves un soldado ucraniano llamado Andrei, después de huir de Debáltseve. "Después, por la mañana, nos atacaban, oleada tras oleada. Lo hicieron constantemente durante tres semanas".

Más de 5.600 personas han muerto en la guerra en el este de Ucrania, y en torno a un millón tuvieron que abandonar sus hogares desde que comenzaron los combates en abril, un mes después de que Rusia se anexionara Crimea. Rusia niega estar armando a los rebeldes o proporcionando tropas, pero las naciones occidentales y la OTAN señalan a imágenes por satélite de equipo ruso en el este de Ucrania.

Los líderes de Francia y Alemania, que la semana pasada supervisaron unas conversaciones de paz maratonianas entre los presidentes de Rusia y Ucrania, indicaron el jueves que están decididos a salvar el acuerdo de paz y a mantener a ambas partes en diálogo pese a la caída de Debáltseve.

En Kiev, grupos nacionalistas criticaron al gobierno por permitir la caída de la ciudad y no dar apoyo suficiente a las tropas que la defendían.

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