Por qué es mejor no verse muy bonito en los sitios de citas por internet

Internet, BBC
Es complicado.
Cualquiera sean tus circunstancias en el amor, esa frase, convertida en moneda de uso corriente cortesía de Facebook, puede resumirlo todo: llega otro San Valentín, quien no tiene pareja se pregunta cómo conseguirla; quien la tiene, considera cómo conservarla.

También hay quien pondera cómo deshacerse de ella. Pero en honor a Cupido, vamos a quedarnos con los dos primeros escenarios. Y a echar mano de una herramienta poco común para hallar las respuestas: la matemática. Y su “pareja” -de ocasión- la estadística.
Hannah Fry, profesora de matemática del Centro para el Análisis Espacial Avanzado del University College de Londres y autora del libro “Las matemáticas del amor”, le ofreció estos consejos a los lectores de la BBC.


Enorgullécete de ti mismo: saca provecho de tus particularidades
Cualquiera que se haya suscrito a un sitio de citas por internet habrá experimentado esa búsqueda agónica de la foto perfecta para su perfil, esa en la que sale uno con el cabello perfecto, la piel radiante y la sonrisa de campeón.
Bueno, nada de eso era necesario.
Verse bonito no es un boleto al éxito online. En cambio, que la gente piense que no eres atractivo puede resultar una ventaja.

¿Agonizas sobre cuál foto poner en tu perfil? ¡No es necesario!
Podría parecer contradictorio, pero está comprobado estadísticamente.
Christian Rudder, un matemático y cofundador del sitio de citas por internet OKCupid, ha dedicado una década a recolectar y analizar información de las personas que usan su página.
En ella, hay una parte en la que puedes calificar a las personas por su atractivo en una escala del 1 al 5. Para analizar la relación entre esto y la popularidad, Rudder y su equipo tomó una muestra de 5.000 usuarias y comparó sus promedios con el número de mensajes que recibieron en un mes.
Podría pensarse que si la persona es atractiva también será popular. Pero, por el contrario, el equipo de OKCupid encontró que era la variedad de puntuaciones lo que hacía la diferencia.
Las personas que provocaban que la opinión se dividiera (algunos pensaban que eran muy bonitas y otros, que eran muy feas) tuvieron un mejor resultado que aquellas sobre las cuales todo el mundo coincidía en que eran muy lindas.
Esto comienza a tener sentido cuando lo ves desde la perspectiva de la persona que manda los mensajes. Cuando te encuentras con alguien que es bello, pero sospechas que todo el mundo piensa lo mismo, supones que esa persona recibe muchos mensajes y decides no someterte a la humillación de exponerte a los otros candidatos.
Por otro lado, si crees que a otras personas puede no gustarles algún elemento particular de su apariencia, hay menos competencia y un incentivo extra para ponerse en contacto.
Esto da pie a nuestro primer dato: en el proceso de escoger su foto de perfil, mucha gente tiende a esconder las cosas que la hacen menos atractiva. Eso es exactamente lo contrario de lo que debes hacer.
No tengas miedo de desalentar a algunas personas. Tu objetivo no es apelar a las masas, así que no seas soso. Aprovecha aquello que te hace diferente: esa es la mejor manera de atraer a la gente que importa.
De hecho, la persona que recibió más mensajes en OKCupi (el verano pasado) fue Lauren Urasek, una artista del maquillaje de apariencia llamativa y un estilo cincuentoso enmarcado en un gran número de tatuajes muy prominentes.
Así que enseña con orgullo esa parte de tu cabeza que se está quedando un poco calva, muestra ese tatuaje y libera tu pancita, porque llamar la atención online simplemente significa ser tú mismo.
Sé proactivo: sal y busca lo que quieres
Imagínate que estás en una fiesta con un grupo de amigos solteros y que están tratado de decidir cómo mejorar tus probabilidades de conocer a alguien.
¿Deberías quedarte sentado y esperar que vengan por ti o acercarte a la persona más atractiva, a riesgo de sufrir un rechazo humillante? ¿A quién deberías aproximarte para tener la probabilidad más alta de éxito?
Si resolvemos la situación con el antiguo esquema de “chico se acerca a chica”, cada uno de los chicos irá por su primera opción de chica. Aquellas que reciban más de una “oferta” pueden escoger entre los candidatos, y aquellos que sean rechazados pueden dirigirse a su segunda opción.

No esperes a que te saquen a bailar…
Si nadie quiere que lo dejen solo, todo el mundo debería encontrar pareja al final del cuento.
El método por el cual un grupo se aproxima al otro sigue las reglas del “algoritmo de Gale Shapley”. Y las matemáticas detrás de este algoritmo producen un resultado importante: aquellos que toman la iniciativa siempre terminarán con mejores parejas que aquellos que esperan por candidatos que los busquen.
Esto tiene cierto sentido desde el punto de vista intuitivo. Si das un paso adelante, comenzando con la primera opción de tu lista y continuando con las que siguen en orden, siempre terminarás con la mejor persona posible dispuesta a aceptarte. Si te sientas y esperas que alguien te hable, terminarás con la persona menos mala que se te acerque.
Sin importar el tipo de relación que estás buscando, tomar la iniciativa da dividendos.
Deja que te provoquen: habla si algo te molesta
Incluso en las mejores relaciones de pareja hay discusiones.
Pero los matemáticos han encontrado que la forma en que discuten puede revelar la probabilidad del éxito en una pareja.
Por varios años, el psicólogo John Gottman registró las conversaciones de parejas casadas, a las que pidió que discutieran el tema más contencioso de su relación.
El equipo de Gottman creó un instrumento para medir, cuantificar y registrar todo lo medible y registrable: la presión arterial, la conductividad de la piel y su ritmo cardiaco, así como los sentimientos expresados.
Con unos pocos indicadores, el equipo fue capaz de predecir si una pareja en particular tenía probabilidades de terminar en divorcio hasta con un 90% de exactitud.

Discutir con frecuencia es una buena idea…
Lo que encontraron fue que las parejas en relaciones sanas tenían una percepción positiva profunda del otro y que el lenguaje que usaban reflejaba esto. En tales casos, el comportamiento negativo era atribuido a circunstancias extraordinarias, con frases como “está cansado” o “ha estado muy estresada en el trabajo últimamente”.
Lo opuesto pasaba en las parejas encaminadas hacia una ruptura. Tenían creencias negativas y usaban el comportamiento negativo para reforzar esta opinión: “siempre haces lo mismo” o “¡viste!, eres tan egoísta”, decían.
Pero la investigación fue más allá de las simples estadísticas. Gottman hizo equipo con un matemático, James Murray, y juntos fueron capaces de traducir los hallazgos en un modelo matemático.
El modelo predijo que debemos estar atentos a las espirales de negatividad en una relación, en particular algo llamado el “umbral de negatividad”. Se trata del punto de negatividad en la pareja que provoca una fuerte reacción en la otra persona.
Siempre creí que las buenas relaciones se basaban en la negociación, en ceder y en darle al otro espacio para ser él mismo. En este contexto podría pensarse que le va mejor a las parejas que dejan pasar las cosas (las que tienen un umbral de negatividad alto).
Pero el equipo encontró que exactamente al contrario: eran las parejas con un bajo umbral de negatividad las que tenían las mejores probabilidades de permanecer juntas en el largo plazo, aquellas que no tenían miedo de decir lo que pensaban.
Estas parejas resuelven y reparan continuamente los pequeños desacuerdos en su relación; nunca permiten que las cosas pequeñas escalen al punto de explotar.

Entradas populares