Messi está como un tiro
El argentino, con un hat-trick y una asistencia, lidera a un Barça arrollador ante el Levante y se pone a dos goles de Cristiano. También marcaron Neymar y Suárez, que marcó un golazo.
Barcelona, As
El Barcelona es un martillo pilón que ha tomado una velocidad de crucero a la que no afectan cambios y rotaciones. El Barça sabe muy bien a lo que juega. Colectivamente, el equipo tiene una idea asentada que Messi lleva hasta la perfección. Aferrado al pabellón del diez argentino, el Barça dio un festival ofensivo ante un Levante (5-0) que se vio impotente ante un equipo blaugrana que dominó todas las facetas del juego. El Barça estuvo perfecto en los contragolpes, dominó el ataque posicional, fue intocable en defensa, presionó en campo rival y fue un puñal ante la portería visitante. En resumen, este Barça, señores, mete mucho miedo.
Luis Enrique se permitió ante el Levante dar paso a lo que se conocen como rotaciones, aunque la única línea que de verdad se vio afectada por ellas fue la defensa. Con Alves sancionado y Piqué y Alba descansando, la zaga culé fue una novedad total. Quedó claro a lo largo del partido que el entrenador asturiano podía permitirse este lujo de sobras, pues la defensa barcelonista fue la línea menos exigida por el Levante. Claudio Bravo tuvo un partido como para completar crucigramas ante la falta de trabajo que tuvo.
El centro del campo también cambió, pero fue absolutamente reconocible. De hecho, mientras esté Busquets en el vértice inferior del triángulo de centrocampistas, el Barça seguirá siendo el Barça. Y en ataque, el arsenal intimida tanto que mientras jueguen dos de los tres tenores la solución no varía la pócima. Ayer, descansó de entrada Luis Suárez, que luego aprovechó el primer balón que tocó para marcar un golazo. Antes, Messi y Neymar se habían sobrado para hacer temblar a todo el Levante.
Había comentado Luis Enrique en la previa del partido que confiaba en los suyos, porque había heredado un equipo que tiene como marca de fábrica la el “mejor ataque posicional del mundo”. Ante el Levante, equipo que salió a taparse en el Camp Nou, era el momento de demostrarlo. Y lo hicieron. Normalmente, la mejores actuaciones del Barcelona habían coincidido con partidos de ida y vuelta, alocados encuentros en los que el Barça aprovechaba los espacios. En este encuentro, ante un rival que únicamente buscaba el contragolpe y que se parapetaba atrás, el equipo barcelonista fue una tortura para el rival y dio una imagen imperial.
Neymar abrió el marcador tras asistencia de Messi con un tanto que apuntan a churro, pero que se convierten en obras de arte cuando los ejecuta alguien con su currículum. La cara que puso el brasileño tras ver como la pelota entraba y la repetición de la jugada en la tele, en la que se ve como le da al balón con el tobillo, abona la teoría de que fue un fallo convertido en gol. Pero con los genios nunca se sabe.
Messi marcó el segundo tras una recuperación de Bartra, ese gran olvidado, en el centro del campo rival. El central canterano le robó la cartera a Uche y asistió a Messi para que definiera el primero de sus tres goles. Tras otra nueva exhibición, Messi ya tiene a Cristiano a dos goles. Tic-Tac.
Messi marcó el tercer tras una asistencia de Pedro que aprovechó un servicio de Busquets y el cuarto al transformar un penalti cometido sobre Neymar. Con el parido ya sentenciado, el Barça no aflojo el ritmo y siguió buscando más. Entró Luis Suárez desde el banquillo y la primera pelota que tuvo la clavó en la red de chilena. Al Barça todo le sale bien. Este Barça intimida.
Barcelona, As
El Barcelona es un martillo pilón que ha tomado una velocidad de crucero a la que no afectan cambios y rotaciones. El Barça sabe muy bien a lo que juega. Colectivamente, el equipo tiene una idea asentada que Messi lleva hasta la perfección. Aferrado al pabellón del diez argentino, el Barça dio un festival ofensivo ante un Levante (5-0) que se vio impotente ante un equipo blaugrana que dominó todas las facetas del juego. El Barça estuvo perfecto en los contragolpes, dominó el ataque posicional, fue intocable en defensa, presionó en campo rival y fue un puñal ante la portería visitante. En resumen, este Barça, señores, mete mucho miedo.
Luis Enrique se permitió ante el Levante dar paso a lo que se conocen como rotaciones, aunque la única línea que de verdad se vio afectada por ellas fue la defensa. Con Alves sancionado y Piqué y Alba descansando, la zaga culé fue una novedad total. Quedó claro a lo largo del partido que el entrenador asturiano podía permitirse este lujo de sobras, pues la defensa barcelonista fue la línea menos exigida por el Levante. Claudio Bravo tuvo un partido como para completar crucigramas ante la falta de trabajo que tuvo.
El centro del campo también cambió, pero fue absolutamente reconocible. De hecho, mientras esté Busquets en el vértice inferior del triángulo de centrocampistas, el Barça seguirá siendo el Barça. Y en ataque, el arsenal intimida tanto que mientras jueguen dos de los tres tenores la solución no varía la pócima. Ayer, descansó de entrada Luis Suárez, que luego aprovechó el primer balón que tocó para marcar un golazo. Antes, Messi y Neymar se habían sobrado para hacer temblar a todo el Levante.
Había comentado Luis Enrique en la previa del partido que confiaba en los suyos, porque había heredado un equipo que tiene como marca de fábrica la el “mejor ataque posicional del mundo”. Ante el Levante, equipo que salió a taparse en el Camp Nou, era el momento de demostrarlo. Y lo hicieron. Normalmente, la mejores actuaciones del Barcelona habían coincidido con partidos de ida y vuelta, alocados encuentros en los que el Barça aprovechaba los espacios. En este encuentro, ante un rival que únicamente buscaba el contragolpe y que se parapetaba atrás, el equipo barcelonista fue una tortura para el rival y dio una imagen imperial.
Neymar abrió el marcador tras asistencia de Messi con un tanto que apuntan a churro, pero que se convierten en obras de arte cuando los ejecuta alguien con su currículum. La cara que puso el brasileño tras ver como la pelota entraba y la repetición de la jugada en la tele, en la que se ve como le da al balón con el tobillo, abona la teoría de que fue un fallo convertido en gol. Pero con los genios nunca se sabe.
Messi marcó el segundo tras una recuperación de Bartra, ese gran olvidado, en el centro del campo rival. El central canterano le robó la cartera a Uche y asistió a Messi para que definiera el primero de sus tres goles. Tras otra nueva exhibición, Messi ya tiene a Cristiano a dos goles. Tic-Tac.
Messi marcó el tercer tras una asistencia de Pedro que aprovechó un servicio de Busquets y el cuarto al transformar un penalti cometido sobre Neymar. Con el parido ya sentenciado, el Barça no aflojo el ritmo y siguió buscando más. Entró Luis Suárez desde el banquillo y la primera pelota que tuvo la clavó en la red de chilena. Al Barça todo le sale bien. Este Barça intimida.