Los pilotos no podrán cambiar de casco durante la temporada

Madrid, As
"Sólo un casco por temporada, señores". Ese vendría a ser el mensaje de la FIA a sus pilotos, la decisión adoptada por el máximo organismo del automovilismo en la Comisión de la F-1 celebrada esta semana en Ginebra y que ahora debe ser ratificada por el Consejo Mundial del Motor. "La FIA pretende conseguir estabilidad de forma que la gente pueda identificar a quien vaya en el coche", dijo una fuente del organismo. "El nuevo fenómeno de los pilotos cambiando de casco cada pocas carreras no está ayudando", añadía.


"He oído que la F-1 prohíbe a los pilotos cambiar el diseño del casco durante la temporada. Soy un fan de la consistencia, ¡Pero POR FAVOR! ¿Qué será lo siguiente? ¿Normas sobre el corte de pelo?", afirmó el expiloto de F-1 Alexander Wurz en su cuenta de Twitter. Mark Webber, ahora con Porsche en resistencia, sugirió que había "problemas mayores que este" para solucionar en el deporte.

Sería una vuelta al blanco y negro, quizá, al diseño puro y duro o, al menos, al más duradero. Bernie Ecclestone no quiere cascos que cambien cada fin de semana, que muten los colores y nadie sepa quién se esconde debajo de cada cual. La medida es clara: la FIA quiere que el casco sea el mismo a lo largo de toda una temporada. Uno, sólo uno. No se limitan los colores ni los motivos. Dibujen, expriman su imaginación. Pero one per year, please.

Al parecer, todo se debe a las encuestas internas, ya saben, el estribillo que estos días suena a coro en nuestra arena política. Los estadistas hablan de que Sebastian Vettel ha utilizado más de sesenta modelos diferentes a lo largo de su carrera en la F-1. La medida viene bien, al menos a quienes ven mal de lejos... Mejor saber que de los dos McLaren-Honda, el del casco blanquiazul con la bandera de España es Fernando Alonso y el del rosa Jenson Button. Desde Albert Park a Yas Marina. Siempre. Como los teletubbies, cada uno su color. Siempre.

Esa nueva norma, ese ponerle puertas al campo, echa por tierra la creatividad de Vettel y, extrapolada a otros campeonatos, teñiría de gris la de Valentino Rossi, más bien la de su querido Aldo Drudi, diseñador de cabecera. Adiós a las tortugas (aquellas que simbolizaban su persecución de los rivales españoles en MotoGP) o a bromas como aquella en la que su cara lucía en la parte trasera del casco, una especie de exorcismo para quienes le perseguían.

Quedémonos con el verso más favorable. Ese que habla de la identificación de los pilotos con sus cascos, una ayuda al telespectador. Si era amarillo y con una franja verde, era Ayrton Senna. Si blanco y con la bandera británica, Nigel Mansell. Si blanco y con una cinta escocesa, Jackie Stewart (aún sin el Sir delante). Y si era negro y con la palabra Hunt... pues Hunt, quién si no. James sí que se lo ponía fácil a todos.

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