La boliviana que quiere viajar a Marte con un billete solo de ida

Zaskia nunca soñó con viajar a otro planeta. "Pero voy aprovechando las oportunidades que se me van presentando", dice.


Londres, BBC
"Nunca pensé que iría a vivir a Inglaterra, así que imagínate, mucho menos que acabaría viajando a Marte", le dice a BBC Mundo Zaskia Antelo, una joven boliviana que desde hace tres años reside y estudia en Reino Unido.


Marte

Marte es el cuarto planeta contando desde el Sol y el segundo más pequeño de nuestro Sistema Solar.

Bautizado así en honor al dios romano de la guerra, se lo conoce también como el "Planeta Rojo" por el tono rojiz que le confiere el óxido de hierro de su superficie.

Esta cruceña de 20 años todavía no puede creer que la hayan seleccionado entre más de 200.000 aspirantes para participar en la tercera ronda del proyecto Mars One, la iniciativa de una organización holandesa sin fines de lucro que se propone fundar la primera colonia humana en el Planeta Rojo.

Zaskia es la única latinoamericana de habla hispana (de la región sólo hay otra candidata, de Brasil) que quedó clasificada junto a otras 99 personas.

Estos 100 "privilegiados" deberán ahora someterse a otras pruebas que incluyen entre otras cosas entrenamiento y la participación en un programa de reality TV.

El voto del público, como en los shows del Gran Hermano, será el encargado de tomar la decisión final de quienes formarán parte de los seis grupos de cuatro que viajarán a Marte cada 26 meses, a partir de 2024.

Si bien la iniciativa ha cobrado fuerza en el imaginario popular, en el ámbito científico ha generado críticas y escepticismo: muchos dudan tanto de su viabilidad como de su sustento ético.

Viaje sin retorno

El costo de la primera misión del proyecto, ideado por el holandés Bas Lansdorp, es de US$ US$ 6.000 millones.

"Mi familia no quiere que me vaya. Mi mamá lloró con la noticia. Me dijo: 'yo quería que pierdas esa ronda'. Lo mismo mis tías. Pero mis amigos están contentos", cuenta Zaskia.

Pero la congoja familiar no empaña ni la alegría ni el entusiasmo que esta estudiante de Relaciones Internacionales y Antropología de la Universidad de Sussex siente cada vez que habla del proyecto.

Quiero ir porque me van a enseñar muchísimas cosas: ingeniería, medicina y además voy a poder hacer mucha investigación


Zaskia Antelo, candidata del proyecto Mars One

"Quiero ir porque me van a enseñar muchísimas cosas: ingeniería, medicina.. y además voy a poder hacer investigación".

"Soy muy curiosa y me gusta aprender. Así que yendo allá, voy a poder aprender y devolverle algo a la humanidad. Y además me haría muy feliz porque me atrae la aventura que conlleva".

"Una vez fui a China a estudiar Kung Fu, y eso me impactó mucho, no tenía nada en común con nadie, todos eran de distintas partes del mundo. Hablábamos diferentes idiomas y ni siquiera escuchábamos la misma música. Pero igual, aprendimos a trabajar en equipo", dice.
Su primera aventura tuvo lugar a los 16 años, cuando se vino a vivir a Inglaterra.

"Eso me hizo entender muchas cosas de las que nunca te darías cuenta si no estás en situaciones extremas".

Si bien es cierto que falta casi una década para el viaje -eso siempre y cuando pase a la final y forme parte del primer grupo- Zaskia tampoco parece abrumada porque el viaje solo contempla un pasaje de ida.
"Mi familia no está contenta con la noticia", dice Zaskia, "pero mis amigos sí".

Pero no se trata solamente de que no haya posibilidad de regresar: un estudio presentado el año pasado en una conferencia de la Unión Astronómica Internacional en Toronto, Canadá, concluye que sin equipos especiales capaces de generar nitrógeno (algo que no está previsto llevar), los primeros humanos se sofocarían en menos de 70 días.

"Entiendo a quienes plantean otros puntos de vista, pero muchas de las críticas no son de científicos", le dice a BBC Mundo Zaskia, que ya se ha hecho a la idea de dejar todo lo que ama atrás.

Cómo elegir

La iniciativa incluye producir un reality show en Marte: el primer Gran Hermano marciano.

Pero, ¿qué tiene Zaskia que no tengan los otros 202.586 aspirantes? ¿Qué criterio han empleado los organizadores para seleccionar a los fundadores de una comunidad marciana?

A juzgar por los 50 hombres y 50 mujeres elegidos (39 del continente americano, 31 de Europa, 16 de Asia, 7 de África y 7 de Oceanía), el criterio es amplio.

Entiendo a quienes plantean otros puntos de vista, pero muchas de las críticas no son de científicos
Zaskia Antelo, candidata del proyecto Mars One

Dianne McGrath, australiana de 45 años, por ejemplo, se describe como líder, jugadora de equipo y talentosa a la hora de resolver problemas con creatividad.

Dice tener experiencia en dirigir equipos de ventas y mercadeo.

Lennart Lopin, un alemán que vive en Florida, Estados Unidos, de 36 años, es programador.

Antes fue monje budista y como tal, asegura, está acostumbrado a meditar en cuevas y estar al tanto de lo que es el aislamiento sensorial.

Y el polaco Mikolaj Zielinski, de 38, comienza su presentación así: "Soy uno de los primeros cuatro marcianos en llegar a tu planeta...".
Zaskia estudia Relaciones Internacionales y Antropología en la Universidad de Sussex.

Los requisitos que se estipulan en la página de internet de Mars One nos dan una idea vaga de cuál es el perfil ideal para participar en esta empresa.

Con preguntas como ¿qué cosas han cambiado tu vida?, ¿cómo reaccionaste ante una situación de estrés? o ¿crees que serías capaz de vivir en Marte? buscan identificar -a través de cuestionarios, entrevistas, presentación de videos online y certificados médicos- a adultos sanos, curiosos, creativos, confiables y con capacidad de adaptación.

"Me tardé como cuatro horas llenando el cuestionario", le dice a BBC Mundo Zaskia, que recuerda que también le pidieron que definiese su sentido del humor.

Todavía está por verse si pasa la tercera ronda y, por supuesto, si el proyecto consigue la financiación que necesita para despegar.



Mientras tanto, Zaskia continúa con sus estudios y su vida normal.

Y, si cuando llega el momento cambia de idea, puede optar por no viajar: la abrumadora cantidad de interesados hace suponer que no será difícil encontrar a alguien dispuesto a ocupar su lugar en esta aventura sin precedentes.

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