Kiev acusa a Rusia de enviar más tanques al este de Ucrania

Debaltsevo, Reuters
Kiev acusó a Rusia el viernes de enviar más tanques y tropas al este de Ucrania, con dirección a la localidad controlada por los rebeldes de Novoazovsk, en la costa sur, ampliando su presencia en el que podría ser un nuevo frente de batalla clave.


Rusia no respondió de inmediato a la acusación, que, si se confirma, terminaría por hundir con seguridad la frágil tregua patrocinada por Europa que entró en vigor el domingo. Moscú siempre ha negado estas acusaciones en el pasado.

Novoazovsk está situado en el Mar de Azov, 40 kilómetros al este de la ciudad portuaria de Mariupol. Fue capturada por los rebeldes el año pasado y podría ser la plataforma de lanzamiento para aumentar la presión sobre Mariupol, la puerta al sur y, posiblemente, a la península de Crimea, anexionada por Rusia hace un año.

"En los últimos días, pese al acuerdo (de cese al fuego) de Minsk, equipamiento militar y municiones han sido rastreados cruzando desde Rusia hacia Ucrania", dijo el portavoz militar, Andriy Lysenko.

Aseguró que más de 20 tanques rusos, 10 sistemas de misiles y autobuses repletos de tropas fueron vistos cruzando la frontera en dirección a Ucrania.

Las naciones occidentales buscan revivir el acuerdo de paz patrocinado por Francia y Alemania en la capital bielorrusa, Minsk, el 12 de febrero, pese a que los rebeldes lo ignoraron para conquistar el importante centro ferroviario de Debáltsevo.

Los medios rusos informaron que los ministros de Relaciones Exteriores de Alemania, Rusia, Ucrania y Francia tienen previsto reunirse la próxima semana para tomar decisiones conducentes a la paz. Pero las esperanzas eran escasas antes incluso del último avistamiento de refuerzos rusos, reportados también por Estados Unidos esta semana.

El presidente francés, Francois Hollande, dijo su Gobierno y el de Alemania estaban más convencidos que nunca sobre la necesidad de que el acuerdo de Minsk sea implementado en su totalidad.

Los renovados combates entre los separatistas prorrusos y las fuerzas gubernamentales en el este de Ucrania también agriaron el humor de la multitud que se congregó en Kiev para celebrar el primer aniversario del levantamiento que depuso al presidente leal a Moscú, en una crisis que finalmente derivó en la actual guerra.

"El número de ataques muestra que los terroristas no quieren silenciar completamente sus armas", dijo el portavoz militar ucraniano Anatoly Stelmach, asegurando que hubo 49 ataques en las últimas 24 horas.

DEVASTACIÓN EN DEBÁLTSEVO

Los combates más intensos desde que entró en vigor la tregua el domingo se desarrollaron en y alrededor de Debáltsevo, un centro ferroviario estratégico, antes de que las desmoralizadas y agotadas fuerzas ucranianas se retiraran el miércoles.

Un corresponsal de Reuters que llegó a Debáltsevo por vez primera desde los combates de esta semana dijo que la mayoría de la ciudad está en ruinas, quedando poco de filas enteras de bloques de departamentos.

La bandera negra, azul y roja de la autoproclamada República Popular de Donetsk rebelde ondeaba en el ayuntamiento.

Muchos muros de los edificios aún de pie estaban marcados con balazos o tenían grandes agujeros. En la carretera podían verse también restos quemados de tanques y camiones militares.

Rebeldes fuertemente armados y tanques patrullaban las calles a las afueras, donde los puentes fueron destruidos y la línea férrea parecía haber sufrido grandes daños. Algunos rebeldes buscaban soldados ucranianos con sus binoculares.

Los rebeldes dijeron que las fuerzas gubernamentales bombardearon también sus posiciones, incluso en el bastión separatista de Donetsk, la principal ciudad de las dos regiones que controlan.

En Kiev, la multitud se dirigió hacia la Plaza de la Independencia, llamada localmente Maidan, en el corazón de la capital, para conmemorar el primer aniversario de la muerte de un centenar de manifestantes y la salida del presidente, Viktor Yanukovich, que huyó a Rusia poco después de las muertes.

Algunas personas vestían uniformes militares para mostrar su pertenencia a las milicias progubernamentales que han combatido a los separatistas que se alzaron el pasado abril en el este. El ánimo era sombrío.

Más de 5.600 personas han muerto en los combates desde mediados de abril, poco después de que Rusia se anexionó Crimea tras la caída de Yanukovich.

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