Grecia no quiere "duelo del Lejano Oeste" en negociaciones con Europa por deuda

Nicoria, Reuters
Grecia intentó calmar el lunes a los inversores internacionales al decir que no quiere llevar la negociación por un nuevo acuerdo de deuda a un enfrentamiento al estilo del Lejano Oeste, aunque Alemania no cedió terreno en su dura postura frente a Atenas.


El primer ministro griego, Alexis Tsipras, y su vehemente ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, se embarcaron en una gira por capitales europeas en una ofensiva diplomática para sustituir el acuerdo de rescate de Grecia pactado con la Unión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), la denominada "troika".

Varoufakis dijo estar confiado en que se alcanzará pronto un acuerdo negociado, afirmando en el Canal 4 británico que ha llegado el momento de que Grecia deje de ser una "herida infectada" en Europa y rechazando la sugerencia de que el BCE podría bloquear un nuevo acuerdo.

Tras una agitada primera semana en la que su Gobierno de izquierda dejó en claro que pretende cumplir las promesas de campaña de terminar con las duras medidas de austeridad impuestas en el acuerdo actual de rescate, ahora el énfasis está puesto en indicar que aún es posible llegar a un acuerdo.

"Estamos en negociaciones importantes con nuestros socios en Europa y con quienes nos entregaron el crédito. Tenemos obligaciones para con ellos", dijo Tsipras en Chipre, en su primer viaje al extranjero como primer ministro.

"Ahora mismo, no tenemos otra idea sobre la mesa", añadió tras ser consultado sobre si Grecia está abierta a la ayuda de Rusia, que ha sugerido que estaría dispuesta a escuchar una potencial solicitud de asistencia financiera de Atenas.

Grecia, incapaz de financiarse en el mercado y bajo presión para prolongar el actual programa de asistencia que vence el 28 de febrero, está buscando un consenso temporal que le dé espacio para proponer un nuevo acuerdo sobre la deuda.

Falta por ver cuánto tiempo tiene Atenas para alcanzar un acuerdo con sus acreedores. En teoría solo faltan semanas, ya que una vez que el rescate expire, el BCE podría verse obligado a suspender la financiación a los bancos griegos. En la práctica, no obstante, podría hallarse un mecanismo interino alternativo de financiación para los bancos.

"NEIN"

Hasta el momento se ha encontrado con una dura respuesta de sus socios europeos, sobre todo de Alemania. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, dijo a Reuters en una entrevista el lunes que Berlín no aceptaría cambios unilaterales al programa de deuda de Grecia.

"Queremos que Grecia siga el camino exitoso por el bien de Grecia y los griegos, pero no aceptaremos cambios unilaterales al programa", dijo en un evento de Reuters sobre la zona euro.

Tsipras reiteró los llamados ya realizados por Varoufakis para que se desmantele el mecanismo de inspectores de la "troika" que supervisa las finanzas griegas y que sea sustituido por una negociación directa entre Atenas, la UE y el FMI.

"Creo que sería un paso necesario y maduro para Europa", dijo.

Pero Alemania dijo "nein" (no).

"El Gobierno alemán no ve motivos para eliminar este mecanismo de evaluación de la 'troika'", dijo la portavoz del Ministerio de Finanzas, Christiane Wirtz, en Berlín.

De algún modo, ambas partes miran hacia adelante en lo que parece una difícil negociación. Los griegos parecen estar buscando primero un interlocutor más compresivo antes de reunirse con los alemanes.

Varoufakis, un economista que asemejó la política de la austeridad de la UE con la práctica de tortura del "submarino", llegó a las reuniones con los trajeados líderes europeos con un abrigo negro y una camisa sin corbata fuera del pantalón.

Comenzó el fin de semana en París, donde se cree que el Gobierno de centroizquierda podría ser más proclive que otros a relajar las condiciones de financiación para Grecia.

Aseguró que no busca "una especie de duelo al estilo del Lejano Oeste" con la UE, sino un acuerdo mutuamente beneficioso para minimizar el costo de la crisis para el europeo medio.

El ministro de Finanzas francés, Michel Sapin, dijo tras la reunión con Varoufakis que Atenas no podría esperar una quita de deuda directamente, pero dejó abierta la puerta a otras opciones que incluyan dar a Atenas más tiempo para pagar.

CALMAR A LOS INVERSORES

Varoufakis se reunió con cerca de 100 bancos e instituciones financieras en Londres. Un organizador dijo que uno de los encuentros tuvo que trasladarse de un exclusivo club porque el ministro se negó a llevar corbata.

Una fuente del Gobierno griego dijo que planeaba decir a los inversores privados que no tenían nada de qué preocuparse.

"Podremos pagar la deuda griega en unos términos que no tengan un impacto negativo en los tenedores de bonos, especialmente los privados", dijo la fuente, que habló a condición de anonimato por la sensibilidad del asunto.

Varoufakis también se reunió con funcionarios británicos en busca de más aliados, aunque Reino Unido no es miembro de la zona euro. Tras reunirse con él, el ministro de Finanzas británico, George Osborne, calificó la pugna entre Grecia y la zona euro como "el mayor riesgo a la economía global".

"Insto al ministro de Finanzas griego a que actúe de forma responsable, pero también es importante que la zona euro tenga un mejor plan para el empleo y el crecimiento", dijo Osborne.

El martes, Tsipras se reunirá con el primer ministro italiano, Matteo Renzi, un joven líder centroderechista que podría ser receptivo ante los llamados a la indulgencia.

El miércoles verá al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y al mandatario francés, Francois Hollande.

Aún no hay fecha para una cita con la canciller alemana, Angela Merkel, aunque coincidirán en una cumbre europea el 12 de febrero.

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