Feroces ataques de rebeldes eclipsan cumbre de paz sobre Ucrania
Minsk, Reuters
Los líderes de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania se reunieron el miércoles para una cumbre de paz en Bielorrusia, mientras separatistas ucranianos prorrusos aumentaban la presión sobre Kiev al lanzar algunos de los peores ataques de la guerra.
Al llegar a Minsk, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que el conflicto "se saldrá de control" si no disminuyen las tensiones y no se logra un cese al fuego.
"O la situación se encamina a una disminución de tensiones, cese al fuego (...) o la situación se sale de control", dijo Poroshenko tras ser recibido por el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko.
El Ejército de Kiev dijo que 19 de sus soldados murieron en un día de ataques separatistas a una única localidad cerca del centro ferroviario de Debaltseve, una de las peores pérdidas reportadas en nueve meses de guerra.
Los rebeldes, que pusieron fin a una tregua de cinco meses en enero, están tratando de rodear a las fuerzas del Gobierno en Debaltseve, un punto estratégico que les permitiría unir sus dos principales bastiones.
Los enfrentamientos ya han causado más de 5.000 muertos, y Washington ahora habla abiertamente sobre armar a Ucrania para que se defienda de la "agresión rusa", lo que eleva las posibilidades de una guerra de poder en el corazón de Europa entre los antiguos rivales de la Guerra Fría.
La cumbre en la vecina Bielorrusia debatirá una propuesta franco-alemana para tratar de detener los enfrentamientos. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, se reunirán con sus pares de Rusia, Vladimir Putin, y Ucrania.
Putin llegó en la noche, casi una hora después que los otros tres líderes, quienes tenían previsto reunirse brevemente antes de que el presidente ruso se uniera a las conversaciones.
Las esperanzas de un avance son pocas y dependerán de que Ucrania haga muchas concesiones, mientras que es poco probable que los rebeldes acepten detenerse y regresar a sus posiciones previas.
Una intensificación en los combates en las 24 horas previas a la cumbre, incluyendo un ataque con misiles que dejó 11 muertos el martes en territorio controlado por el Gobierno, podría buscar forzar a Poroshenko a aceptar un acuerdo que reconozca el avance rebelde.
Recién a final del día se confirmó la presencia de los cuatro mandatarios.
"Hay muchos problemas que aún deben ser resueltos (...) pero es muy probable que siga adelante", dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, a radio France Inter.
Sin embargo, Moscú mantenía el optimismo. Una fuente diplomática rusa dijo que había un 70 por ciento de probabilidades de que se alcance un acuerdo.
"Los presidentes no están viajando (a Minsk) sin una razón", dijo la fuente.
Los líderes de Francia, Alemania, Rusia y Ucrania se reunieron el miércoles para una cumbre de paz en Bielorrusia, mientras separatistas ucranianos prorrusos aumentaban la presión sobre Kiev al lanzar algunos de los peores ataques de la guerra.
Al llegar a Minsk, el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, dijo que el conflicto "se saldrá de control" si no disminuyen las tensiones y no se logra un cese al fuego.
"O la situación se encamina a una disminución de tensiones, cese al fuego (...) o la situación se sale de control", dijo Poroshenko tras ser recibido por el presidente bielorruso, Aleksander Lukashenko.
El Ejército de Kiev dijo que 19 de sus soldados murieron en un día de ataques separatistas a una única localidad cerca del centro ferroviario de Debaltseve, una de las peores pérdidas reportadas en nueve meses de guerra.
Los rebeldes, que pusieron fin a una tregua de cinco meses en enero, están tratando de rodear a las fuerzas del Gobierno en Debaltseve, un punto estratégico que les permitiría unir sus dos principales bastiones.
Los enfrentamientos ya han causado más de 5.000 muertos, y Washington ahora habla abiertamente sobre armar a Ucrania para que se defienda de la "agresión rusa", lo que eleva las posibilidades de una guerra de poder en el corazón de Europa entre los antiguos rivales de la Guerra Fría.
La cumbre en la vecina Bielorrusia debatirá una propuesta franco-alemana para tratar de detener los enfrentamientos. La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Francois Hollande, se reunirán con sus pares de Rusia, Vladimir Putin, y Ucrania.
Putin llegó en la noche, casi una hora después que los otros tres líderes, quienes tenían previsto reunirse brevemente antes de que el presidente ruso se uniera a las conversaciones.
Las esperanzas de un avance son pocas y dependerán de que Ucrania haga muchas concesiones, mientras que es poco probable que los rebeldes acepten detenerse y regresar a sus posiciones previas.
Una intensificación en los combates en las 24 horas previas a la cumbre, incluyendo un ataque con misiles que dejó 11 muertos el martes en territorio controlado por el Gobierno, podría buscar forzar a Poroshenko a aceptar un acuerdo que reconozca el avance rebelde.
Recién a final del día se confirmó la presencia de los cuatro mandatarios.
"Hay muchos problemas que aún deben ser resueltos (...) pero es muy probable que siga adelante", dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, a radio France Inter.
Sin embargo, Moscú mantenía el optimismo. Una fuente diplomática rusa dijo que había un 70 por ciento de probabilidades de que se alcance un acuerdo.
"Los presidentes no están viajando (a Minsk) sin una razón", dijo la fuente.