El Real Madrid gana con dolor

Lesiones de Ramos y James. Marcelo vio una amarilla que le aleja del derbi. El Sevilla, mejor en la primera media hora. Beto acabó en el hospital con un traumatismo cervical. El Barça, a cuatro puntos.


Madrid, As
Todo lo que podía salir mal, salió peor. Accidentes, incidentes, lesionados, golpes que duelen y tarjetas que matan. El Madrid ganó el partido, pero al final sonrió poco: jugará el derbi del sábado sin Marcelo, Sergio Ramos y James, los dos últimos lesionados de diferente consideración. El Sevilla acabó todavía peor parado, no sólo se quedó con la miel en los labios: Beto pasará la noche en el hospital con un traumatismo cervical.


El partido concentró tanta energía negativa que parecía disputarse sobre un cementerio sioux. El frío, además, acuchillaba la piel. Es como si el aplazamiento hubiera trasladado el duelo a una fecha maldita. De algún modo, el cielo transmitía una señal a los futbolistas: no jueguen, queden otro día. Nadie hizo el menor caso.

Los primeros 35 minutos fueron propiedad del Sevilla; sólo se le resistió el marcador: 2-0. Si ampliamos el análisis diremos que al visitante le condenaron dos errores propios. En el primero, la defensa perdió de vista a James, que cabeceó sin oposición y en las barbas de Beto. En el segundo, Bacca erró un pase y propició la contra madridista. En este caso, Jesé batió a Sergio Rico.

Habrán notado el cambio de portero. A la media hora, Benzema chocó con Beto y lo dejó fuera de combate. El guardameta portugués se veía obligado a abandonar el campo por segundo partido consecutivo. Igual que el pasado sábado, Sergio Rico, de 21 años, entró en su lugar. Se organizan exorcismos con menos motivos.

A esas alturas, el partido ya era una serie de catastróficas desdichas. Sergio Ramos se había lesionado a los siete minutos y James corrió la misma suerte (mala) a los 20. Ninguno podrá disputar el derbi del próximo sábado. Nacho y Jesé fueron los recambios. El rendimiento de este último fue la única buena noticia en mitad del parte médico. El chico ha retomado el hilo donde lo dejó hace casi un año.

El Sevilla pudo empatar el gol de James, pero Iborra disparó al palo. Poco después fue Vitolo quien pudo marcar; Casillas lo impidió. En esa misma jugada Bacca intentó una chilena y casi se desloma. El ritmo de desgracias era constante. El ritmo de patadas era similar y en este apartado es de justicia destacar la inagotable contribución de Krychowiak y Fernando Navarro. Marcelo, curiosamente, vio la amarilla que le deja sin derbi por una patada que no dio.

El gol de Iago Aspas devolvió al Sevilla a un partido en el que apenas creía. Su último acoso, aunque algo precipitado, agobió al Madrid, que bajó el telón pidiendo la hora. Cuando el árbitro señaló el final, los jugadores miraron al cielo de los sioux y dieron gracias. Por salir vivos.

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