El motivo cínico por el que Europa deja morir a inmigrantes
Frente a la exitosa misión italiana que permitió salvar cientos de miles de vidas, el dispositivo europeo es un fracaso que busca evitar el efecto llamada.
lanacion.com
Al menos 300 personas más se han unido a una larga lista que por desgracia año tras año aumenta. La de inmigrantes, la mayoría de ellos africanos, que mueren en las aguas del Mediterráneo intentando alcanzar su sueño de tener una vida mejor. Gente desesperada y sin recursos que se embarcan en una travesía imposible con la mínima esperanza de tener simplemente una oportunidad de empezar de nuevo.
Los últimos fallecidos, que intentaban llegar a Lampedusa, son los exponentes más recientes, pero detrás de su tragedia aparece una palabra que cobra especial relevancia: responsabilidad. Y es que el deber de las autoridades europeas es el de no permitir que se produzcan víctimas inocentes. Y lamentablemente esto es algo que no está ocurriendo.
La exitosa misión puesta en marcha por Italia en 2013, que recibía el nombre de Mare Nostrum ha recibido el relevo de un esfuerzo coordinado entre 19 países de la Unión Europea, Operación Tritón. Pero estos dos operativos en poco se asemejan y sorprendentemente en esta ocasión más esfuerzos ha significado menos cobertura.
La italiana, lanzada después de una grave tragedia en la que murieron 400 inmigrantes, no escatimaba recursos -900 militares, 32 unidades navales, 2 submarinos, y permitió salvar más de 150.000 vidas. Pero apenas un año después tuvo que ser suspendida por su elevado coste: 9 millones de euros al mes, demasiados para las arcas italianas.
También recibió las críticas de sus socios europeos porque provocaba el efecto llamada. Esto es, los inmigrantes sabían que pasase lo que pasase iban a ser salvados y así no tenían ningún temor en embarcarse en el mar e intentar la travesía. Evidentemente provocó una cifra récord de personas que lo intentaban e Italia pidió ayuda, incapaz de acoger a más gente.
Las peticiones italianas fueron escuchadas y Europa reaccionó con la Operación Tritón, muchísimo más limitada, especialmente en el presupuesto. Frente a los 9 millones de la otra, esta apenas tiene 2,9 y muestra enormes fallos. Participan 19 países por rotación y cuenta con dos buques, cuatro patrulleras, dos aviones y un helicóptero.
Pero el secreto de esta misión, que es algo que ya han denunciado varios ONG´s es que no supone un dispositivo de rescate, sino que simplemente es un mecanismo de defensa de las fronteras, que no se preocupa por el rescate de los inmigrantes. Las últimas tragedias así parecen demostrarlo.
Algunos de los supervivientes de Lampedusa (Reuters)Algunos de los supervivientes de Lampedusa (Reuters)De hecho las críticas a Tritón no se han hecho esperar y la propia portavoz de ACNUR escribió en Twitter que “no es suficiente”. Misma opinión de la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini que manifestó que este dispositivo “no sirve para nada” y pidió su sustitución, ya que no salva vidas.
Lo que quizás si consiga es disuadir el efecto llamada, lo que hace sospechar a más de uno que es posible que Tritón sea una estrategia de los gobiernos europeos para evitar que continúen llegando inmigrantes a las costas europeas. Lo cierto es que no tiene mucho sentido implantar una misión que se muestra tan incapaz de rescatar a estas personas. Si Europa no mejora el sistema inmediatamente y destina más recursos, esta teoría se mantendrá como una sospecha permanente.
En lo que llevamos de 2015 no se ha reducido el número de personas que intentan alcanzar las costas italianas, al contrario se observa que incluso ahora viajan habiendo muy malas condiciones climáticas, algo que antes no hacían. Solo el resquemor de que los gobiernos europeos están dejando morir a los inmigrantes debería llenar de vergüenza a los responsables políticos y tomar una decisión que evite estas tragedias. Europa tiene una responsabilidad.
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Al menos 300 personas más se han unido a una larga lista que por desgracia año tras año aumenta. La de inmigrantes, la mayoría de ellos africanos, que mueren en las aguas del Mediterráneo intentando alcanzar su sueño de tener una vida mejor. Gente desesperada y sin recursos que se embarcan en una travesía imposible con la mínima esperanza de tener simplemente una oportunidad de empezar de nuevo.
Los últimos fallecidos, que intentaban llegar a Lampedusa, son los exponentes más recientes, pero detrás de su tragedia aparece una palabra que cobra especial relevancia: responsabilidad. Y es que el deber de las autoridades europeas es el de no permitir que se produzcan víctimas inocentes. Y lamentablemente esto es algo que no está ocurriendo.
La exitosa misión puesta en marcha por Italia en 2013, que recibía el nombre de Mare Nostrum ha recibido el relevo de un esfuerzo coordinado entre 19 países de la Unión Europea, Operación Tritón. Pero estos dos operativos en poco se asemejan y sorprendentemente en esta ocasión más esfuerzos ha significado menos cobertura.
La italiana, lanzada después de una grave tragedia en la que murieron 400 inmigrantes, no escatimaba recursos -900 militares, 32 unidades navales, 2 submarinos, y permitió salvar más de 150.000 vidas. Pero apenas un año después tuvo que ser suspendida por su elevado coste: 9 millones de euros al mes, demasiados para las arcas italianas.
También recibió las críticas de sus socios europeos porque provocaba el efecto llamada. Esto es, los inmigrantes sabían que pasase lo que pasase iban a ser salvados y así no tenían ningún temor en embarcarse en el mar e intentar la travesía. Evidentemente provocó una cifra récord de personas que lo intentaban e Italia pidió ayuda, incapaz de acoger a más gente.
Las peticiones italianas fueron escuchadas y Europa reaccionó con la Operación Tritón, muchísimo más limitada, especialmente en el presupuesto. Frente a los 9 millones de la otra, esta apenas tiene 2,9 y muestra enormes fallos. Participan 19 países por rotación y cuenta con dos buques, cuatro patrulleras, dos aviones y un helicóptero.
Pero el secreto de esta misión, que es algo que ya han denunciado varios ONG´s es que no supone un dispositivo de rescate, sino que simplemente es un mecanismo de defensa de las fronteras, que no se preocupa por el rescate de los inmigrantes. Las últimas tragedias así parecen demostrarlo.
Algunos de los supervivientes de Lampedusa (Reuters)Algunos de los supervivientes de Lampedusa (Reuters)De hecho las críticas a Tritón no se han hecho esperar y la propia portavoz de ACNUR escribió en Twitter que “no es suficiente”. Misma opinión de la alcaldesa de Lampedusa, Giusi Nicolini que manifestó que este dispositivo “no sirve para nada” y pidió su sustitución, ya que no salva vidas.
Lo que quizás si consiga es disuadir el efecto llamada, lo que hace sospechar a más de uno que es posible que Tritón sea una estrategia de los gobiernos europeos para evitar que continúen llegando inmigrantes a las costas europeas. Lo cierto es que no tiene mucho sentido implantar una misión que se muestra tan incapaz de rescatar a estas personas. Si Europa no mejora el sistema inmediatamente y destina más recursos, esta teoría se mantendrá como una sospecha permanente.
En lo que llevamos de 2015 no se ha reducido el número de personas que intentan alcanzar las costas italianas, al contrario se observa que incluso ahora viajan habiendo muy malas condiciones climáticas, algo que antes no hacían. Solo el resquemor de que los gobiernos europeos están dejando morir a los inmigrantes debería llenar de vergüenza a los responsables políticos y tomar una decisión que evite estas tragedias. Europa tiene una responsabilidad.