El hijo de Bachelet renuncia a su cargo en La Moneda
El oficialismo y la oposición presionaron para que Sebastián Dávalos, que llevó adelante millonarios negocios durante la campaña presidencial, dimitiera
Rocío Montes
Santiago de Chile, El País
Después de una semana de silencio y de presión política desde todos los sectores, el hijo de Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, renunció este viernes a su cargo como director sociocultural de la Presidencia, luego de que la prensa desvelara el crédito de 10 millones de dólares que negoció en la época de campaña presidencial y que se concretó apenas veinticuatro horas después de la elección de su madre. “No he cometido ilícito alguno ni delito funcionario”, señaló el analista político de 36 años en una rueda de prensa desde el Palacio de La Moneda, en la que no se permitió a los periodistas realizar preguntas.
El primogénito de la Jefa de Estado, visiblemente nervioso, junto con rechazar las críticas señaló que está en una situación “incómoda”: “Se me ha criticado abiertamente por trabajar en el sector público y además por trabajar en el sector privado”. Pero también reconoció el daño que el escándalo ha provocado a Bachelet: “Asumo que el perjuicio provocado ha dañado a la Presidenta de la República y al Gobierno, quienes cuentan con mi total y absoluta lealtad". “Es debido a lo anterior que no me queda más que pedir humildemente perdón por este amargo momento. Entiendo además que esto para algunos pudiera no ser suficiente, por lo que decidido dar un paso al costado y renunciar a mi cargo”.
Interrumpiendo vacaciones en el sur de Chile junto a su familia y a la propia presidenta, Dávalos renunció una semana después de que la revista Qué Pasa desvelara el llamado caso Nueragate. En el segundo semestre de 2013, en plena campaña presidencial chilena, el hijo de Bachelet y su esposa, Natalia Compagnon, realizaba intensas gestiones para conseguir un crédito de 10 millones de dólares para la empresa Caval, de la que la mujer es dueña en un 50% y en la que Dávalos se desempeñaba como gerente de proyectos.
Ambos habían realizado trámites infructuosos ante distintas instituciones financieras, pero no tenían éxito dado que su firma era pequeña y no tenía ni trayectoria ni patrimonio. El 6 de noviembre, sin embargo, la pareja logró concertar una reunión con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic. El lunes 16 de diciembre, solo 24 horas después de que Bachelet ganara las elecciones, el banco concedió el préstamo.
La empresa necesitaba los 10 millones de dólares para formalizar la compra de tres fincas en Machalí, a unos 100 kilómetros al sur de Santiago. El negocio consistía en comprar a bajo precio y luego revender, porque se estimaba que las tierras se revalorizarían con la transformación del plan regulador que se discute en la región y cuya decisión depende el Gobierno. Aunque todavía no se ha concretado el cambio de uso de suelo que permitiría la construcción de viviendas, el paso de rural a urbano, esta semana se selló el negocio de Dávalos y su esposa: lograron revender y obtener una ganancia de unos 3,8 millones de dólares.
En una entrevista concedida en diciembre al vespertino La Segunda, Dávalos señaló que no quería volver al área privada cuando terminara su trabajo en el gobierno, donde se desempeñaba ad honorem. Aunque no en lo inmediato, no descartaba seguir en la política activa.
Rocío Montes
Santiago de Chile, El País
Después de una semana de silencio y de presión política desde todos los sectores, el hijo de Michelle Bachelet, Sebastián Dávalos, renunció este viernes a su cargo como director sociocultural de la Presidencia, luego de que la prensa desvelara el crédito de 10 millones de dólares que negoció en la época de campaña presidencial y que se concretó apenas veinticuatro horas después de la elección de su madre. “No he cometido ilícito alguno ni delito funcionario”, señaló el analista político de 36 años en una rueda de prensa desde el Palacio de La Moneda, en la que no se permitió a los periodistas realizar preguntas.
El primogénito de la Jefa de Estado, visiblemente nervioso, junto con rechazar las críticas señaló que está en una situación “incómoda”: “Se me ha criticado abiertamente por trabajar en el sector público y además por trabajar en el sector privado”. Pero también reconoció el daño que el escándalo ha provocado a Bachelet: “Asumo que el perjuicio provocado ha dañado a la Presidenta de la República y al Gobierno, quienes cuentan con mi total y absoluta lealtad". “Es debido a lo anterior que no me queda más que pedir humildemente perdón por este amargo momento. Entiendo además que esto para algunos pudiera no ser suficiente, por lo que decidido dar un paso al costado y renunciar a mi cargo”.
Interrumpiendo vacaciones en el sur de Chile junto a su familia y a la propia presidenta, Dávalos renunció una semana después de que la revista Qué Pasa desvelara el llamado caso Nueragate. En el segundo semestre de 2013, en plena campaña presidencial chilena, el hijo de Bachelet y su esposa, Natalia Compagnon, realizaba intensas gestiones para conseguir un crédito de 10 millones de dólares para la empresa Caval, de la que la mujer es dueña en un 50% y en la que Dávalos se desempeñaba como gerente de proyectos.
Ambos habían realizado trámites infructuosos ante distintas instituciones financieras, pero no tenían éxito dado que su firma era pequeña y no tenía ni trayectoria ni patrimonio. El 6 de noviembre, sin embargo, la pareja logró concertar una reunión con el vicepresidente del Banco de Chile, Andrónico Luksic. El lunes 16 de diciembre, solo 24 horas después de que Bachelet ganara las elecciones, el banco concedió el préstamo.
La empresa necesitaba los 10 millones de dólares para formalizar la compra de tres fincas en Machalí, a unos 100 kilómetros al sur de Santiago. El negocio consistía en comprar a bajo precio y luego revender, porque se estimaba que las tierras se revalorizarían con la transformación del plan regulador que se discute en la región y cuya decisión depende el Gobierno. Aunque todavía no se ha concretado el cambio de uso de suelo que permitiría la construcción de viviendas, el paso de rural a urbano, esta semana se selló el negocio de Dávalos y su esposa: lograron revender y obtener una ganancia de unos 3,8 millones de dólares.
En una entrevista concedida en diciembre al vespertino La Segunda, Dávalos señaló que no quería volver al área privada cuando terminara su trabajo en el gobierno, donde se desempeñaba ad honorem. Aunque no en lo inmediato, no descartaba seguir en la política activa.