El califato reactiva las decapitaciones ante la ofensiva contra sus bases
Jordania maniobra para liberar a un piloto cautivo a cambio de una presa iraquí
ÓSCAR GUTIÉRREZ
Madrid, El País
Durante la grabación que la productora del Estado Islámico (EI) Al Furqan difundió ayer con la decapitación del rehén japonés Kenji Goto, el verdugo no hizo mención al piloto jordano capturado el 24 de diciembre. El teniente Moaz Kasasbeh, de 27 años, cayó con su aparato en la provincia de Raqa (Siria), cuna del califato del EI. Amán insistió ayer en que el Gobierno sigue abierto al canje ofrecido por los yihadistas: Kasasbeh por la presa iraquí Sayida al Rishawi, de 40 años.
La disposición de Amán a llevar a cabo el intercambio se ha hecho aún más urgente tras el asesinato de Goto. Unas horas antes del vídeo de Al Furqan, la división del EI en Deir al Zor, en el este de Siria, colgaba otra grabación en la que se mostraba la decapitación de un rebelde moderado, con supuestos vínculos con el espionaje jordano.
Los yihadistas se han vanagloriado también durante la pasada semana del asesinato a cuchillo de Hujam Surchi, mando peshmerga (miliciano kurdo) en Irak. Un episodio más en la escalada de brutalidad impuesta por el EI para recuperar la fuerza de su narrativa violenta tras importantes pérdidas en el terreno, especialmente tras caer en la batalla de Kobane en el norte sirio y retroceder en la provincia iraquí de Diyala.
La negociación en el secuestro de Kasasbeh está siendo, no obstante, única desde el inicio de los secuestros del EI. Desde Jordania, país miembro de la coalición que bombardea a los yihadistas en Siria, han salido ya cientos de radicales para alistarse en el EI. Parte de la sociedad discrepa de la adhesión de Amán con la guerra de EE UU en el país vecino, una animadversión que ha crecido con la captura del piloto.
Pero sin duda que uno de las vías de mayor presión para que Amán resuelva el cautiverio llega desde la tribu a la que pertenece Kasasbeh. Su clan forma parte de la tribu de Bararsheh, situada en torno a la ciudad de Karak y fiel a la monarquía hachemita. Miembros de esta tribu se han manifestado ante el Gobierno para pedirle que acceda a entregar a Al Rishawi. Tal ha sido la fuerza de sus protestas que el rey Abdulá invitó recientemente a palacio a los padres y la esposa del piloto rehén.
El Gobierno jordano mantiene que solo liberará a Al Rishawi tras tener una prueba de vida del piloto. La iraquí fue arrestada en 2005 tras tratar de atentar sin éxito en Amán a las órdenes de Al Qaeda. Es natural de Al Anbar, provincia con fuerte presencia del EI. Si los yihadistas logran su liberación podrían cosechar nuevas simpatías de las fuertes tribus de esa provincia iraquí.
ÓSCAR GUTIÉRREZ
Madrid, El País
Durante la grabación que la productora del Estado Islámico (EI) Al Furqan difundió ayer con la decapitación del rehén japonés Kenji Goto, el verdugo no hizo mención al piloto jordano capturado el 24 de diciembre. El teniente Moaz Kasasbeh, de 27 años, cayó con su aparato en la provincia de Raqa (Siria), cuna del califato del EI. Amán insistió ayer en que el Gobierno sigue abierto al canje ofrecido por los yihadistas: Kasasbeh por la presa iraquí Sayida al Rishawi, de 40 años.
La disposición de Amán a llevar a cabo el intercambio se ha hecho aún más urgente tras el asesinato de Goto. Unas horas antes del vídeo de Al Furqan, la división del EI en Deir al Zor, en el este de Siria, colgaba otra grabación en la que se mostraba la decapitación de un rebelde moderado, con supuestos vínculos con el espionaje jordano.
Los yihadistas se han vanagloriado también durante la pasada semana del asesinato a cuchillo de Hujam Surchi, mando peshmerga (miliciano kurdo) en Irak. Un episodio más en la escalada de brutalidad impuesta por el EI para recuperar la fuerza de su narrativa violenta tras importantes pérdidas en el terreno, especialmente tras caer en la batalla de Kobane en el norte sirio y retroceder en la provincia iraquí de Diyala.
La negociación en el secuestro de Kasasbeh está siendo, no obstante, única desde el inicio de los secuestros del EI. Desde Jordania, país miembro de la coalición que bombardea a los yihadistas en Siria, han salido ya cientos de radicales para alistarse en el EI. Parte de la sociedad discrepa de la adhesión de Amán con la guerra de EE UU en el país vecino, una animadversión que ha crecido con la captura del piloto.
Pero sin duda que uno de las vías de mayor presión para que Amán resuelva el cautiverio llega desde la tribu a la que pertenece Kasasbeh. Su clan forma parte de la tribu de Bararsheh, situada en torno a la ciudad de Karak y fiel a la monarquía hachemita. Miembros de esta tribu se han manifestado ante el Gobierno para pedirle que acceda a entregar a Al Rishawi. Tal ha sido la fuerza de sus protestas que el rey Abdulá invitó recientemente a palacio a los padres y la esposa del piloto rehén.
El Gobierno jordano mantiene que solo liberará a Al Rishawi tras tener una prueba de vida del piloto. La iraquí fue arrestada en 2005 tras tratar de atentar sin éxito en Amán a las órdenes de Al Qaeda. Es natural de Al Anbar, provincia con fuerte presencia del EI. Si los yihadistas logran su liberación podrían cosechar nuevas simpatías de las fuertes tribus de esa provincia iraquí.