El alto en fuego en Ucrania entra en vigor tras un día de duros combates
Los bombardeos sobre Donetsk cesan a la hora estipulada por el acuerdo de Minsk
R. Fernández / Agencias
Moscú / Kiev, El País
El alto el fuego en el este de Ucrania entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas prorrusos ha entrado en vigor a medianoche, hora local (23.00 en la España peninsular). Testigos citados por la agencia Reuters informaron de que los bombardeos sobre la ciudad de Donetsk cesaron súbitamente a esa hora, estipulada en el acuerdo logrado el jueves en Minsk por Rusia, Ucrania, Francia y Alemania.
Minutos antes de la medianoche y en un discurso televisado, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, dio la orden a sus soldados de poner fin a las hostilidades; lo hizo vestido de militar, desde el puesto de mando del Estado Mayor, y acompañado del jefe de las Fuerzas Armadas. “Quiero la paz y yo, como comandante supremo, ordeno a las Fuerzas Armadas de Ucrania, las unidades de la Guardia Nacional, del Ministerio del Interior y el Servicio de Seguridad, cesar el fuego a las 00.00 del 15 de febrero”, dijo. “Si nos dan un golpe en una mejilla, no ofreceremos la otra”, advirtió el presidente, al tiempo que recalcaba que el alto el fuego lo necesita “no solo Ucrania, sino todo el mundo”.Los combates en el este de Ucrania continuaron durante el día hasta la entrada en vigor del alto el fuego acordado el jueves pasado en la cumbre de Minsk, en la que participaron los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania.
El cese de las hostilidades es el primero de los 13 puntos del plan de paz para solucionar el conflicto en las regiones de Donetsk y Lugansk, que desde su estallido, en abril del año pasado, se ha cobrado unos 6.000 muertos, entre combatientes y civiles.
Al menos 18 civiles murieron en la zona en las últimas horas previas al alto el fuego, de acuerdo con los datos proporcionados por los militares ucranios y los separatistas prorrusos. Ambas partes deseaban mejorar sus posiciones antes de que se iniciara la tregua e intensificaron los enfrentamientos.
El presidente ucranio, Petró Poroshenko, había señalado que la intensificación de los ataques separatistas ponía en riesgo el pacto de alto el fuego alcanzado el jueves en la capital bielorrusa. "Desgraciadamente, tras los acuerdos de Minsk, la operación ofensiva de Rusia ha aumentado significativamente. Los acuerdos de Minsk están en grave peligro", aseguró Poroshenko en una comparecencia tras la visita del primer ministro húngaro, Viktor Orban. El mandatario ucranio conversó por teléfono en la tarde del sábado con el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel --impulsores clave del acuerdo--, y con el presidente de EEUU, Barack Obama, sobre la situación en el este de Ucrania.
Kiev asegura que al menos 14 personas han perecido en las últimas horas a causa del fuego de artillería disparado por los rebeldes. Seis murieron en el pueblo Schastie (Felicidad) y cinco en Gorniak (Minero); otros tres en Artiómonsk, según el parte militar.
El Ministerio de Defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk informó, por su parte, de la muerte de cuatro civiles. Según Eduard Basurin, vicecomandante de las fuerzas separatistas, el ejército ucranio lanzó 71 ataques de artillería contra varias ciudades y posiciones de los rebeldes, 12 de ellos durante la noche de viernes al sábado. Los proyectiles, afirmó Basurin, causaron daños también en la infraestructura de Donetsk, particularmente en la fábrica química y en la red de gasoductos.
En el frente, los combates se concentraban en la zona de Debáltsevo, donde los separatistas aseguran tener cercados a unos 6.000 soldados ucranios. Kiev, que informó de ataques contra sus posiciones en esa estratégica ciudad, niega que sus fuerzas estén atrapadas. La importancia de Debáltsevo radica en su ubicación, a medio camino entre Donetsk y Lugansk, los dos bastiones rebeldes.
Basurin, por su parte, manifestó que las tropas gubernamentales siguieron intentando infructuosamente romper el cerco tanto desde dentro como desde fuera. Además, avisó de que no permitirán la salida de los soldados de Kiev después de la entrada en vigor del alto el fuego, si estos no deponen las armas.
“Probablemente mueran de hambre. No les vamos a atacar, pero tampoco los dejaremos que salgan del cerco”, declaró. Mientras, un militar ucranio aseguró que habían estallado incendios en la ciudad a consecuencia de los bombardeos de la artillería separatistas y que al menos siete soldados perecieron y más de veinte resultaron heridos. Kiev volvió a acusar a los rusos de estar participando directamente en los combates de Debáltsevo, algo que Moscú niega categóricamente.
Además de la lucha por Debáltsevo, los ucranios denunciaron ataques rebeldes cerca de Mariúpol, la segunda ciudad más importante de la provincia de Donetsk que controla Kiev. Se produjeron intensos combates en la aldea Shirókino, que, según afirman las autoridades ucranias, quedó prácticamente en ruinas por el fuego de la artillería y el ataque que lanzaron los separatistas para tomar por asalto las posiciones del batallón de voluntarios Azov.
En Donetsk, el parlamento local comenzó a aprobar las medidas correspondientes para cumplir los acuerdos de Minsk. Denís Pushilin, vicepresidente del Legislativo rebelde y representante de los separatistas en las negociaciones, aseguró a los diputados locales que tanto Rusia como los europeos -Alemania y Francia- les garantizaron que Ucrania cumpliría “sus compromisos”.
R. Fernández / Agencias
Moscú / Kiev, El País
El alto el fuego en el este de Ucrania entre las fuerzas gubernamentales y los separatistas prorrusos ha entrado en vigor a medianoche, hora local (23.00 en la España peninsular). Testigos citados por la agencia Reuters informaron de que los bombardeos sobre la ciudad de Donetsk cesaron súbitamente a esa hora, estipulada en el acuerdo logrado el jueves en Minsk por Rusia, Ucrania, Francia y Alemania.
Minutos antes de la medianoche y en un discurso televisado, el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko, dio la orden a sus soldados de poner fin a las hostilidades; lo hizo vestido de militar, desde el puesto de mando del Estado Mayor, y acompañado del jefe de las Fuerzas Armadas. “Quiero la paz y yo, como comandante supremo, ordeno a las Fuerzas Armadas de Ucrania, las unidades de la Guardia Nacional, del Ministerio del Interior y el Servicio de Seguridad, cesar el fuego a las 00.00 del 15 de febrero”, dijo. “Si nos dan un golpe en una mejilla, no ofreceremos la otra”, advirtió el presidente, al tiempo que recalcaba que el alto el fuego lo necesita “no solo Ucrania, sino todo el mundo”.Los combates en el este de Ucrania continuaron durante el día hasta la entrada en vigor del alto el fuego acordado el jueves pasado en la cumbre de Minsk, en la que participaron los líderes de Alemania, Francia, Rusia y Ucrania.
El cese de las hostilidades es el primero de los 13 puntos del plan de paz para solucionar el conflicto en las regiones de Donetsk y Lugansk, que desde su estallido, en abril del año pasado, se ha cobrado unos 6.000 muertos, entre combatientes y civiles.
Al menos 18 civiles murieron en la zona en las últimas horas previas al alto el fuego, de acuerdo con los datos proporcionados por los militares ucranios y los separatistas prorrusos. Ambas partes deseaban mejorar sus posiciones antes de que se iniciara la tregua e intensificaron los enfrentamientos.
El presidente ucranio, Petró Poroshenko, había señalado que la intensificación de los ataques separatistas ponía en riesgo el pacto de alto el fuego alcanzado el jueves en la capital bielorrusa. "Desgraciadamente, tras los acuerdos de Minsk, la operación ofensiva de Rusia ha aumentado significativamente. Los acuerdos de Minsk están en grave peligro", aseguró Poroshenko en una comparecencia tras la visita del primer ministro húngaro, Viktor Orban. El mandatario ucranio conversó por teléfono en la tarde del sábado con el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel --impulsores clave del acuerdo--, y con el presidente de EEUU, Barack Obama, sobre la situación en el este de Ucrania.
Kiev asegura que al menos 14 personas han perecido en las últimas horas a causa del fuego de artillería disparado por los rebeldes. Seis murieron en el pueblo Schastie (Felicidad) y cinco en Gorniak (Minero); otros tres en Artiómonsk, según el parte militar.
El Ministerio de Defensa de la autoproclamada República Popular de Donetsk informó, por su parte, de la muerte de cuatro civiles. Según Eduard Basurin, vicecomandante de las fuerzas separatistas, el ejército ucranio lanzó 71 ataques de artillería contra varias ciudades y posiciones de los rebeldes, 12 de ellos durante la noche de viernes al sábado. Los proyectiles, afirmó Basurin, causaron daños también en la infraestructura de Donetsk, particularmente en la fábrica química y en la red de gasoductos.
En el frente, los combates se concentraban en la zona de Debáltsevo, donde los separatistas aseguran tener cercados a unos 6.000 soldados ucranios. Kiev, que informó de ataques contra sus posiciones en esa estratégica ciudad, niega que sus fuerzas estén atrapadas. La importancia de Debáltsevo radica en su ubicación, a medio camino entre Donetsk y Lugansk, los dos bastiones rebeldes.
Basurin, por su parte, manifestó que las tropas gubernamentales siguieron intentando infructuosamente romper el cerco tanto desde dentro como desde fuera. Además, avisó de que no permitirán la salida de los soldados de Kiev después de la entrada en vigor del alto el fuego, si estos no deponen las armas.
“Probablemente mueran de hambre. No les vamos a atacar, pero tampoco los dejaremos que salgan del cerco”, declaró. Mientras, un militar ucranio aseguró que habían estallado incendios en la ciudad a consecuencia de los bombardeos de la artillería separatistas y que al menos siete soldados perecieron y más de veinte resultaron heridos. Kiev volvió a acusar a los rusos de estar participando directamente en los combates de Debáltsevo, algo que Moscú niega categóricamente.
Además de la lucha por Debáltsevo, los ucranios denunciaron ataques rebeldes cerca de Mariúpol, la segunda ciudad más importante de la provincia de Donetsk que controla Kiev. Se produjeron intensos combates en la aldea Shirókino, que, según afirman las autoridades ucranias, quedó prácticamente en ruinas por el fuego de la artillería y el ataque que lanzaron los separatistas para tomar por asalto las posiciones del batallón de voluntarios Azov.
En Donetsk, el parlamento local comenzó a aprobar las medidas correspondientes para cumplir los acuerdos de Minsk. Denís Pushilin, vicepresidente del Legislativo rebelde y representante de los separatistas en las negociaciones, aseguró a los diputados locales que tanto Rusia como los europeos -Alemania y Francia- les garantizaron que Ucrania cumpliría “sus compromisos”.