Dos cabezazos de Smalling desatascan al Manchester United
Manchester, As
El Manchester United no necesita hacer méritos para ganar los partidos, tampoco para empatarlos. Lo demuestra cada jornada; no brilla por su solidez como conjunto y no destacan sus individualidades, aunque tenga a algunos de los mejores jugadores de Europa. La mayoría de las veces no parece más que un equipo mediocre con suerte, porque es difícil explicar que se haya mantenido entre los cuatro primeros con tanto trabajo aún por hacer.
Ante el Burnley, penúltimo en la tabla de la Premier League, enseñó una vez más sus carencias. El equipo pequeño, que jugaba en casa del gigante, no planteó fútbol del siglo XIX. No hizo falta una defensa aguerrida para sacar al United de sus casillas, bastó con obligarle a jugar con el balón, algo a lo que no suele ser capaz. De hecho, la primera parte del Burnley fue un ejemplo de eficacia a la hora de hacer llegar la pelota a los delanteros: juego por alto, carreras de los laterales y controles de portentos como Barnes, Ings o Boyd en la frontal del área rival.
Pero la suerte, como se dijo, también influye. Phil Jones se fue lesionado a los cinco minutos y su sustituto, Chris Smalling, cabeceó a la red contraria en su primera aparición. El gol llegó desde el córner en una jugada de voleibol: dos atacantes tocaron con la cabeza antes de que machacara el central, aprovechándose de una zaga despistada.
El Burnley supo hacer daño al contraataque, sus jugadores se vistieron -literalmente- de flechas de plata. Así empató Ings, gracias a uno de los muchos misiles de Trippier desde la banda derecha. Y así pudieron hacer el segundo, que no llegó nunca porque De Gea es el único que sostiene al United cuando el equipo se deja llevar por la modorra. Antes de dirigirse a los vestuarios, disfrutaron de otro golpe de fortuna: el gol psicológico. Pasaban dos minutos del 45 y en otro córner, con otro centro de Di María, Smalling se elevó más que nadie para rematar a placer. Dos goles del defensa, que no sacó tan buena nota en sus tareas.
Tras el descanso, los de Van Gaal mantuvieron el escaso nivel ante un Burnley limitado físicamente. Ander Herrera desempeñó junto a Rooney las labores de mediocentro después de la lesión de Blind y el equipo plano sufrió menos. Falcao y Van Persie no se dejaron ver y Januzaj tuvo destellos como mediapunta que alternó con minutos en blanco. Solo Di María mereció el aprobado en el ataque local, por él pasaron todas las acciones con cierto criterio. El argentino forzó en la recta final del encuentro el penalti que sentenció al Burnley. Lo transformó Van Persie, y con el empate del Southampton el United recupera la tercera plaza. Aunque no parezca el tercer mejor equipo de la Premier.
El Southampton se cae de la tercera plaza
El principal perjudicado del triunfo del United fue el Southampton de Ronald Koeman, pues, tras no ser capaz de pasar del empate en casa ante el West Ham, cede la tercera plaza a los de Van Gaal. Aunque las diferencias aún son cortas: sólo un punto entre ambos. Además, Crystal Palace y Newcastle igualaron a uno y el West Bromwich Albion tomó aire a costa del Swansea, al que derrotó por 2-0,
El Manchester United no necesita hacer méritos para ganar los partidos, tampoco para empatarlos. Lo demuestra cada jornada; no brilla por su solidez como conjunto y no destacan sus individualidades, aunque tenga a algunos de los mejores jugadores de Europa. La mayoría de las veces no parece más que un equipo mediocre con suerte, porque es difícil explicar que se haya mantenido entre los cuatro primeros con tanto trabajo aún por hacer.
Ante el Burnley, penúltimo en la tabla de la Premier League, enseñó una vez más sus carencias. El equipo pequeño, que jugaba en casa del gigante, no planteó fútbol del siglo XIX. No hizo falta una defensa aguerrida para sacar al United de sus casillas, bastó con obligarle a jugar con el balón, algo a lo que no suele ser capaz. De hecho, la primera parte del Burnley fue un ejemplo de eficacia a la hora de hacer llegar la pelota a los delanteros: juego por alto, carreras de los laterales y controles de portentos como Barnes, Ings o Boyd en la frontal del área rival.
Pero la suerte, como se dijo, también influye. Phil Jones se fue lesionado a los cinco minutos y su sustituto, Chris Smalling, cabeceó a la red contraria en su primera aparición. El gol llegó desde el córner en una jugada de voleibol: dos atacantes tocaron con la cabeza antes de que machacara el central, aprovechándose de una zaga despistada.
El Burnley supo hacer daño al contraataque, sus jugadores se vistieron -literalmente- de flechas de plata. Así empató Ings, gracias a uno de los muchos misiles de Trippier desde la banda derecha. Y así pudieron hacer el segundo, que no llegó nunca porque De Gea es el único que sostiene al United cuando el equipo se deja llevar por la modorra. Antes de dirigirse a los vestuarios, disfrutaron de otro golpe de fortuna: el gol psicológico. Pasaban dos minutos del 45 y en otro córner, con otro centro de Di María, Smalling se elevó más que nadie para rematar a placer. Dos goles del defensa, que no sacó tan buena nota en sus tareas.
Tras el descanso, los de Van Gaal mantuvieron el escaso nivel ante un Burnley limitado físicamente. Ander Herrera desempeñó junto a Rooney las labores de mediocentro después de la lesión de Blind y el equipo plano sufrió menos. Falcao y Van Persie no se dejaron ver y Januzaj tuvo destellos como mediapunta que alternó con minutos en blanco. Solo Di María mereció el aprobado en el ataque local, por él pasaron todas las acciones con cierto criterio. El argentino forzó en la recta final del encuentro el penalti que sentenció al Burnley. Lo transformó Van Persie, y con el empate del Southampton el United recupera la tercera plaza. Aunque no parezca el tercer mejor equipo de la Premier.
El Southampton se cae de la tercera plaza
El principal perjudicado del triunfo del United fue el Southampton de Ronald Koeman, pues, tras no ser capaz de pasar del empate en casa ante el West Ham, cede la tercera plaza a los de Van Gaal. Aunque las diferencias aún son cortas: sólo un punto entre ambos. Además, Crystal Palace y Newcastle igualaron a uno y el West Bromwich Albion tomó aire a costa del Swansea, al que derrotó por 2-0,