Copa del Rey: El Real Madrid repite título de Copa 29 años después
La vida en un puño, la de esta final. Nada que ver con los tres Clásicos anteriores de la temporada, porque los tres terminaron desmadejados. Éste no, este acabó todo apretadito. Hubo que tirar un muro y caminar sobre brasas para llevarse la Copa. Tomic la acarició: 25 puntos, 11 rebotes y 40 de valoración, récord batido a Pau Gasol. Pero Sergio Rodríguez, Nocioni y el MVP Rudy se la quedaron. El Madrid repite título en el torneo del KO por primera vez en 29 años (1985 y 86).
El tiro de Llull tiene continuidad, aunque el base firmó uno de sus peores actuaciones en la cima (0 de 8 y -9 de valoración). Daba igual, rebosaba alegría. Gran éxito colectivo, de nuevo con Pablo Laso al frente. Y conviene recordarlo, porque el técnico ha disputado 11 finales de 14 posibles. Siete títulos ya en tres temporadas y media. Nada que se le parezca desde la época dorada del madridismo canastero. Un reconocimiento justo cuando el confeti blanqueaba ya la pista. Poco después de asistir a un pedazo de batalla deportiva, con Navarro dando un coletazo de clase que casi cambia el rumbo de la final. Cazó un rechace a ocho metros y se levantó en postura acrobática… ¡Dentro! Ese triple levantaba del KO a los culés: 68-71. La Bomba ejercía de base: empate a 71 tras una técnica a Llull (Pérez Pérez tuvo dos acciones de protagonista innecesarias). Restaba un minuto y medio.
En los siguientes segundos se desata una tormenta de emociones. Reyes anota dos tiros libres (otra vez Pérez Pérez), Rudy le roba la cartera a Doellman, pero Abrines captura al ladrón y Tomic exhausto falla. Bola para Sergio, que decide con la contundencia de Jordan y la suavidad de Stockton. Bandejita ganadora: 71-75, siete segundos en el reloj. Una gran final, un tremendo desenlace. El tiro a la desesperada de Abrines y el rebote para todo un carácter, el de Nocioni. Vino para días así. En el primero de enjundia, sobresaliente. Y con un esguince a cuestas. Más alto incluso voló Rudy. MVP de la Copa por tercera vez, inalcanzable. Influencia y numerazos: 16 puntos, 5 asistencias y 5 recuperaciones (26 de valoración).
El arranque del duelo había resultado extraño, pero magnífico. Espectáculo in crescendo. El Real sujetaba bien a Tomic, Reyes le defendía y Ayón se emparejaba con Doelman. Muy atento los exteriores en las ayudas. El croata no entraba en el choque. Mandaban blancos, dominio moral, sin mácula en el marcador: 9-12 y 11-15 tras un triple de Carroll. Entonces apareció Abrines, cada balón que tocaba lo convertía en puntos. Dos triples y el Barça pasó de ir en remolque a conducir la cabeza tractora: 21-18.
En el segundo cuarto, el duelo se trabó. Sin ritmo, los Sergios estaban groguis. Y Reyes tiraba de lejos. Metía una y fallaba el resto. Tempo azulgrana, tempo de Tomic mano a mano con Bourousis, aunque sin las ayudas de antes. No fue naufragio del griego, sino general. Ante estiró el cuello, abrió el abanico de su repertorio, cual pavo real en exhibición. Y qué exhibición: 13 puntos del tirón. Y 6 más en la reanudación, hasta que se sentó muerto, agotado. Reinaba el Barça, incluso en el marcador: 42-35 y 52-47. Justo entonces, cuando la amenaza de break era más fuerte, cuando el nivel del agua cubría la nariz del campeón, doble ración de Rudy: defensa, robos, triples, galopadas y mates. Como el que cerró la primera parte en el último segundo. Recibía la ayuda de un coloso, de Nocioni (4 tapones), y de Maciulis. Así cazaron al enemigo (53-53).
Lavar la ropa sucia a mano tiene premio. Con la camiseta blanca impoluta, la de las noches de gala, era el turno para El show del Chacho. Cambió el ritmo del duelo, planeó sobre el rival (57-64) y tuvo bola de partido... Y la aprovechó con esa entrada final cortando mil hilos de alta tensión que ataban la cancha de lado a lado. Y lo hizo con la espontaneidad del que se levanta del sillón para encender la tele. Un genio. El resto es historia de la Copa, el torneo más antiguo de nuestro baloncesto, que repite monarca: el Madrid, 25 trofeos ya. Dos más que el Barça.