Un cañonazo de Pareja maquilla a un Sevilla sin luces
Sevilla, As
Una controvertidísima roja a Planas y un golazo de un Pareja sobresaliente impulsaron a un Sevilla mediocre a su primera victoria de 2015. Fue la peor versión conocida de los de Emery, castigada incluso con pitos por su afición. Y si le bastó fue porque el Celta lleva 666 minutos sin hacer gol y porque los de Berizzo anduvieron con un jugador menos una hora. De otra manera, la victoria sevillista hubiese sido una quimera.
El Sevilla ha entrado en enero sin luces ni personalidad. Transmitió unas señales pésimas y jugó sin plan y a merced del Celta, que hizo una puesta en escena valiente pero proclamando a los cuatro vientos su peor defecto: la falta de gol. A Charles, luego sustituido, se le bajó la persiana dos veces ante Beto. Andaba tan volcado el Celta en los primeros minutos que el Sevilla montó dos contragolpes. Uno se resolvió con una vaselina fallida de Denis. En la segunda, al gallego lo atropelló Planas, que frenó por las bravas la transición del Sevilla. Velasco Carballo vio la pierna muy arriba y expulsó rigurosamente al lateral criado en La Masia. No pareció para tanto.
Mientras el Celta se ponía en orden, Pareja hizo un gol de bandera en su partido cien en Primera. Especialista en tiros libres (ha firmado tres goles en esta disciplina), cambió su palo habitual de disparo y sorprendió a Sergio, que dio un paso en falso. Todo se puso cuesta abajo por el Sevilla que, sorprendentemente, se lió con el 1-0 y no aprovechó su superioridad ni en el juego posicional ni al contragolpe. Bacca estuvo fallón y desconectado del partidoy Denis y Vitolo se apagaron. Al partido, en realidad, sólo le salvó de la mediocridad Reyes con un tiro al poste después de una jugada de fútbol sala y luego con dos caños en su propia frontal. A Emery casi le da un infarto.
El Celta se asomó poco, apenas un remate de Santi Mina al larguero. En realidad, se redujo él mismo porque el Sevilla, acostunbrado a ser buen competidor desde que llegó Emery, no opone resistencia. Ha perdido confianza y fe en su plan y aun así se mantiene en la carrera por la Champions pero le espera un enero durísimo para el que pierde a Mbia y no tiene brújula. Para mantenerse en las alturas por las que anda deberá mejorar sus prestaciones un mundo. Ante el Celta, dirían los clásicos, lo mejor que le pasó fue el resultado.
Una controvertidísima roja a Planas y un golazo de un Pareja sobresaliente impulsaron a un Sevilla mediocre a su primera victoria de 2015. Fue la peor versión conocida de los de Emery, castigada incluso con pitos por su afición. Y si le bastó fue porque el Celta lleva 666 minutos sin hacer gol y porque los de Berizzo anduvieron con un jugador menos una hora. De otra manera, la victoria sevillista hubiese sido una quimera.
El Sevilla ha entrado en enero sin luces ni personalidad. Transmitió unas señales pésimas y jugó sin plan y a merced del Celta, que hizo una puesta en escena valiente pero proclamando a los cuatro vientos su peor defecto: la falta de gol. A Charles, luego sustituido, se le bajó la persiana dos veces ante Beto. Andaba tan volcado el Celta en los primeros minutos que el Sevilla montó dos contragolpes. Uno se resolvió con una vaselina fallida de Denis. En la segunda, al gallego lo atropelló Planas, que frenó por las bravas la transición del Sevilla. Velasco Carballo vio la pierna muy arriba y expulsó rigurosamente al lateral criado en La Masia. No pareció para tanto.
Mientras el Celta se ponía en orden, Pareja hizo un gol de bandera en su partido cien en Primera. Especialista en tiros libres (ha firmado tres goles en esta disciplina), cambió su palo habitual de disparo y sorprendió a Sergio, que dio un paso en falso. Todo se puso cuesta abajo por el Sevilla que, sorprendentemente, se lió con el 1-0 y no aprovechó su superioridad ni en el juego posicional ni al contragolpe. Bacca estuvo fallón y desconectado del partidoy Denis y Vitolo se apagaron. Al partido, en realidad, sólo le salvó de la mediocridad Reyes con un tiro al poste después de una jugada de fútbol sala y luego con dos caños en su propia frontal. A Emery casi le da un infarto.
El Celta se asomó poco, apenas un remate de Santi Mina al larguero. En realidad, se redujo él mismo porque el Sevilla, acostunbrado a ser buen competidor desde que llegó Emery, no opone resistencia. Ha perdido confianza y fe en su plan y aun así se mantiene en la carrera por la Champions pero le espera un enero durísimo para el que pierde a Mbia y no tiene brújula. Para mantenerse en las alturas por las que anda deberá mejorar sus prestaciones un mundo. Ante el Celta, dirían los clásicos, lo mejor que le pasó fue el resultado.