Últimos sobrevivientes de Auschwitz piden a Europa que no olvide

Oswiecim, Reuters
Los últimos sobrevivientes de Auschwitz instaron al mundo a no olvidar el horror del Holocausto, 70 años después de la liberación del campo de exterminio por tropas soviéticas casi al final de la Segunda Guerra Mundial, un aniversario que encuentra a Europa una vez más enfrentada por la intolerancia.


En el campo polaco cubierto de nieve, unos 300 sobrevivientes ya ancianos y varios líderes mundiales se reunieron el martes bajo una carpa levantada en las puertas de ladrillo de Auschwitz II-Birkenau, donde las vías de tren que llevaron a más de un millón de judíos europeos a su muerte estaban iluminadas con una luz dorada.

"Setenta años después, la crueldad diaria todavía está grabada en mi mente", dijo el ex prisionero Roman Kent en la ceremonia.

Esta conmemoración podría ser la última a la que acudan muchos de los sobrevivientes de Auschwitz, ya que los más jóvenes superan los 70 años. En los actos de 2005 participaron unas 1.500 personas.

El aniversario se cumplió en medio de una guerra en Ucrania, varios ataques contra judíos en Europa y un recrudecimiento del sentimiento antisemita, en momentos en que los recuerdos del Holocausto se desvanecen a medida que mueren los últimos de sus protagonistas.

Judíos europeos han advertido de un creciente sentimiento antisemita en Europa, alimentado por la indignación contra la política israelí en Oriente Medio y tensiones sociales sobre temas como la inmigración, desigualdad y problemas económicos que han contribuido al surgimiento de movimientos de extrema derecha, como PEGIDA en Alemania.

"Recordar no es suficiente, los hechos son clave", dijo Kent. "Es nuestra obligación mutua, de los sobrevivientes y los líderes mundiales, comprender lo que sucede cuando se da vía libre al prejuicio y al odio", agregó.

Un cuarteto de cuerdas tocó las obras de Szymon Laks, un compositor judío polaco que dirigía la orquesta de prisioneros de Auschwitz-Birkenau y sobrevivió a la guerra. David Wisnia, un sobreviviente de 88 años del campo, cantó una oración fúnebre de los judíos Ashkenazi, llevando a algunos entre el público a las lágrimas.

Entre los presentes estaban los jefes de Estado de Alemania, Francia y otros países, además de reconocidas figuras como el cineasta Steven Spielberg.

Francois Hollande realizó el viaje menos de tres semanas después de que 17 personas murieran en París, entre ellos cuatro judíos, en tres días de violencia cuando milicianos islamistas atacaron al semanario satírico Charlie Hebdo y un supermercado kosher.

"QUIERO LLORAR"

Ubicado en el sur de Polonia, el campo se ha convertido probablemente en el símbolo más conmovedor de un Holocausto en el que perdieron la vida seis millones de judíos en toda Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

En Auschwitz, los nazis mataron a alrededor de 1,5 millones de personas, en su mayoría judíos europeos antes de que el Ejército Rojo entrara por sus puertas, en el invierno boreal de 1945.

En la víspera del aniversario, la canciller Angela Merkel dijo que los alemanes tenían una responsabilidad imperecedera de luchar contra todas las formas de antisemitismo y racismo.

"Tenemos que exponer a aquellos que promueven prejuicios e invocan el terror, tanto los antiguos como los nuevos", dijo Merkel, en una aparente referencia a PEGIDA.

Las víctimas de Auschwitz también incluyeron a, entre otros, personas del pueblo roma, homosexuales y opositores políticos de los nazis.

La ausencia más destacada fue la del presidente ruso Vladimir Putin, cuya intervención militar en Ucrania llevó las relaciones entre Moscú y Occidente a su punto más bajo desde la Guerra Fría.

Polonia es uno de los críticos más vehementes de la anexión de Crimea por parte de Rusia y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania.

Cauteloso de las consecuencias políticas domésticas, Polonia no envió una invitación diplomática completa a Putin, dijeron fuentes a Reuters. En lugar del líder ruso asistió su jefe de gabinete, Sergei Ivanov.

La OTAN dijo que Rusia ha enviado soldados y armamento para ayudar a los separatistas, acciones que Putin niega.

Entre quienes volvieron a Auschwitz por primera vez el martes estaba Susan Pollack, de 84 años, y quien se mudó a Gran Bretaña después de la guerra tras perder a su madre en las cámaras de gas del campo de concentración.

"Si fuera posible, espero que tal vez tenga algo de alivio. Y quiero llorar, porque en aquel entonces llorar en el campo significaba debilidad y debilidad significaba la muerte", dijo Pollack a Reuters.

(Reporte adicional de Erik Kirschbaum en Berlín, Lidia Kelly en Moscú, Jeff Mason en Washington y Julien Ponthus en París, Escrito por Matt Robinson, editado en español por Patricia Avila)

Entradas populares