Rousseff: "Ningún derecho menos, ningún paso atrás"
Brasil, PL
En el inicio de su segundo mandato al frente de Brasil, la presidenta Dilma Rousseff auguró cambios, ajustes y ahorros para retomar el crecimiento de la economía, pero sin sacrificar los planes sociales.
"Ningún derecho menos, ningún paso atrás", esta será la línea de mi gobierno, resaltó Rousseff la víspera ante miles de personas que se concentraron en la Plaza de los Tres Poderes, ubicada frente al Palacio de Planalto (la sede de la Presidencia) para saludar su investidura.
Hoy, después de 12 años de gobierno popular y grandes cambios, el pueblo brasileño tiene el derecho de ser de guía para mi nuevo mandato y demandar más derechos, recalcó.
En su pronunciamiento destacó que pese a los problemas registrados en el último periodo de su primer mandato, 22 millones de personas salieron de la pobreza y nunca tantos brasileños se volvieron dueños de sus propias casas.
"Nunca tantos brasileños ascendieron a la clase media", conquistaron tantos empleos y lograron un salario digno, como en los 12 años del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), iniciado en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva, aseveró.
La mandataria se comprometió a seguir con el proyecto de nación, de profundización de las conquistas sociales que aseguró su triunfo en las urnas en las pasadas elecciones de octubre con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos.
En ese sentido, dijo que acatará la voluntad del pueblo de proseguir con los cambios, corregir los errores y anunció la disposición de impulsar una reforma política para lograr más democracia, más riquezas, educación y salud de calidad y mayor seguridad pública.
Prometió asimismo reforzar la lucha contra la corrupción, valorizar a Petrobras, la principal empresa nacional, incentivar la producción nacional y priorizar la educación, pues dijo que "solo la educación libera los pueblos".
Rousseff señaló que la enseñanza constituye una de las principales prioridades de su nueva administración y vaticinó un paulatino incremento de los recursos para ese sector.
En el inicio de su segundo mandato al frente de Brasil, la presidenta Dilma Rousseff auguró cambios, ajustes y ahorros para retomar el crecimiento de la economía, pero sin sacrificar los planes sociales.
"Ningún derecho menos, ningún paso atrás", esta será la línea de mi gobierno, resaltó Rousseff la víspera ante miles de personas que se concentraron en la Plaza de los Tres Poderes, ubicada frente al Palacio de Planalto (la sede de la Presidencia) para saludar su investidura.
Hoy, después de 12 años de gobierno popular y grandes cambios, el pueblo brasileño tiene el derecho de ser de guía para mi nuevo mandato y demandar más derechos, recalcó.
En su pronunciamiento destacó que pese a los problemas registrados en el último periodo de su primer mandato, 22 millones de personas salieron de la pobreza y nunca tantos brasileños se volvieron dueños de sus propias casas.
"Nunca tantos brasileños ascendieron a la clase media", conquistaron tantos empleos y lograron un salario digno, como en los 12 años del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), iniciado en 2003 con Luiz Inácio Lula da Silva, aseveró.
La mandataria se comprometió a seguir con el proyecto de nación, de profundización de las conquistas sociales que aseguró su triunfo en las urnas en las pasadas elecciones de octubre con el respaldo de la mayoría de los ciudadanos.
En ese sentido, dijo que acatará la voluntad del pueblo de proseguir con los cambios, corregir los errores y anunció la disposición de impulsar una reforma política para lograr más democracia, más riquezas, educación y salud de calidad y mayor seguridad pública.
Prometió asimismo reforzar la lucha contra la corrupción, valorizar a Petrobras, la principal empresa nacional, incentivar la producción nacional y priorizar la educación, pues dijo que "solo la educación libera los pueblos".
Rousseff señaló que la enseñanza constituye una de las principales prioridades de su nueva administración y vaticinó un paulatino incremento de los recursos para ese sector.