Riquelme, un 10 irrepetible y especial: ahora, piensa en ser presidente de Boca


Christian Leblebidjian | canchallena.com
Siempre fue especial. Único en el juego, distinto para hacerse destacar y sacar respuestas anímicas y técnicas para asistir a un compañero o marcar un gol decisivo. También el día que anunció su retiro del fútbol Juan Román Riquelme dejó cuestiones inconclusas, respuestas que al hincha del fútbol no le terminaron de cerrar, aunque quizás el tiempo ayude a acomodar esas ideas. A partir de hoy, dijo que sólo se preocupará por ser un "buen padre", la profesión que defenderá al ciento por ciento, y se pondrá (más que nunca) del otro lado del mostrador, yendo a ver a Boca como simpatizante con su hijo Agustín, quien ya le pidió ir a Mar del Plata para ver pasado mañana el choque con Vélez, que define la clasificación para la Libertadores.


Justo él, que se dio el lujo de levantar tres Copas (2000, 2001 y 2007), ahora en su primer partido como ex jugador alentará para que Boca evite el repechaje. A los 36 años y habiendo vestido como última camiseta la de Argentinos, le dice adiós a la práctica profesional del fútbol. "Lo mejor es no jugar más", le dijo a ESPN desde un bar en Don Torcuato, su barrio de toda la vida. Y agregó que la razón principal fue, luego de "quedar a mano con Argentinos", el club donde nació y logró el ascenso a fines de 2014, "que no iba a poder enfrentar a Boca". Quedaron varias preguntas en el aire. ¿Si le hubieran dado la posibilidad de ponerse la camiseta azul y oro otra vez, se hubiera retirado igual?; ¿Por qué deja de jugar? ¿Es una cuestión física, anímica, contractual? ¿Por qué rechazó ofertas del exterior?

Según pudo averiguar LA NACION, Riquelme no hubiera vuelto con la actual dirigencia xeneize. Entiende que con Daniel Angelici la situación es irreconciliable y no tiene intenciones de esperar un año sin jugar para ver si en diciembre el club cambia de manos. "No me veo como DT. Arranco una nueva vida y lo que elija no me dará las alegrías que me dio el fútbol, eso seguro. Pero soy una persona que quiere aprender. Quizás me anime a intentar ser presidente del club. Un presidente tiene que hacer las cosas bien. Yo amo el club. Si tengo la suerte de aprender y me siento preparado, lo voy a hacer".


Tratándose de Román, empezaron a surgir disparadores, cuestiones que el propio enganche no descarta, por más que con gambetas, como hacía en el campo de juego, hubo cosas que no dijo. Si se prepara y tiene ganas, hasta analizaría con firmeza presentarse en las próximas elecciones, que serán en diciembre en Brandsen 805. Hasta tuvo contactos informales con Adrián Suar y Mario Pergolini, dos reconocidos hinchas xeneizes. Pero esta es una historia que recién está naciendo. Ayer, el que se retiró, fue uno de los más grandes jugadores que vistieron la camiseta de Boca.

Agradeció mucho. A ex compañeros y entrenadores, a equipos que hasta ayer pretendieron contratarlo, como Cerro Porteño, varias instituciones de Brasil y hasta mencionó a Independiente. Anoche Riquelme le puso punto final a una era inigualable, marcada por su impronta como estratego y como líder futbolístico, admirado y criticado incluso desde las propias paredes de la Bombonera.

"Yo llegué a Boca en el 96 con Suchard Ruiz, y en el vestuario estaban Maradona, Caniggia, Giunta, que se ponía los guantes para que le patee tiros libres, Manteca Martínez, Cedrés... Esa etapa se terminó y empezaron a llegar el resto, Martín (Palermo), Guillermo, Chicho, Córdoba. Yo era el más joven y, al mismo tiempo, el más viejo del vestuario. Después del Bambino Veira llegó Carlos (Bianchi) y empezamos a ganar por mucho tiempo", recordó Román, sobre todo en sus inicios, cuando se sorprendió que Bilardo lo había citado en el predio del SEC, en Ezeiza, no para sumarlo al plantel, sino para ponerlo de titular ante Unión, el 10 de noviembre de 1996, día que fue figura asistiendo en un gol a Cáceres. "En Boca fue todo una maravilla. Mejor no me podían salir las cosas", dijo.

"Yo no viví toda la historia de Boca. Tengo 36 años y Boca más de 100. Pero jugué en el equipo más grande en la historia del club, 40 partidos sin perder, ganarle al Real Madrid, ganar muchos títulos, jugar con Córdoba, Ibarra, Samuel, Delgado, Palermo tantos años", elogió al multicampeón de Bianchi.

Remarcó que se encandila cada vez que tiene la chance de ver por TV a Iniesta y Sweinsteiger porque hacen la gran diferencia con el control y el pase. "En la final del Mundial, durante el primer tiempo, erró un solo pase", dijo de Sweinsteiger. "Son de otro planeta, compiten para ver quién hace más goles", agregó sobre Messi y Cristiano. "Maradona es el mejor de la historia", sostuvo, aunque para su hijo Agustín ese lugar lo ocupa "Messi".

Riquelme es así. Puede elegir a Diego como el más grande, pese a que fue con quien más diferencias llegó a tener cuando fue DT de la selección. Hasta renunció a jugar un Mundial por eso. Román dejará una carrera de éxitos, caños y vueltas olímpicas, pero también de cortocircuitos con compañeros y DT. Fue amado por muchos, pero también cuestionado por otros tantos, como Van Gaal, Falcioni, Palermo y Guillermo Barros Schelotto.

El fútbol va a extrañar no ver más a Riquelme. Por momentos, hasta él no pareció convencido de la decisión que estaba tomando. Aunque no la modificará. Ayer, el día del retiro, de su retiro, cuando le pidieron que les dé un consejo a los jóvenes, expresó: "Si le tengo que decir algo a los chicos es que jueguen al fútbol, el mejor deporte de todos".

Entradas populares