Filipinas: Papa Francisco consuela a sobrevivientes de tifón
Taclobam AP
El papa Francisco visitó el sábado el extremo oriental de Filipinas, donde desafío aguaceros y ventarrones para consolar a los sobrevivientes de un devastador tifón ocurrido en 2013, a quienes afirmó que es difícil encontrar las palabras correctas entre tanto dolor.
"Muchos de ustedes lo perdieron todo", declaró Francisco a unos 150.000 fieles católicos reunidos antes de una misa bajo una persistente lluvia y un campo abierto cerca del aeropuerto de Tacloban, la ciudad donde el tifón Haiyan causó los mayores estragos.
"No tengo palabras para ustedes, pero el Señor sí las tiene. Algunos de ustedes perdieron parte de sus familias. Sólo atino mantenerme en silencio. Yo camino al lado de ustedes con mi corazón en silencio".
Muchos en la multitud lloraron durante el discurso de Francisco ante los recuerdos del temporal que el 8 de noviembre de 2013 destruyó aldeas enteras con vientos poderosos y olas de siete metros de altura (21 pies), con saldo de 7.300 personas muertas o desaparecidas.
Francisco exhibió su solidaridad con la multitud: utilizó el mismo impermeable amarillo sobre su vestimenta como los que se distribuyeron entre los creyentes para que se protegieran de la tormenta.
El papa suscitó una andanada de aplausos cuando dijo a la gente que había decidido visitar la ciudad, de 200.000 habitantes ubicada en la provincia oriental de Leyte, en los días inmediatamente posteriores a aquella tempestad.
"Quería venir para estar con ustedes. Es un poco tarde, lo admito, pero estoy aquí", apuntó.
Francisco habló en su idioma natal, el español, para remarcar que lo hace con el corazón.
El pontífice dejó a un lado su homilía preparada e improvisó una oración que comenzó: "Gracias, Señor, por compartir nuestro dolor. Gracias, Señor, por darnos esperanza..."
Cuando pronunciaba sus palabras, los vientos azotaban las cubiertas de la estructura del altar y amenazaban con tirar los candelabros.
Francisco tiene previsto almorzar con sobrevivientes de Haiyan y reunirse con miembros de la iglesia que asistieron a las víctimas después del temporal de 2003. Francisco regresará después a la capital, Manila.
El inicio de la misa se retrasó 45 minutos y quedó en duda la permanencia de Francisco el resto de la jornada en Tacloban debido al acercamiento de la tormenta tropical Mekkhala.
A causa de la tormenta, que tenía vientos de 100 kph (62 mph), las autoridades suspendieron el servicio de transbordadores con dirección a la provincia de Leyte, debido a lo cual miles de viajeros quedaron varados, incluidos algunos que pretendían ver al papa.
El papa Francisco visitó el sábado el extremo oriental de Filipinas, donde desafío aguaceros y ventarrones para consolar a los sobrevivientes de un devastador tifón ocurrido en 2013, a quienes afirmó que es difícil encontrar las palabras correctas entre tanto dolor.
"Muchos de ustedes lo perdieron todo", declaró Francisco a unos 150.000 fieles católicos reunidos antes de una misa bajo una persistente lluvia y un campo abierto cerca del aeropuerto de Tacloban, la ciudad donde el tifón Haiyan causó los mayores estragos.
"No tengo palabras para ustedes, pero el Señor sí las tiene. Algunos de ustedes perdieron parte de sus familias. Sólo atino mantenerme en silencio. Yo camino al lado de ustedes con mi corazón en silencio".
Muchos en la multitud lloraron durante el discurso de Francisco ante los recuerdos del temporal que el 8 de noviembre de 2013 destruyó aldeas enteras con vientos poderosos y olas de siete metros de altura (21 pies), con saldo de 7.300 personas muertas o desaparecidas.
Francisco exhibió su solidaridad con la multitud: utilizó el mismo impermeable amarillo sobre su vestimenta como los que se distribuyeron entre los creyentes para que se protegieran de la tormenta.
El papa suscitó una andanada de aplausos cuando dijo a la gente que había decidido visitar la ciudad, de 200.000 habitantes ubicada en la provincia oriental de Leyte, en los días inmediatamente posteriores a aquella tempestad.
"Quería venir para estar con ustedes. Es un poco tarde, lo admito, pero estoy aquí", apuntó.
Francisco habló en su idioma natal, el español, para remarcar que lo hace con el corazón.
El pontífice dejó a un lado su homilía preparada e improvisó una oración que comenzó: "Gracias, Señor, por compartir nuestro dolor. Gracias, Señor, por darnos esperanza..."
Cuando pronunciaba sus palabras, los vientos azotaban las cubiertas de la estructura del altar y amenazaban con tirar los candelabros.
Francisco tiene previsto almorzar con sobrevivientes de Haiyan y reunirse con miembros de la iglesia que asistieron a las víctimas después del temporal de 2003. Francisco regresará después a la capital, Manila.
El inicio de la misa se retrasó 45 minutos y quedó en duda la permanencia de Francisco el resto de la jornada en Tacloban debido al acercamiento de la tormenta tropical Mekkhala.
A causa de la tormenta, que tenía vientos de 100 kph (62 mph), las autoridades suspendieron el servicio de transbordadores con dirección a la provincia de Leyte, debido a lo cual miles de viajeros quedaron varados, incluidos algunos que pretendían ver al papa.