EE UU y Reino Unido formarán una célula conjunta contra ciberataques
Obama y Cameron exhiben unidad en la lucha contra el yihadismo y en la necesidad de poder seguir a grupos extremistas en la red
Yolanda Monge
Washington, El País
Les separaba el acento y el tono, ya que uno es un primer ministro en busca de la reelección en mayo y el otro un presidente de salida. La comparecencia ante la prensa este viernes del primer ministro británico, David Cameron, y el presidente de EE UU, Barack Obama, fue una muestra de unidad transatlántica en toda regla. Ambos mandatarios se comprometieron a realizar un esfuerzo conjunto para luchar contra el terrorismo doméstico después de los ataques islamistas en Francia y declararon la necesidad de tener la capacidad para seguir a los grupos extremistas en la red.
Washington y Londres pondrán a trabajar juntos al MI5 y el FBI para llevar a cabo “ejercicios conjuntos de ciberseguridad y defensa de redes”, con una serie de ‘juegos de guerra’ que plantearán posibles ataques globales, el primero de los cuales sería un asalto simulado –posiblemente el próximo año- contra el Banco de Inglaterra y Wall Street.
“Dado el urgente y creciente peligro de los ciberataques, hemos decidido expandir nuestra cooperación en ciberseguridad para proteger nuestra infraestructura más crítica, nuestros negocios y la privacidad de nuestros pueblos”, declaró Obama. A renglón seguido, el primer ministro británico coincidió en la necesidad de forjar una estructura conjunta que pueda proteger “mejor” a sus naciones ante los ciberataques, declaró Cameron en referencia al asalto atribuido a Corea del Norte contra la compañía Sony a finales de año o el que esta semana afectó a la cuenta en Twitter del Mando Central de EE UU.
Cameron llegó a Washington a mediados de esta semana con una misión exploratoria en la cartera: lograr la cooperación de Obama para que compañías como Google y Facebook cooperen con sus gobiernos cuando las agencias de seguridad de estos tengan la necesidad de ver mensajes encriptados –lo que enciende todas las alarmas en cuanto al derecho a la privacidad se refiere-. “Necesitamos trabajar con esas grandes compañías”, dijo el primer ministro británico. “Asegurarnos de que podemos lograr que la gente esté segura”.
Yolanda Monge
Washington, El País
Les separaba el acento y el tono, ya que uno es un primer ministro en busca de la reelección en mayo y el otro un presidente de salida. La comparecencia ante la prensa este viernes del primer ministro británico, David Cameron, y el presidente de EE UU, Barack Obama, fue una muestra de unidad transatlántica en toda regla. Ambos mandatarios se comprometieron a realizar un esfuerzo conjunto para luchar contra el terrorismo doméstico después de los ataques islamistas en Francia y declararon la necesidad de tener la capacidad para seguir a los grupos extremistas en la red.
Washington y Londres pondrán a trabajar juntos al MI5 y el FBI para llevar a cabo “ejercicios conjuntos de ciberseguridad y defensa de redes”, con una serie de ‘juegos de guerra’ que plantearán posibles ataques globales, el primero de los cuales sería un asalto simulado –posiblemente el próximo año- contra el Banco de Inglaterra y Wall Street.
“Dado el urgente y creciente peligro de los ciberataques, hemos decidido expandir nuestra cooperación en ciberseguridad para proteger nuestra infraestructura más crítica, nuestros negocios y la privacidad de nuestros pueblos”, declaró Obama. A renglón seguido, el primer ministro británico coincidió en la necesidad de forjar una estructura conjunta que pueda proteger “mejor” a sus naciones ante los ciberataques, declaró Cameron en referencia al asalto atribuido a Corea del Norte contra la compañía Sony a finales de año o el que esta semana afectó a la cuenta en Twitter del Mando Central de EE UU.
Cameron llegó a Washington a mediados de esta semana con una misión exploratoria en la cartera: lograr la cooperación de Obama para que compañías como Google y Facebook cooperen con sus gobiernos cuando las agencias de seguridad de estos tengan la necesidad de ver mensajes encriptados –lo que enciende todas las alarmas en cuanto al derecho a la privacidad se refiere-. “Necesitamos trabajar con esas grandes compañías”, dijo el primer ministro británico. “Asegurarnos de que podemos lograr que la gente esté segura”.