Deslumbrante Sevilla

Superior en el derbi, que ganó a un Málaga flojo en defensa con goles de Bacca y Denis, termina cuarto la primera vuelta con 39 puntos, sin perder en casa y soñando con la Champions.


Sevilla, As
Deslumbra el Sevilla, que mira la escalera de la Liga casi desde la cumbre al final de la primera vuelta. Jerarca en su guarida de Nervión, donde aún no conoce la derrota, sometió al Málaga en el derbi andaluz mezclando la seriedad del método de Emery, que tiene en un momento de cocción perfecto al equipo, con el talento de Deulofeu, Bacca y Denis, arquitectos de los goles que dejan al Sevilla cuarto con 39 puntos (la mejor primera vuelta de su historia) y un asterisco, el de su partido menos en el Bernabéu. Al Málaga, que conoce bien los códigos del derbi, esta vez le vinieron grandes la contundencia de su rival y también las bajas. Con los centrales titulares (Sergio Sánchez y Weligton) y su stopper Camacho en la enfermería, se le vieron las costuras demasiado.


El Málaga, es cierto, tuvo su momento entre los minutos 34 y 36, a los que llegó con el partido aún equilibrado. En tres minutos asustó tres veces a Beto con disparos de Rosales, Samu Castillejo y sobre todo Duda, que se quedó franco delante de Beto después de un error catedralicio de Banega. Al portugués le dio tiempo hasta de relamerse porque el balón le quedó a su pierna zurda. Tan fácil lo vio que mandó al limbo la ocasión. Fue el final del Málaga

Deulofeu, excelente, firmó una jugada sólo al alcance de los mejores. Desbordó a Antunes, a quien trajo en jaque todo el partido, y vio de reojo que Angeleri y Torres se iban a por él. Por descarte, un amigo debía estar solo. Bacca estuvo eficiente. Controló con la izquierda y cruzó milimétrico ante Kameni. Gracia miró hacia el suelo cabizbajo. La jugada delató las bajas blanquiazules. La actuación de los defensas del Málaga contrastó con el liderazgo de Carriço y la soprendente fiabilidad de Kolo, que neutralizaron a a Amrabat, autor de nada menos que ocho faltas.

El 1-0 fue la foto final de una primera parte agresiva (cuatro amarillas), rica en matices y con planteamientos similares. Además de los dos pivotes, Emery y Gracia se apoyaron en Duda y Banega para no perder la batalla del centro del campo. El Sevilla, no obstante, puso algo más de picante y profundidad. Y a Bacca, que además del gol estuvo muy cerca en dos ocasiones.

Confiado en el contragolpe, una de sus armas preferidas, el Sevilla quiso protegerse más en la segunda parte y casi nada más empezar dibujó la jugada perfecta. Teixeira la anuló por un fuera de juego que no lo fue de Bacca e invalidó el gol posterior de Banega. Gracia no esperó más y en el minuto 58 hizo debutar a Javi Guerra, que apenas había sumado tres entrenamientos, y a Juanmi. Pero Emery también movió ficha: Denis. El gallego, futbolista solvente y que pradójicamente da más en ocasiones como refresco que como titular, se cruzó el campo y, después de una pared con Bacca, le puso la rúbrica al partido, una fiesta grande en Nervión, que todavía se pregunta extrañado cómo, en algún momento, todavía se permite el lujo de discutir al entrenador que le dio la tercera Europa League y le ha hecho firmar la mejor primera vuelta de su historia en la Liga.

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