Charlie Hebdo marcó la defensa a la libertad de pensamiento

Redacción central, ANF
El 2015 será recordado como el año en que el mundo entero, a través de diferentes canales y formas, defendió a capa y espada la libertad de pensamiento, que se vio despojada con el atentado al semanario satírico francés Charlie Hebdo.
Fueron tres días sangrientos que quedarán en los anales de la historia francesa, cuya sociedad se sintió por primera vez desnuda en torno a su seguridad interna. Pero un segundo punto de debate está en los fanáticos del islamismo que perpetraron este atentado contra el semanario: Said y Chérif Kouachi, de 32 y 34 años, a quienes se los apunta de representar a una minoría musulmana.


El hecho dejó marcada a Francia y la enemistad del yihadismo se hizo palpable a través de este ataque al semanario, del que se dice ofendió a sus detractores por sus caricaturas contra el profeta Mahoma, cuyas enseñanzas constituyen, junto con el Corán, la principal fuente del Islam. El semanario recibía continuas amenazas desde 2006 cuando publicó caricaturas de Mahoma y en 2011 fue incendiado.

El miércoles 7 de enero de 2015 será recordado por muchos como un atentado al pensamiento y al estado de derecho, tras el suceso que duró 54 horas y terminó con la vida de 20 personas, entre ellas tres yihadistas. La crónica del ataque, extraído de varios medios de prensa internacional, se lo registra a continuación:

La mañana del miércoles 7 de enero, poco después de las 11:00 am, penetraron al inmueble del semanario, ubicado en el Boulevard Richard Lenoir, distrito 11 de París, dos hombres enmascarados, de ropa negra y armados con AK-47. A la voz de “Allahu akbar”, (Alá es el más grande) abrieron fuego, recorriendo las dependencias por al menos diez minutos mientras continuaban acribillando a los presentes. Murieron un policía, ocho empleados de Charlie Hebdo, un invitado y un empleado de mantenimiento.

Diez minutos después los terroristas abandonaron la sede del semanario al grito de "Vengamos al Profeta" y "Alá es grande". En su huída se encontraron con el agente de policía Ahmend Merabet, que es herido en una pierna y luego rematado en el suelo.

Escaparon en un Citroën C3 negro en el que al parecer les esperaba un cómplice, Mourad Hamyd, que ejercería de conductor. Tras un choque, los autores cambian de vehículo, cogiendo un Renault Clio blanco. Ya llegada la noche, Hamyd se entrega a la policía por verse involucrado en el hecho y se declara inocente.

Ya el jueves 8 de enero, un accidente de tráfico que afecta a un Renault Clio gris cerca de Porte de Chatillon terminó con la vida de Clarissa Jean-Philippe, una de las agentes de la policía municipal, tras un tiroteo con Amedy Coulibaly, un hombre de 32 años, acusado con anterioridad por extremismo islámico y de quien se asegura, conoció a Chérif en prisión.

En tanto, en la gasolinera Avia de Villers-Cottereis, se identifica a los hermanos de nacionalidad francesa y religión islámica Chérif y Saïd Kouachi, como los autores del hecho, tras robar comida y combustible de esa estación sobre una carretera al norte de París.

Un operativo de más de 80 mil miembros, entre ellos policías y militares, se había desplegado para cazarlos. Chérif ya había sido condenado en 2008 por pertenecer a una cédula de yidahistas para Al Qaeda en Irak, y la policía aseguró que Saïd había recibido entrenamiento militar por parte de la misma organización.

El viernes 9 de enero, los dos sospechosos roban un Peugeot 206 portando armas automáticas. Aproximadamente a las 9:00 am hubo otro intercambio de disparos con la policía de control de Dammartin-en-Goële, a poco más de 40 km de la capital francesa, en el que Saïd resultó herido de la garganta.

Ambos se refugiaron en el almacén de la imprenta Creation Tendence Decouvert, cerca del aeropuerto Roissy, donde sin explicación oficial, permitieron que el gerente escapara. La policía acordó la zona durante todo el día.

El mismo día, cerca de la 1:00 pm, Amedy Coulibaly irrumpió en un supermercado judío llamado Hyper Cacher, ubicado cerca de Vincennes, París, y armado con dos rifles AK-47, tomó como rehenes a sus ocupantes, matando a cuatro antes de que la policía entrara en acción. Demandó la liberación de sus dos compañeros yihadistas atrincherados al noroeste de la ciudad.

A las 17.20 horas, el presidente francés, François Hollande, dio la doble orden de asalto contra los terroristas que se habían pertrechado en la nave industrial y el supermercado judío. En la operación, los tres yihadistas fueron abatidos y se incrementó a 20 el número de muertos suscitado tras el atentado a Charlie Hebdo.

Luego y durante el desarrollo de este operativo, en Francia y el mundo se condenó desde diferentes espacios este ataque no a un semanario, sino a la libertad de pensamiento, bajo la consigna de "Je suis Charlie", que en español significa: Yo soy Charlie.

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