Boko Haram perpetra su ofensiva más letal en el noreste de Nigeria
Fuentes policiales aseguran que una niña, de no más de 10 años, llevaba consigo los explosivos
Ó. G.
Madrid, El País
La secta radical Boko Haram no da descanso en su campaña de violencia indiscriminada en el noreste de Nigeria. Ayer, una carga explosiva que llevaba una niña de 10 años explotó a la entrada de un mercado de Maiduguri, capital del Estado de Borno y uno de los enclaves fundamentales en la agenda de la milicia terrorista. Al menos 19 personas perdieron la vida y otra veintena resultaron heridas. Como señalaba en una charla reciente el analista camerunés Martin Ewi, del Instituto para el Estudio de la Seguridad, Boko Haram está haciendo uso de niñas —secuestró a más de 200 en una escuela en abril— y mujeres en sus atentados “debido a que levantan menos sospechas” y elevan “la conmoción de la comunidad internacional”. Ashiru Mustapha, miembro de un grupo de autodefensa, dudaba ayer de que la explosión fuera deliberada. “Dudo que supiera qué llevaba encima”, dijo a France Presse.
El atentado en Maiduguri culmina la que, según organizaciones como Amnistía Internacional (AI), es la ofensiva más sangrienta en la historia de Boko Haram. La milicia liderada por Abubaker Shekau lanzó el pasado fin de semana un ataque contra la población de Baga, en el Estado de Borno, a orillas del lago Chad, donde tomó el control de una base militar.
La milicia, que ansía la instauración en el noreste del país de una suerte de califato donde rija la sharía (ley islámica) con puño de hierro, extendió su arremetida contra otros localidades alrededor de Baga. Según la información recogida por AI, pese a que las fuerzas de seguridad no han sido capaces de cerrar un balance final de víctimas, los muertos podrían rondar los 2.000 en estos siete días.
La ofensiva de Boko Haram, que ha pasado en los últimos seis años de atentar con bomba contra cristianos a matar a punta de Kaláshnikov de forma indiscriminada, ha originado una nueva ola de refugiados hacia Chad. Entre este país, Níger y Camerún hay más de un millón y medio de desplazados por la violencia de la secta de Shekau. El líder de Boko Haram pretende hacerse con los pasos fronterizos en el este hacia los tres países vecinos, alrededor del lago Chad.
Níger, Chad y Camerún forman junto a Nigeria la Fuerza Multinacional de Acción Conjunta (MNJTF, en sus siglas inglesas), de la que la base militar de Baga era uno de sus cuarteles. Ni la MNJTF ni el Ejército nigeriano son capaces por ahora de hacer frente a la secta radical, uno de las principales amenazas para las elecciones de febrero, a las que se presenta de nuevo el presidente Goodluck Jonathan.
Ó. G.
Madrid, El País
La secta radical Boko Haram no da descanso en su campaña de violencia indiscriminada en el noreste de Nigeria. Ayer, una carga explosiva que llevaba una niña de 10 años explotó a la entrada de un mercado de Maiduguri, capital del Estado de Borno y uno de los enclaves fundamentales en la agenda de la milicia terrorista. Al menos 19 personas perdieron la vida y otra veintena resultaron heridas. Como señalaba en una charla reciente el analista camerunés Martin Ewi, del Instituto para el Estudio de la Seguridad, Boko Haram está haciendo uso de niñas —secuestró a más de 200 en una escuela en abril— y mujeres en sus atentados “debido a que levantan menos sospechas” y elevan “la conmoción de la comunidad internacional”. Ashiru Mustapha, miembro de un grupo de autodefensa, dudaba ayer de que la explosión fuera deliberada. “Dudo que supiera qué llevaba encima”, dijo a France Presse.
El atentado en Maiduguri culmina la que, según organizaciones como Amnistía Internacional (AI), es la ofensiva más sangrienta en la historia de Boko Haram. La milicia liderada por Abubaker Shekau lanzó el pasado fin de semana un ataque contra la población de Baga, en el Estado de Borno, a orillas del lago Chad, donde tomó el control de una base militar.
La milicia, que ansía la instauración en el noreste del país de una suerte de califato donde rija la sharía (ley islámica) con puño de hierro, extendió su arremetida contra otros localidades alrededor de Baga. Según la información recogida por AI, pese a que las fuerzas de seguridad no han sido capaces de cerrar un balance final de víctimas, los muertos podrían rondar los 2.000 en estos siete días.
La ofensiva de Boko Haram, que ha pasado en los últimos seis años de atentar con bomba contra cristianos a matar a punta de Kaláshnikov de forma indiscriminada, ha originado una nueva ola de refugiados hacia Chad. Entre este país, Níger y Camerún hay más de un millón y medio de desplazados por la violencia de la secta de Shekau. El líder de Boko Haram pretende hacerse con los pasos fronterizos en el este hacia los tres países vecinos, alrededor del lago Chad.
Níger, Chad y Camerún forman junto a Nigeria la Fuerza Multinacional de Acción Conjunta (MNJTF, en sus siglas inglesas), de la que la base militar de Baga era uno de sus cuarteles. Ni la MNJTF ni el Ejército nigeriano son capaces por ahora de hacer frente a la secta radical, uno de las principales amenazas para las elecciones de febrero, a las que se presenta de nuevo el presidente Goodluck Jonathan.