Zona euro sigue dividida sobre impuesto a las transacciones financieras: fuentes
Bruselas, Reuters
Once países de la zona euro siguen divididos sobre un impuesto a las transacciones financieras, un día antes de que se cumpla un plazo autoimpuesto para que el bloque monetario acuerde las líneas generales de una iniciativa que debiese estar implementada a principios de 2016, dijeron diplomáticos.
En declaraciones dadas antes de una reunión convocada por Francia, el principal patrocinador del impuesto, varios diplomáticos dijeron tener aún grandes diferencias, lo que disminuye las esperanzas de que un acuerdo general sea anunciado el martes.
Algunos de los participantes de la reunión del lunes, que será presidida en Bruselas por el ministro de Finanzas de Francia, Michel Sapin, aún esperan que se logren algunos avances, posiblemente centrándose en un rango más estrecho de transacciones como la renta variable. Pero otros ven muy complicado alcanzar un consenso.
El plan, encabezado por Alemania y Francia pero que cuenta con la oposición de Gran Bretaña, busca que los bancos compartan los costos ocasionados por la crisis bancaria y de deuda que afectó a Europa, y se inspira en la denominada "tasa Tobin", un esquema destinado a sancionar a los especuladores cambiarios a corto plazo propuesto por el Nobel de Economía James Tobin.
Pese a que Europa aprobó la iniciativa en octubre de 2012, las disputas sobre cómo recaudar el impuesto y sobre si incluir derivados ha llevado a retrasos continuos en su implementación.
La fecha original para empezar a aplicar el impuesto era 2014, pero se postergó hasta 2016. Ahora esa fecha también está en duda, según dos diplomáticos que trabajan en el proyecto.
Los ministros de Finanzas de Austria, Bélgica, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España debían originalmente firmar los lineamientos generales del acuerdo en un reunión el martes.
Sin embargo, un diplomático cercano a las negociaciones dijo que "no será posible (tener) un acuerdo para fines de año".
Consultada sobre si eso implicaba que la fecha de implementación sería en 2016, una segunda fuente diplomática dijo que "se necesitará mucha voluntad política".
Ninguno de los once países quiere decir públicamente que el plan está muerto.
Francia ha dicho que gravar sólo las transacciones de acciones en los 11 países participantes recaudaría casi 6.000 millones de euros (7.500 millones de dólares) por año.
La Comisión Europea había dicho originalmente que un impuesto sobre las operaciones en acciones, bonos y derivados podría generar hasta 57.000 millones de euros al año si se aplicaba en todos los países de la UE.
Once países de la zona euro siguen divididos sobre un impuesto a las transacciones financieras, un día antes de que se cumpla un plazo autoimpuesto para que el bloque monetario acuerde las líneas generales de una iniciativa que debiese estar implementada a principios de 2016, dijeron diplomáticos.
En declaraciones dadas antes de una reunión convocada por Francia, el principal patrocinador del impuesto, varios diplomáticos dijeron tener aún grandes diferencias, lo que disminuye las esperanzas de que un acuerdo general sea anunciado el martes.
Algunos de los participantes de la reunión del lunes, que será presidida en Bruselas por el ministro de Finanzas de Francia, Michel Sapin, aún esperan que se logren algunos avances, posiblemente centrándose en un rango más estrecho de transacciones como la renta variable. Pero otros ven muy complicado alcanzar un consenso.
El plan, encabezado por Alemania y Francia pero que cuenta con la oposición de Gran Bretaña, busca que los bancos compartan los costos ocasionados por la crisis bancaria y de deuda que afectó a Europa, y se inspira en la denominada "tasa Tobin", un esquema destinado a sancionar a los especuladores cambiarios a corto plazo propuesto por el Nobel de Economía James Tobin.
Pese a que Europa aprobó la iniciativa en octubre de 2012, las disputas sobre cómo recaudar el impuesto y sobre si incluir derivados ha llevado a retrasos continuos en su implementación.
La fecha original para empezar a aplicar el impuesto era 2014, pero se postergó hasta 2016. Ahora esa fecha también está en duda, según dos diplomáticos que trabajan en el proyecto.
Los ministros de Finanzas de Austria, Bélgica, Estonia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Portugal, Eslovaquia, Eslovenia y España debían originalmente firmar los lineamientos generales del acuerdo en un reunión el martes.
Sin embargo, un diplomático cercano a las negociaciones dijo que "no será posible (tener) un acuerdo para fines de año".
Consultada sobre si eso implicaba que la fecha de implementación sería en 2016, una segunda fuente diplomática dijo que "se necesitará mucha voluntad política".
Ninguno de los once países quiere decir públicamente que el plan está muerto.
Francia ha dicho que gravar sólo las transacciones de acciones en los 11 países participantes recaudaría casi 6.000 millones de euros (7.500 millones de dólares) por año.
La Comisión Europea había dicho originalmente que un impuesto sobre las operaciones en acciones, bonos y derivados podría generar hasta 57.000 millones de euros al año si se aplicaba en todos los países de la UE.