Partido alemán se desdice de exigencia lingüística
Berlín, AP
Uno de los partidos de gobierno en Alemania dio marcha atrás el lunes a una exhortación a que los inmigrantes hablaran alemán, tanto en público como en casa, ante una ola de protestas y burlas incluso de sus aliados.
La conservadora Unión Social Cristiana estaba a la defensiva por el borrador de una moción redactada por altos funcionarios para una conferencia del partido esta semana, que indicaba que a las personas que deseen tener la residencia permanente "se las debe exhortar a hablar alemán en público y en la familia".
La exhortación ocurre en momentos de ansiedad en Alemania y el resto de Europa por la inmigración y la cantidad cada vez mayor de refugiados. Los críticos consideraron la propuesta absurda, en el mejor de los casos y en el peor una estratagema para ganar votos inclinándose ante las opiniones contra los inmigrantes.
Peter Tauber, secretario general del Partido Democratacristiano de la canciller Angela Merkel, dijo en Twitter que "no es asunto de los políticos si hablo latín, klingon o hessiano en mi casa". El klingon es el idioma ficticio de una raza de humanoides de la serie Viaje a las Estrellas y el hessiano es el dialecto de la región natal de Tauber.
El vicecanciller Sigmar Gabriel dijo que a nadie en su partido de centroizquierda "se le ocurriría la idea de prohibir a los inmigrantes que hablaran su lengua natal y estoy seguro que nunca llegaremos a ese punto de demencia política".
La Comunidad Turca de Alemania, que representa a la considerable minoría turca del país, la calificó de una "propuesta misantrópica, inconstitucional y absurda".
Andreas Scheuer, secretario general del partido, salió el lunes de una reunión de los líderes de la organización y dijo que el texto ofensivo de la propuesta ha sido modificado a que los aspirantes a residentes permanentes se les "debe motivar para que hablen alemán en la vida diaria".
"Desde el comienzo, no se habló de obligación, de forzar a la gente o de inspecciones", dijo Scheuer, insistiendo en que habían malentendido al partido.
Uno de los partidos de gobierno en Alemania dio marcha atrás el lunes a una exhortación a que los inmigrantes hablaran alemán, tanto en público como en casa, ante una ola de protestas y burlas incluso de sus aliados.
La conservadora Unión Social Cristiana estaba a la defensiva por el borrador de una moción redactada por altos funcionarios para una conferencia del partido esta semana, que indicaba que a las personas que deseen tener la residencia permanente "se las debe exhortar a hablar alemán en público y en la familia".
La exhortación ocurre en momentos de ansiedad en Alemania y el resto de Europa por la inmigración y la cantidad cada vez mayor de refugiados. Los críticos consideraron la propuesta absurda, en el mejor de los casos y en el peor una estratagema para ganar votos inclinándose ante las opiniones contra los inmigrantes.
Peter Tauber, secretario general del Partido Democratacristiano de la canciller Angela Merkel, dijo en Twitter que "no es asunto de los políticos si hablo latín, klingon o hessiano en mi casa". El klingon es el idioma ficticio de una raza de humanoides de la serie Viaje a las Estrellas y el hessiano es el dialecto de la región natal de Tauber.
El vicecanciller Sigmar Gabriel dijo que a nadie en su partido de centroizquierda "se le ocurriría la idea de prohibir a los inmigrantes que hablaran su lengua natal y estoy seguro que nunca llegaremos a ese punto de demencia política".
La Comunidad Turca de Alemania, que representa a la considerable minoría turca del país, la calificó de una "propuesta misantrópica, inconstitucional y absurda".
Andreas Scheuer, secretario general del partido, salió el lunes de una reunión de los líderes de la organización y dijo que el texto ofensivo de la propuesta ha sido modificado a que los aspirantes a residentes permanentes se les "debe motivar para que hablen alemán en la vida diaria".
"Desde el comienzo, no se habló de obligación, de forzar a la gente o de inspecciones", dijo Scheuer, insistiendo en que habían malentendido al partido.